Un nuevo análisis dental descifra el momento en el que nuestros antepasados empezaron a comer carne
El ser humano es carnívoro, sí. Pero, ¿desde cuándo? A esta pregunta tan recurrente han intentado darle respuesta en el Instituto Max Planck de Química de Mainz (Alemania), con un rupturista estudio publicado en la revista Science.
La geoquímica Tina Lüdecke, responsable del grupo de investigación que ha desarrollado el trabajo, celebra las conclusiones. «Por primera vez tenemos pruebas realmente sólidas y cifras concretas», afirma. Todo, gracias a una técnica habitual de muy diversos estudios, un análisis dental que ha podido ‘adentrarse’ en la dieta de nuestros ancestros de hace más de tres millones de años.
La antropóloga Jennifer Leichliter, miembro del citado equipo, asegura que «podemos determinar la nutrición a través de la firma química en la parte orgánica de los dientes. Esto era algo que sólo se podía soñar durante décadas».
La clave está en el esmalte dental, la sustancia más dura del cuerpo. Por eso, pequeñas trazas, pequeños isótopos de nitrógeno, permanecen estables en él incluso después de millones de años.
Ahí han buscado rastros de aminoácidos, sobre los que determinar una huella química mediante análisis de isótopos de nitrógeno, cuya proporción cambia en función de la dieta.
Todos esos trabajos pormenorizados del equipo de especialistas alemanes se han llevado a cabo sobre siete prehumanos del género Australopithecus datados en un periodo de entre 3,3 y 3,7 millones de años atrás.
Y la conclusión ha sido rotunda: no había evidencia de carne en los dientes.
«Eso no significa que no comieran carne en absoluto, pero ciertamente no la suficiente para medirla o influir en el crecimiento del cerebro», afirma Tina Lüdecke.
Se puede deducir, por tanto que los australopithecus era mayoritaria o totalmente vegetarianos, remata la prensa alemana y que el consumo de carne de forma generalizada comenzó más adelante.