
Medio Ambiente abre expediente a Oleofat por los malos olores y picores en Tudela
El departamento de Medio Ambiente cuenta con un informe de un laboratorio de Barcelona en el que se confirma que los malos olores (a aceite rancio y podrido) y picores de garganta y ojos que ha sufrido la población de Tudela en los últimos meses proceden de la empresa Oleofat que se encuentra radicada en la Ciudad Agroalimentaria de la capital ribera. Oleofat Trader, que ya ha sido sancionada en varias ocasiones anteriores por el Gobierno de Navarra se dedica al tratamiento de “subproductos oleosos, principalmente jabones procedentes del refino químico de aceites vegetales (girasol, colza, oliva, orujo, soja y granilla de uva) para obtener productos oleaginosos para su posterior transformación en biodiesel sostenible”.
Oleofat se instaló en el año 2018 en una nave de la Ciudad Agroalimentaria de Tudela con una inversión de 3 millones de euros y recibió el tratamiento por parte del Ejecutivo como de proyecto de “interés foral” comenzando con la creación de 21 empleos.
A finales del año pasado se exigió desde Medio Ambiente a Oleofat que llevara a cabo una olfatometría tras recibir avisos y quejas acerca del malestar que existía en Tudela donde en ocasiones el mal olor era insoportable
Los análisis
Según ha podido saber DIARIO DE NOTICIAS de fuentes de este departamento, a finales del año pasado se exigió desde Medio Ambiente a Oleofat que llevara a cabo una olfatometría (técnica sensorial de medición de olores que se usa para determinar el grado de molestia que pueden ocasionar ciertos olores a la población) tras recibir avisos y quejas acerca del malestar que existía en Tudela donde en ocasiones el mal olor era insoportable e inundaba toda la ciudad.
Esta olfatometría se trasladó a un laboratorio acreditado de Barcelona desde donde en las últimas semanas se ha trasladado la confirmación de que el foco de todas esas molestias se encontraba en la empresa radicada en la Ciudad Agroalimentaria. Medio Ambiente, según las mismas fuentes, ha exigido a Oleofat que aplique una serie de medidas correctoras “para acabar con los olores” y en las próximas semanas tienen previsto mantener diversas reuniones con ellos para comprobar si efectivamente se acometen esas medidas.
En ocasiones quienes realizan las inspecciones destacan su dejadez para cumplir con los protocolos si no es a base de amenazas y apertura de expedientes
Muchos expedientes
Son numerosos los expedientes que ha abierto el departamento a esta firma por sus numerosos incumplimientos, especialmente desde 2021, hasta el extremo de que en ocasiones quienes realizan las inspecciones destacan su dejadez para cumplir con los protocolos si no es a base de amenazas y apertura de expedientes. De hecho, los informes apuntan que no dispone de un sistema de gestión ambiental. Oleofat ya saltó a la polémica navarra hace dos años con un tema de traslado de lixiviados por lo que fue sancionada. A este respecto a mediados de 2023 en un informe se le pedía que “cese del traslado de residuos líquidos a Ecofert, y en general, a cualquier instalación que no cuente con autorización para la gestión de los mismos”.
En ese mismo año 2023 la petición de que dejara de llevar lixiviados a Ecofert no era la única exigencia del Gobierno de Navarra, sino que Medio Ambiente le instó a que cesaran los vertidos que estaba realizando la fábrica. En aquel informe apuntaban los inspectores que Oleofat debía cesar “cualquier vertido de aguas pluviales contaminadas o aguas industriales”, adoptar medidas “preventivas para que ningún vertido industrial ni fuga alcance la red de pluviales limpias” y finalmente identificar el vertido que se había producido así como adoptar “medidas correctivas y preventivas necesarias para que el vertido no vuelva a producirse”.
En febrero de 2022, Medio Ambiente le volvió a indicar que “la planta II se encuentra en funcionamiento sin haber obtenido la preceptiva Autorización de Apertura”
Pero los incumplimientos venían ya de años antes. En junio de 2021 los inspectores le advirtieron en los análisis a las instalaciones de que la empresa no podía estar en funcionamiento ya que no contaba aún con la Autorización de Apertura. “Las instalaciones deberán ajustarse a las condiciones autorizadas en su Autorización Ambiental Integrada”, se indicaba y de hecho la periodicidad de los controles y autocontroles de vertido no se ajustaban aún a dicha AAI, así como tampoco se realizaba una correcta “codificación y gestión de los residuos”. Pero los avisos no tuvieron su efecto ya que en febrero de 2022, Medio Ambiente le volvió a indicar que “la planta II se encuentra en funcionamiento sin haber obtenido la preceptiva Autorización de Apertura”, que “no se están realizando los controles y autocontroles de vertido con la periodicidad establecida en la AAI” y que “las instalaciones deberán ajustarse a las condiciones autorizadas en su Autorización Ambiental Integrada”.
Como puede comprobarse, la firma Oleofat tiene experiencia en el mundo de las sanciones y de la apertura de expedientes. Fuentes de Medio Ambiente aseguran que tiene sanciones por un total de 110.000 euros. Una de 55.000 euros en 2022 que ya es firme y debe abonar y otra de 2023 de la misma cantidad, 55.000 euros, que han recurrido. Anteriormente hubo otra también de 40.000 euros que Oleofat recurrió y tras no aceptar Medio Ambiente el recurso, decidieron acudir al Tribunal Superior de Justicia que anuló la sanción y dio la razón a la firma de recuperación de aceites. El último informe de inspección, realizado en noviembre de 2024, finalizó con una propuesta de un expediente sancionador, que se está tramitando al margen de todos los anteriores.
Desde 2018
Oleofat anunció su llegada a Tudela en 2018 y el Gobierno declaró el interés foral del proyecto, lo que significa “que se agilizan los trámites para la instalación. Es un procedimiento abreviado, que agiliza trámites ante todo con el desarrollo urbanístico”. Posteriormente en junio de 2022 anunció que iba a ampliar sus instalaciones en la CAT y que entrarían en funcionamiento en 2023 con una inversión de 14,5 millones de euros, lo que supondría la creación de 35 puestos de trabajo, que se sumarán a los 47 trabajadores que ya prestaban sus servicios en la planta tudelana.