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Etiquetado de alimentos; ¿y si ya lo dejamos así? – El Economista
Que se haya incluido la NOM 051 relacionada con el etiquetado frontal de alimentos entre las normas que el Gobierno tiene la intención de trabajar durante el presente año, es indicio de que la actual administración quiere ser coherente con la tendencia internacional regulatoria para la industria de comida procesada.
Entre los países que han aplicado etiquetados a los alimentos industrializados, México ha sido el único que impuso una exigencia que incluye ponerle los máximos sellos incluso a productos de base natural como el queso, el yoghurt y otros derivados de la leche o la carne. Esta es la esencia de la fase III que empezaría a aplicar a partir de octubre del 2025, pero con la publicación en el Diario Oficial de la Federación (DOF) se abre la opción de que ya no se considere. Otros países como Chile, Uruguay y Argentina descartaron incluir este nivel ubicado en México como fase III. Inclusive Argentina lo habia aplicado pero reconsideró y lo echó atrás.
El nuevo escenario implicaría que nos quedemos con el etiquetado que hoy nos rige y ya no pasemos a la fase III. Esto para los especialistas del sector es buena noticia considerando que esa última fase terminaría desvirtuando el actual esquema para el cual la industria reformuló y cambió todo, tardó en adaptarse, pero ya lo tiene inmerso y funciona. De otro modo, con la fase III, a los alimentos que intrínsecamente tienen azúcar o grasa como la leche, o sodio y grasa como el queso se les sumarían todos los sellos, y entonces para el consumidor ya no habría diferencia. Desde un principio los actores del sector insistieron en que esta última fase nos llevaría a una confusión y a retroceder en lo avanzado.
Nos comentan que al haberse incluido la NOM 051 en el Programa Nacional de Infraestructura de la Calidad 2025 que se publicó el pasado lunes 17 de febrero en el DOF, hace ver que el tema está vivo y revela la intención de trabajarlo a lo largo del 2025.
En el Programa se indica que derivado del análisis económico y sanitario realizados por la Secretaría de Economía y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), se observó que con la segunda fase dicha norma ha cumplido su propósito, determinando así que la Fase III generaría un mayor impacto a los sujetos regulados frente a los beneficios ya obtenidos con la implementación actual.
López-Gatell anda buscando protagonismo
Quien no perdió la oportunidad de buscar el protagonismo perdido fue el exsubsecretario Hugo López-Gatell que por ahí ya anda volviendo a lanzar sus frases ideológicas señalando al secretario Marcelo Ebrard como el neoliberal que está frenando el etiquetado. La realidad es que hay consenso entre la Secretaría de Salud, Cofepris y Economía. Lo más seguro es que HLG está satisfecho de lo alcanzado pues él sabe que la fase III rayaba en la sobrerregulación. Esa falta de coherencia de un hombre preparado con postdoctorado en la Universidad Johns Hopkins en Estados Unidos y que participó en gobiernos “neoliberales” como el de Felipe Calderón cuando trabajó en la Secretaría de Salud, en el Instituto de Nutrición y en el de Salud Pública, asumiendo ahora esas posiciones radicales, le ha quitado toda credibilidad, aunado a su pésimo papel durante la pandemia. La duda está en quién de la 4T hoy lo respalda. Por lo pronto HLG se dejó ver ayer 18 de febrero, con Pedro Zenteno, presidente de la Comisión de Salud en la Cámara de Diputados.
El peso de la industria alimentaria en México
Es claro que la autoridad no puede ignorar el peso de la rama industrial de alimentos en la economía nacional, tanto por su producción como por su contribución al PIB: representa el 7.6% del PIB nacional.
México ocupa el 10º puesto como productor en el sector alimentario a nivel mundial, destacando en producción de maíz, aguacates, tomates, carne de res, pollo y productos lácteos.
Es un sector que emplea a más de 6 millones de personas en México, lo que representa el 17.6% del empleo manufacturero nacional.
Destaca también en la atracción de inversión extranjera directa que de enero a septiembre de 2024 alcanzó los 781 millones de dólares. Sin duda, la alimentaria es una industria que se ha posicionado como una de las principales actividades económicas del país, con influencia notable en diversos sectores.
Empresas de alimentos que más venden
Y hay que considerar que en este rubro hay empresas mexicanas exitosas que ya tienen una destacada huella internacional. Hablamos de Grupo Bimbo, Sigma Alimentos, La Costeña, La Moderna, Grupo Lala, Maseca, entre otras, e inclusive las embotelladoras Coca-Cola Femsa y Arca Continental que si bien son subsidiarias de trasnacionales externas, tienen un pie con enorme plantilla de trabajadores en el país. En México tienen plantas las principales trasnacionales de alimentos como Pepsico Alimentos, Nestlé, Mondeléz y Pilgrims.
Con esa base, ahora México también es terreno de juego importante para empresas de alimentos alternativos como: NotCo, Delike, Benji-Vegan Gourmet, Vida Birdman, Alimentos Colpac, Better Balance, Poderosa, Propel foods, Plant Squad y Meatless.