En 2024, el teatro se consolidó como motor de cambio social
▲ En la imagen, un momento del monólogo Rose, que reflexiona sobre el siglo XX, el cual estuvo marcado por la guerra y la pérdida, pero también por la esperanza.Foto cortesía de la CNT
▲ Sobre estas líneas, Hasta encontrarte, obra basada en las experiencias de familiares y buscadores de desaparecidos en México.Foto cortesía de Teatro UNAM
Daniel López Aguilar
Periódico La Jornada
Lunes 30 de diciembre de 2024, p. 3
El teatro en México experimentó una auténtica reactivación en 2024, que no sólo reafirmó el regreso a las actividades presenciales tras el confinamiento, sino que también consolidó el papel crucial de las artes escénicas como motor de reflexión, crítica y transformación social.
Este año fue testigo de una combinación de propuestas que enriquecieron la escena nacional y mundial, combinando lo tradicional con lo contemporáneo en una dinámica de constante innovación.
Los recintos del país, impulsados por la efervescencia cultural pospandemia, se convirtieron en puntos de encuentro para miles de espectadores. El regreso al teatro presencial evidenció la resiliencia de las artes escénicas, que, lejos de quedarse ancladas en el pasado, abrieron nuevos caminos hacia el futuro.
A escala nacional, la Compañía Nacional de Teatro (CNT) rindió homenaje a Sor Juana Inés de la Cruz con Los empeños de una casa, comedia barroca que desentrañó las complejidades de la naturaleza humana mediante enredos amorosos y reflexiones filosóficas profundas.
Esta puesta en escena celebró la figura de la Décima Musa, y formó parte de las actividades conmemorativas por los 90 años del Palacio de Bellas Artes.
Teatro UNAM desplegó una ambiciosa programación que incluyó 27 montajes y actividades complementarias, como talleres y mesas redondas. Obras como Un no monstruo que no vuela y Maleza marcaron el año con una crítica a temas tan actuales como la salud mental, la diversidad sexual y la migración, lo que reafirmó el compromiso del teatro universitario con las problemáticas sociales contemporáneas
, indicó dicha instancia.
El Día Internacional del Teatro, celebrado el 27 de marzo, se vivió con gran intensidad en espacios de la Ciudad de México, donde se realizaron maratones escénicos y actividades familiares. El dramaturgo Jon Fosse, autor del mensaje universal, destacó la capacidad del buen arte de fusionar lo único con lo universal
, ideal que reflejó cada montaje presentado ese día.
Sin embargo, el teatro nacional no se quedó sólo dentro de sus fronteras. Las propuestas extranjeras tuvieron una presencia destacada, como el homenaje a Eugenio Barba, pionero del teatro antropológico y fundador del Odin Teatret.
Con seis décadas de historia, la compañía noruega presentó una reflexión sobre cómo las tradiciones escénicas pueden transformarse en un contexto contemporáneo. Barba, quien abarrotó la sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario, compartió que el teatro es una herramienta de libertad y autoconocimiento
, mensaje que resonó profundamente entre los asistentes.
Otro de los momentos claves de la temporada fue la adaptación de R3, basada en Ricardo III, de William Shakespeare, que fusionó elementos del teatro clásico con una mirada moderna sobre la política y la violencia. La puesta en escena, dirigida por Barón Negro, llevó la producción a nuevos niveles de introspección y crítica social, y demostró que los clásicos siguen siendo relevantes en el contexto actual.
Intercambio de culturas
En cuanto a coproducciones, el intercambio cultural entre México y otros países se hizo evidente en actos como el Festival Internacional de Teatro Universitario, que combinó actividades académicas y artísticas de alcance global.
Montajes como El navío de los ingenuos y Leonora (Oratorio sonámbulo en las tierras de España) demostraron la capacidad del teatro para cruzar fronteras y fusionar culturas e idiomas, lo que enriqueció la diversidad de la escena mundial.
El año pasado también estuvo marcado por el acercamiento del teatro a espacios no convencionales. Iniciativas como el Carro de Comedias, cuyo propósito es democratizar el acceso a las artes escénicas
, cautivó a miles de espectadores con obras como El alma buena de Sezuán y Ese amor de Romeo y Julieta en plazas públicas, universidades y otros recintos alternativos.
Del mundo para México llegaron las artes escénicas al Festival Internacional Cervantino, cuyo invitado de honor fue Brasil. Entre las funciones destacadas se incluyó Macacos, obra de Clayton Nascimento que aborda el racismo arraigado en la historia de la nación sudamericana.
También se presentó Meu corpo está aqui, de Fábrica de Eventos, representación escénica en la que actores con discapacidades hablaron abiertamente sobre sus relaciones, cuerpos y deseos, basándose en sus experiencias personales.
En tanto, la Compañía Nacional de Teatro Clásico de España, con dirección de Declan Donnellan, se unió a la conmemoración de los 90 años del Palacio de Bellas Artes con La vida es sueño, de Pedro Calderón de la Barca. Estrenada en 1635, la obra mezcla tragedia y comedia, y su tema central es la libertad del ser humano para configurar su vida sin dejarse llevar por el destino.
La adaptación de Donnellan y Nick Ormerod ofreció una nueva lectura de esta pieza filosófica, que, según el director Miguel Cuerdo Rivas, no fue fácil de acercar al espectador debido a los prejuicios y temores hacia el verso
.
El teatro también continuó siendo un espacio para el análisis social, como evidenció la propuesta internacional de la compañía Caja Negra Producciones con Villa Dolorosa: Tres cumpleaños frustrados, adaptación de Las tres hermanas, de Anton Chéjov, la cual, a través del humor negro, exploró la decadencia burguesa y la búsqueda de sentido en un mundo en constante cambio.
El montaje, presentado en 11 estados de la República de forma gratuita, demostró cómo el teatro puede convertirse en espejo crítico de nuestra sociedad.
En el rubro editorial, Teatro UNAM y otras instituciones publicaron libros que enriquecieron el debate y el pensamiento crítico sobre el teatro. Entre los títulos más relevantes se encuentran Mis vidas en el tercer teatro, de Eugenio Barba, y Mirar y reconocer: Prácticas documentales en la escena mexicana, de Rodolfo Obregón.
El año cerró con la selección del elenco para El gran teatro del mundo, adaptación de la obra de Calderón de la Barca, que marcará el inicio de una nueva etapa para el Carro de Comedias en 2025.