Pescadores de Tulum viven una realidad cada vez más difícil – La Jornada Maya
El Día Mundial del Pescador, que se celebra el 26 de enero, es una fecha dedicada a rendir homenaje a los hombres y mujeres que viven del mar, y se ha convertido en una ocasión para reflexionar sobre la difícil situación que enfrentan los pescadores de todo el mundo, situación que se replica en la comunidad Punta Allen, en Tulum.
Jesús Pereira Jesús Pereira, encargado del área de producción de la cooperativa pesquera Vigía Chico, expuso que la crisis en la venta de productos del mar y el constante deterioro de los precios está afectando gravemente los ingresos de las comunidades pesqueras. Refirió que más de 70 pescadores de la cooperativa pesquera Vigía Chico viven una realidad cada vez más difícil.
Señaló que la pesca de langosta en el Mar Caribe es una actividad que se lleva a cabo de manera sustentable desde 1960, mientras que la falta de rentabilidad en la pesca ha llevado a muchos pescadores de Punta Allen a buscar alternativas para complementar sus ingresos; una de ellas, la actividad turística.
«Somos un referente nacional e internacional en la pesca artesanal sustentable de langosta, pero hoy en día estamos enfrentando una situación crítica. La pesca no alcanza para cubrir los costos y lo que se captura solo es suficiente para la subsistencia de las familias», expresó.
Precisó que una de las principales actividades emergentes que han implementado es el ecoturismo dentro de la reserva de la biosfera Sian Ka’an, donde ofrecen actividades ecoturísticas de observación de flora y fauna, lo que les ha permitido generar recursos adicionales y apoyar a sus familias.
A pesar de estas iniciativas, indicó que la pesca sigue siendo el pilar principal de la economía local, pero la falta de un valor adecuado a su trabajo y esfuerzo está golpeando duramente a los pescadores.
Comentó que el Día Mundial del Pescador surge como un reconocimiento a todos los que hacen la actividad de pesca, pero para muchos termina siendo un día normal. Sostuvo que la situación económica adversa que afecta a los hombres del mar es un reflejo de una realidad que se extiende a muchas otras comunidades pesqueras a nivel global.
Y es que la falta de apoyo, la escasa rentabilidad y el bajo valor que se le otorga a esta actividad ancestral están empujando a los pescadores a replantear su futuro. Sin embargo, la esperanza no se pierde y los pescadores de Punta Allen continúan luchando por preservar su tradición, su forma de vida y la sustentabilidad de los recursos marinos para las generaciones venideras.
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Edición: Fernando Sierra