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¿Conoces el consumo vampiro? Cuidado, podría disparar tu factura de la luz
El precio de la luz asusta. Hemos normalizado que el kilovatio por hora esté por encima de los 100 euros, algo que hace unos años era impensable y poníamos el grito en el cielo cuando superaba los 60 euros. Además, tras la vuelta del IVA de la factura eléctrica al 21% no se vislumbra ninguna nueva rebaja, por lo que seguiremos viendo como continúa encareciéndose sin atisbos de lo contrario.
Así, ahorrar en la factura de la luz se ha convertido en algo que parece casi imposible, aunque muchos hogares continúan intentándolo. Es cierto que, en ocasiones, acudimos a los métodos más recomendados, pasando por alto un gasto invisible que pasa desapercibido para la mayoría de los consumidores. Se trata del conocido como consumo vampiro o consumo fantasma, o lo que es lo mismo, la energía que utilizan ciertos electrodomésticos y dispositivos cuando están enchufados pero sin usarlos, como el cargador del móvil o una lámpara apagada.
Aunque parezca un gasto secundario y sin importancia, puede acabar incrementando significativamente nuestro gasto eléctrico, hasta representar entre un 5% y un 10% de la factura mensual de un hogar medio, según la Agencia Internacional de la Energía, por lo que es primordial evitarlo. Para ello, lo mejor es poner en práctica un truco muy simple: utilizar regletas con controles individuales que permitan apagar por completo la corriente de aparatos como televisores, ordenadores o cafeteras mientras no se estén utilizando.
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En promedio, los electrodomésticos apagados pueden consumir alrededor de 1,6 kilovatios cada día, aunque hay aparatos que contribuyen más que otros al hecho de que esto acabe provocando un incremento de 100 euros o más en nuestra factura.
Dejando a un lado la nevera, que necesitamos esté siempre enchufada, el televisor se corona como el rey del consumo fantasma. Es habitual que los televisores actuales, especialmente los que tienen conexión a Internet, ya predominantes, mantengan funciones en segundo plano mientras están apagados, un consumo pasivo que puede oscilar entre 0,5 y 3 vatios por hora.
Otros dispositivos con un notable consumo vampiro son los ordenadores, sobre todo si están en modo de espera (suspendidos) o con accesorios conectados; las consolas de videojuegos; los microondas y las cafeteras o los cargadores, además de los decodificadores de televisión por cable, según el Laboratorio Lawrence Berkeley del Departamento de Energía de Estados Unidos.
Asegurarnos de desenchufar estos aparatos cuando no los estemos utilizando, y sobre todo al salir de casa, podría ahorrarnos muchos disgustos, tanto económicos como personales, pues un cargador conectado y sobrecalentado podría terminar por provocar una catástrofe. Comprar una regleta, o más si lo preferimos y tenemos muchos aparatos conectados, también nos puede ayudar en nuestras finanzas, sobre todo en un momento en el que los precios de la luz seguirán manteniéndose especialmente elevados durante mucho tiempo.