
Afección pos-COVID-19 (COVID-19 prolongada)
Datos y cifras
- «afección pos-COVID-19» (o «COVID-19 prolongada») que afecta a medio y largo plazo a uno o más sistemas del organismo.
- Aproximadamente seis de cada 100 personas que contraen la COVID-19 acaban padeciendo esta afección.
- Aunque se dispone de pocos datos, se sabe que la probabilidad de presentar la afección pos-COVID-19 es menor ahora que al principio de la pandemia. Sin embargo, el virus SARS-CoV-2 continúa circulando ampliamente y cada nueva infección conlleva un riesgo.
- Los síntomas habituales de la afección pos-COVID-19 son cansancio, falta de aliento, dolores musculares o articulares y alteraciones del sueño.
- La OMS está elaborando directrices clínicas sobre el tratamiento de esta afección.
- Los trabajadores de la salud pueden asesorar a los pacientes sobre el autocontrol de los síntomas y prescribirles medicación para aliviar los síntomas o para derivar su caso a los servicios de rehabilitación, si fuera necesario.
Panorama general
La COVID-19 puede provocar una afección grave a largo plazo que se conoce como «afección pos-COVID-19» o «COVID-19 prolongada» y que causa diversos síntomas que suelen debutar dentro de los tres meses posteriores a la COVID-19 inicial y duran al menos dos meses. La COVID-19 prolongada puede afectar a la capacidad para realizar actividades cotidianas, como trabajar o realizar labores domésticas.
Alcance del problema
Desde que se declaró la pandemia, millones de personas han padecido la afección pos-COVID-19. (1) Según los cálculos, seis de cada 100 personas que han pasado la COVID-19 han presentado esta afección. No obstante, cabe señalar que estos cálculos se basan principalmente en personas que contrajeron la COVID-19 al principio de la pandemia (durante los dos primeros años) y que las estimaciones son muy variables. (2)
De acuerdo con los estudios más recientes, el riesgo de presentar COVID-19 prolongada se ha reducido, si bien los datos utilizados son limitados y proceden en su mayor parte de países de ingresos altos. (3) Con todo, el virus SARS-CoV-2 que causa la COVID-19 continúa circulando ampliamente y la afección pos-COVID-19 sigue representando una amenaza y un problema para la salud pública mundial.
Factores de riesgo
Cualquier persona infectada por el SARS-CoV-2 puede presentar la afección pos-COVID-19, aunque se ha observado que el riesgo es mayor en las mujeres, las personas de edad avanzada, los fumadores, las personas con obesidad o sobrepeso y las que sufren otras enfermedades. Del mismo modo, se sabe que las infecciones repetidas y la COVID-19 grave que requiere hospitalización o ingreso en una unidad de cuidados intensivos incrementan el riesgo. (4) También se observan casos de afección pos-COVID-19 en personas con discapacidades y en personas que viven en lugares donde hay diferencias en el nivel de salud y de acceso a la atención médica. (5)
Se está investigando para entender mejor esta afección. Se ha demostrado que puede causar daños a casi todos los órganos, incluidos el corazón, los vasos sanguíneos, los pulmones, el sistema nervioso, los intestinos y el sistema endocrino (hormonal). Asimismo, se ha comprobado que las personas que la presentan tienen SARS-CoV-2 en su organismo, alteraciones autoinmunitarias o de la respuesta inmunitaria y coágulos sanguíneos microscópicos (microtrombos), entre otros problemas. (6)
Síntomas
Las personas con afección pos-COVID-19 han referido más de 200 síntomas. Estos son los más habituales:
- cansancio
- dolores y molestias en los músculos o las articulaciones
- dificultades para respirar
- dolor de cabeza
- dificultad para pensar o concentrarse
- alteración del gusto.
Además, se pueden presentar alteraciones del sueño, depresión y ansiedad. (5) Estos síntomas pueden persistir desde la enfermedad inicial o aparecer tras la recuperación. Su intensidad puede variar desde leve hasta muy debilitante, hasta el punto de afectar a la capacidad para trabajar, realizar actividades cotidianas y practicar ejercicio.
Gracias al mejor conocimiento de esta afección, se han podido aclarar algunas de sus características clínicas. Ciertos síntomas tienden a aparecer conjuntamente, como ocurre con los mareos y la inestabilidad al permanecer parado (que guarda relación con el síndrome de taquicardia postural ortostática), el malestar tras realizar esfuerzos y la enfermedad generalizada de intolerancia al esfuerzo. (7)
Otras enfermedades que pueden presentarse con más frecuencia tras la COVID-19 son la insuficiencia renal, la cardiopatía coronaria, el accidente cerebrovascular, la diabetes y los trastornos mentales, entre otras. (8)
Efectos
La afección pos-COVID-19 puede dificultar el trabajo y causar pérdidas de productividad y disminución de los ingresos y de la calidad de vida. Asimismo, las necesidades de atención médica de las personas que sufren esta afección pueden sobrecargar los sistemas de salud.
Recuperación
Los síntomas de la afección pos-COVID-19 suelen remitir con el tiempo, por lo general al cabo de cuatro a nueve meses. Sin embargo, las estimaciones mundiales realizadas en 2022 indican que alrededor de 15 de cada 100 personas continúan presentando síntomas después de 12 meses.
Tratamientos
Las necesidades de las personas con afección pos-COVID-19 varían en cada caso. Todavía se ha investigado poco sobre los tratamientos y no se dispone de estudios de gran envergadura que permitan determinar cuáles son los más eficaces. Sin embargo, los médicos y sus pacientes pueden tomar decisiones individualizadas sobre el tratamiento basándose en los conocimientos disponibles sobre enfermedades similares. Por ejemplo, los trabajadores de la salud pueden prescribir fármacos para aliviar los síntomas cuando sea necesario. Además, hay varios problemas de salud que se diagnostican después de la COVID-19 para los que se ha establecido claramente un tratamiento, como ocurre con la insuficiencia renal y el accidente cerebrovascular. Del mismo modo, ciertos síntomas y pérdidas funcionales se pueden tratar eficazmente mediante rehabilitación y a través de la comunicación estrecha entre los médicos de atención primaria y los especialistas.
Autocuidado
La formación sobre la importancia del descanso y el sueño de calidad, así como el aprendizaje de técnicas de mantenimiento de la energía, pueden ayudar a controlar mejor los síntomas. Los trabajadores de salud pueden explicar a los pacientes estrategias de autocontrol para responder rápidamente a un brote o una recidiva, por ejemplo, a fin de reconocer sus posibles desencadenantes, reducir temporalmente los niveles de actividad, supervisar los síntomas a lo largo del tiempo y no restablecer el nivel habitual de actividad hasta que el brote se haya controlado. En algunos casos puede ser necesario realizar modificaciones en el entorno laboral y utilizar ayudas técnicas.
Prevención
La infección por el SARS-CoV-2 puede producirse más de una vez y, en cada reinfección, se corre el riesgo de presentar la afección pos-COVID-19. Por consiguiente, continúa siendo importante reducir el riesgo con medidas profilácticas como el uso de mascarillas, la higiene personal y la ventilación en las situaciones de mayor riesgo. Asimismo, se sabe que recibir dos dosis de vacuna reduce la probabilidad de sufrir esta afección. (9)
Respuesta de la OMS
La OMS empezó a estudiar la afección pos-COVID-19 en la primera oleada de la pandemia mundial de COVID-19, en 2020, cuando empezaron a aparecer informes que indicaban que algunos pacientes presentaban síntomas persistentes semanas o meses después de la infección por SARS-CoV-2. Para entender mejor este fenómeno, la OMS se reunió con grupos de defensa de los pacientes, investigadores, trabajadores de la salud y profesionales de la salud pública y, en septiembre de 2020, estableció códigos de emergencia en la clasificación internacional de enfermedades (CIE) para esta afección.
Desde entonces, la OMS ha elaborado una definición de caso clínico de la afección pos-COVID-19 para detectar la enfermedad y conocer sus efectos en la vida de las personas. Esta definición fue elaborada por pacientes, investigadores y expertos clínicos de todas las regiones de la OMS, con el entendimiento de que podría modificarse a medida que surgieran nuevas pruebas y el conocimiento de las consecuencias de la COVID-19 siguiese evolucionando.
También se ha establecido una definición de caso clínico para la afección pos-COVID-19 en los niños y los adolescentes.
Desde febrero de 2021, la OMS ha estado organizando seminarios en línea sobre la afección pos-COVID-19 para conocer mejor esta enfermedad y sus repercusiones en la vida de los pacientes, así como para fomentar la investigación y la colaboración. Desde 2023, cada mes se organiza una serie de seminarios en línea para todo el mundo sobre el tratamiento farmacológico de esta afección.
Actualmente, un grupo de elaboración de directrices de la OMS formado por expertos de todo el mundo, trabajadores de primera línea y afectados por afección pos-COVID-19 está elaborando directrices sobre el diagnóstico, el tratamiento y la rehabilitación de esta enfermedad.
Animamos a los gobiernos y las entidades de financiación a que presten apoyo a la investigación sobre la afección pos-COVID-19 con el fin de mejorar los conocimientos en todo el mundo, y no solo en los países de ingresos altos, y a que planifiquen una atención clínica óptima para los pacientes. Asimismo, instamos a los gobiernos nacionales a planificar y presupuestar programas multidisciplinarios para esta afección y a garantizar el acceso equitativo a los tratamientos pertinentes.
Bibliografía
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- Ford ND, Slaughter D, Edwards D, et al. Long COVID and Significant Activity Limitation Among Adults, by Age — United States, June 1–13, 2022, to June 7–19, 2023. MMWR Morb Mortal Wkly Rep 2023;72:866–870. DOI: http://dx.doi.org/10.15585/mmwr.mm7232a3.
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