El fallecimiento de Javier Echenique acelera los relevos en Telefónica y ACS
El repentino fallecimiento este fin de semana de Javier Echenique (Isaba, Navarra, 1951) ha dejado una herida abierta en los consejos de administración de Telefónica y de ACS. No solo por la pérdida humana, sino también por el vacío que deja en un momento crucial para la composición del órgano de gobierno de la operadora y por la presencia de un accionista histórico en la constructora.
Echenique era vicepresidente de Telefónica, en calidad de independiente y representante de todos los que no son ejecutivos ni dominicales, y consejero de ACS, en este caso en representación de Alberto Alcocer y Alberto Cortina, los primos conocidos como los Albertos, quienes en su día llegaron a ser los segundos mayores accionistas de la compañía presidida por Florentino Pérez. Sin duda, dado el menor peso de estos últimos en la constructora, de la que apenas poseen cerca del 4%, el papel más relevante que ejercía el financiero navarro era en la multinacional de las telecomunicaciones, en cuyo órgano de gobierno ingresó en 2016.
Su última renovación tuvo lugar en la pasada junta general de accionistas, lo que puso de manifiesto la confianza que José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica, tenía en Echenique. Especialmente porque su nombre estaba entre los candidatos a ceder su asiento al Gobierno, que, a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), había adquirido el 10% del capital. Como Moncloa tenía derecho a un sillón, el primer ejecutivo debía decidir entre una terna que incluía al propio Echenique, Javier de Paz (consejero en calidad de «Otros») u otro independiente.
Para dejar espacio a Carlos Ocaña, íntimo amigo de Pedro Sánchez y de Florentino Pérez, Pallete optó por prescindir de Carmen García, quien apenas llevaba dos años en el consejo, pese a los problemas adicionales que ello suponía para cumplir con los requisitos de equidad de género del código de buen gobierno corporativo. Fue una forma de transmitir que los dos Javis, como algunos llamaban coloquialmente a Echenique y De Paz, contaban con su confianza, al menos hasta que se hiciera oficial la toma de otro 10% del capital de Telefónica por Saudi Telecom Company (STC), propiedad mayoritaria del fondo soberano saudí. Esta operación fue autorizada el pasado noviembre por el Gobierno de Pedro Sánchez y otorga a la monarquía de Oriente Medio el derecho a un asiento en el consejo de administración.
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La plaza que ocupará Arabia Saudí ha generado mucha tensión en la sala noble de la compañía, ya que Pallete deberá desprenderse de alguna de las personas de mayor confianza. Es un momento especialmente sensible. En el último año, se han producido cambios significativos en el accionariado (con la entrada de los saudíes, la del Gobierno y el refuerzo —del 5% al 10%— de la posición del ecosistema Caixa). Además, el propio presidente tiene que someterse a la renovación de su cargo en la junta general que previsiblemente se celebrará en abril.
El inesperado fallecimiento de Echenique libera un asiento y exime al primer ejecutivo de adoptar una decisión incómoda en la figura de Javier de Paz, el consejero que, por su situación especial, con la definición de «Otros», al no ser ni dominical ni independiente, tenía más opciones de salir.
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Las posibilidades de De Paz, persona de confianza de José Luis Rodríguez Zapatero, de continuar al menos hasta la finalización de su mandato en 2026 se multiplican ahora, lo cual sería un alivio para Pallete, que lo considera muy válido, especialmente en estos momentos de gran incertidumbre geopolítica y sobre la regulación del sector de las telecomunicaciones.
El impacto en ACS será distinto. Echenique era el último de los tres representantes que los Albertos tuvieron en el consejo de la constructora. Los primos llegaron a tener tres asientos con las figuras de Manuel Delgado, también fallecido y afectado por el caso Villarejo, y de Javier Monzón, el que fuera presidente de Indra y que actualmente ocupa varios cargos institucionales en Banco Santander.
No obstante, Echenique se había convertido en una persona muy respetada para Florentino Pérez, con quien convivió los últimos veinte años en el consejo de la constructora. De hecho, fue reelegido por cuatro años en la última junta general de ACS, donde estaba presente en la comisión ejecutiva y en la de nombramientos y retribuciones. Los Albertos tendrán ahora que elegir a un nuevo representante, aunque podrían perderlo al no contar con una participación mínima para ocupar un asiento.
El repentino fallecimiento este fin de semana de Javier Echenique (Isaba, Navarra, 1951) ha dejado una herida abierta en los consejos de administración de Telefónica y de ACS. No solo por la pérdida humana, sino también por el vacío que deja en un momento crucial para la composición del órgano de gobierno de la operadora y por la presencia de un accionista histórico en la constructora.