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Expositores ven con optimismo la FIL de Minería, pero piden mejoras – La Razón de México
A pesar de que expositores ven con optimismo el primer fin de semana de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería (FIL de Minería), debido a que registran ventas similares al 2024, ven con preocupación la ausencia de editoriales como Trillas, Colofón, Planeta y McGraw Hill, la competencia del Tendido de Libros del Fondo de Cultura Económica (FCE), la poca red de Internet que dificulta los cobros y que el montaje de un stand cueste más caro que en la FIL Guadalajara.
Carlos Alberto Gómez, encargado de editorial Océano, dijo ayer a La Razón que si bien la feria “ha empezado bien”, consideró que sí impacta la ausencia de editoriales que eran clásicas en el encuentro que tiene lugar en el Palacio de Minería, en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
- El Dato: Ayer una de las presentaciones más concurridas fue la de Alberto Lati, quien presentó el libro 100 glorias de México. Una larga fila esperaba ingresar a la Capilla.
“De dos años para acá sí ha habido una merma, en cuestión de afluencia y venta. Han dejado de venir editoriales importantes que hacen la diferencia. Mucha gente viene a buscarlas, pero desgraciadamente han dejado de participar porque no ha sido del todo conveniente en cuestiones de inversión. Eso le quita un poco de variedad y riqueza a la feria”, comentó.
Ayer, en el módulo de información de la FIL de Minería, una asistente preguntó por el stand editorial Planeta, pero se encontró con la noticia de que no estaba presente. Decidió hacer un recorrido por la feria para ver si hallaban algunos títulos de su interés. “Mi hija quería ver libros de Planeta, pero vamos a ver qué hay. También yo buscaba libros de nutrición y no los encontré”, dijo a este diario Blanca Montoya.
Por su parte, Paulina Ortega López, de Editorial Tecolote, si bien destacó que el número de ejemplares vendidos en este primer fin de semana de la FIL de Minería era igual al de años anteriores, apuntó que es necesario que se mejore la red de Internet para poder cobrar.
“Quizás sea bueno platicar con las distintas telefónicas para ver qué podemos hacer en conjunto, porque eso nos afecta a la hora del pago con tarjeta; es poca la gente que carga con efectivo. O, en su caso, hacer una campaña en las redes de la feria para pedir que los pagos sean en efectivo. Además, podrían poner mejores señalizaciones, porque la gente se confunde”, externó a La Razón.
Mientras que Andrea Piñón, gerente comercial de El Perseguidor Libros, una distribuidora que por primera vez participa en la FIL de Minería, comentó tener problemas con el contrato que hizo con una empresa para tener Internet. Adicionalmente, compartió las dificultades de su participación.
“Llevamos dos años en la FIL Guadalajara y que esta feria sea casi tan costosa como FIL Guadalajara ha sido muy difícil. La verdad (es que los organizadores) nos insistieron mucho (para participar). Estábamos muy dudosos, porque las referencias que daban otros compañeros del medio y otros distribuidores eran: ‘A mí no me sirve’, ‘no me conviene’, ‘ya no funciona’, ‘es muy costosa’; pero hubo quienes nos dijeron: ‘Inténtenlo, es su primera vez’”, contó.
Compartió que uno de los primeros retos fue que el montaje del stand iba a ser más caro que en la FIL Guadalajara. “El gran tema es que cuando hicimos la apuesta, no consideramos el montaje del stand, es mucho más caro. Se elevó el costo 20 por ciento comparado con Guadalajara. Cuando hablé con el proveedor, me decía que los seguros son más caros porque es un inmueble protegido.
“Al final la FIL de Minería nos apoyó a poner una estructura, nos dijeron: ‘Nosotros te ponemos la estructura y participa, dale una oportunidad a la feria’. Si ellos no hubieran hecho ese esfuerzo, no hubiéramos venido”, comentó.
Otro aspecto fue la poca afluencia de visitantes el viernes pasado en la FIL de Minería. “El primer día fue triste, porque había poca gente; mis autores se quejaban porque me decían: ‘No te veo’. Empezamos a tener miedo, a pensar que habíamos tomado una mala decisión, pero el sábado vino mucha gente, muchos lectores que ya nos ubicaban de otras ferias”, dijo.
Finalmente, Carlos Alberto Gómez, encargado de editorial Océano, consideró que los organizadores de la feria deben trabajar para hacerla más atractiva. Por ejemplo, hacer descuentos en el boleto de entrada o dejar de cobrar.
“Mucha gente está en desacuerdo con el costo de la entrada ($20, de lunes a viernes y $25, sábados y domingos). Lo ideal es que para adultos mayores y niños de todas las edades sea gratis, porque si viene una familia con papá, mamá y tres niños, con eso la gente dice: ‘Con lo que me ahorro de entradas me compro otro libro’; sería un extra bueno y positivo para la feria”, comentó.