¿Cuántos invitados al Foro de Davos predicarán con el ejemplo y viajarán allí en tren?
Una coalición de ONG han publicado una carta dirigida a los líderes políticos y empresariales del mundo pidiendo que se desplacen al Foro de Davos en tren. La reunión, que tendrá lugar en la célebre ciudad suiza entre el 20 y el 24 de enero, congregará a gobiernos, organizaciones internacionales y a las 1.000 empresas que forman parte, por su nombre oficial, del Foro Económico Mundial. A ellos se le unirán, según esta institución, «líderes de la sociedad civil, jóvenes agentes del cambio, emprendedores sociales y medios de comunicación». El transporte es, por tanto, la principal fuente de emisiones de gases de efecto invernadero de esta reunión anual.
La opción ferroviaria no es una ocurrencia de estas organizaciones (entre las que se encuentran Travel Smart, Ecologistas en Acción, Ecodes o la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente), sino que es el propio Foro de Davos el que anima a sus participantes a moverse en tren. La misma agenda del encuentro incluye un capítulo llamado «Salvaguardar el planeta». Pero, ¿se lo toman realmente en serio?
Según los firmantes de la carta, la reunión de este año supone «una oportunidad» para sus participantes de demostrar su verdadero compromiso medioambiental. Desean, asimismo, que el Foro de 2025 se convierta en «un punto de inflexión en la transición hacia un transporte energético eficiente y sostenible». Y tras los buenos deseos, llegan las críticas: la cita de este año también es una oportunidad «para sacudirse de una vez por todas su reputación de ser un destino para jets privados, percibido por muchos como un símbolo de la “hipocresía” de quienes se proclaman líderes mundiales».
Uno de esos líderes presentes en Davos será el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, quien, oportunamente, participará en un evento sobre cambio climático junto al exvicepresidente de Estados Unidos Al Gore y el premio Nobel de la Paz Muhammad Yunus. Está por confirmar que el desplazamiento del mandatario español se haga, como es habitual, a bordo del Falcon, el avión presidencial.
«Los jets privados son el medio de transporte más contaminante del planeta por kilómetro y pasajero, y sus emisiones aumentaron un 46 % entre 2019 y 2023», advierten las ONG en su carta. «Disuadir el uso de jets privados es, por lo tanto, más importante que nunca para reducir la huella de carbono de los viajes», añaden, haciendo hincapié en los vuelos que realizan los altos ejecutivos en este tipo de aviones.
Para hacer una idea de la contaminación que pueden generar, las organizaciones firmantes han hecho un análisis de las rutas de los jets corporativos durante el Foro de Davos de 2024. Ponen como (pernicioso) ejemplo el caso de Volkswagen: los representantes de esta empresa alemana, que podrían desplazarse a Suiza con relativa facilidad en tren, generaron 7,9 toneladas de CO₂ al realizar dos vuelos extremadamente cortos, una cantidad de dióxido de carbono comparable a la de un viaje alrededor del mundo en un automóvil de gasolina. Haberlo hecho en ferrocarril «habría ahorrado más del 99 % de esas emisiones».
Por todo ello, piden al Foro Económico Mundial que este año «los participantes cumplan con los estándares de sostenibilidad» de la propia organización, «priorizando el uso del tren sobre otros medios de transporte». Y exigen también al Foro que «actúe como garante de sus propias recomendaciones, asegurando su cumplimiento».
Paradójicamente, el negacionista más famoso del mundo no tomará un avión para asistir a Davos: está previsto que, tras tomar posesión de su cargo de presidente de Estados Unidos el 20 de enero, Donald Trump participe en el Foro por videoconferencia.