
La Martinuca, la tortilla que factura 3,5 millones de euros al año: «esto no es solo un negocio, es un legado»
Hace apenas unos días celebrábamos una de las mejores efemérides que tiene el calendario de marzo, el Día de la tortilla de patata. No puede haber algo más nuestro, más rico… Algo que con tan poco, nos da tanto. La tortilla de patatas es uno de esos platos que representan la propia idiosincrasia española, una receta sencilla pero que, cuando se hace bien, nos hace delirar por un un pincho recién hecho.
Tortillas ricas hay muchas y muy buenas alrededor de nuestro país. Solo hace falta echarle un vistazo esos rankings donde se lista las mejores (aquí nuestras favoritas de Madrid). Las hay de premio, de barrio, de culto…. Pero entre todas ellas, una que ha conseguido unas cifras apabullantes. ¿Cómo suena facturar 3,5 millones de euros vendiendo tortillas? A algo muy grande, claro está. ¿La responsable de tal hazaña? La Martinuca. Hablamos con su CEO y fundador, Víctor Naranjo, sobre cómo esta marca ha revolucionado el concepto y lo que les espera en el futuro. Que como anticipo, os diremos que es de lo más brillante.
La tortilla que nació gracias a la abuela Martina
Como muchos otros proyectos que han triunfado últimamente, todo comenzó durante la pandemia. Víctor se encontró en casa, reflexionando sobre su futuro y decidió emprender. «Hice una introspección, me pregunté si estaba en el camino correcto y me di cuenta de que no. Así que decidí tomar cartas en el asunto». ¿Qué podía hacer a continuación? Dedicarse en cuerpo y alma a la tortilla. En aquel momento todo tuvo sentido. Inspirado por su abuela Martina, cuya tortilla era legendaria en el barrio de Aluche, y por las palabras de un amigo que le insistía en convertirla en negocio, surgió La Martinuca.
El objetivo era claro: «Elevar la tortilla española a lo más salto, hacerla eterna y mundial. Si los italianos lo hicieron con la pizza y los estadounidenses con la hamburguesa, ¿por qué no nosotros con la tortilla?», explica a Elle Gourmet.
Con esta idea en mente, Víctor comenzó a darle forma al proyecto. «Al principio fue una locura. No tenía claro por dónde empezar, pero sabía que quería que la tortilla fuera la protagonista. Busqué a los mejores proveedores, perfeccionamos la receta y nos aseguramos de que el producto final reflejara el legado de mi abuela«. No fue fácil, pero poco a poco, la idea empezó a tomar forma. «Cuando lanzamos el proyecto, había gente que nos miraba raro. Decían: ‘¿En serio un negocio basado solo en tortilla de patatas?’.Pero yo tenía claro que la clave era diferenciarse y apostar por la calidad».
De delivery a tortillería de especialidad
Desde aquel primer momento, el crecimiento ha sido meteórico. De empezar con un modelo de negocio 100% digital y de venta online, pasaron a abrir su primer local en la calle Barquillo de Madrid en 2023. «Fue clave porque nos permitió conocer a nuestros clientes en persona, escuchar lo que querían y adaptar la oferta», explica. Así nacieron innovaciones como el bocata de tortilla en formato burger, un éxito rotundo. ¿Por qué a nadie se le había ocurrido antes?
Pero también ha habido retos. «Los costes han subido una barbaridad. El aceite de oliva, la patata, los huevos… Hemos tenido que ajustar precios, pero sin perder calidad. La tortilla tiene que ser un producto asequible, pero también queremos que se valore«. Y lo han conseguido. «Hoy en día, cuando la gente viene a La Martinuca, sabe que está pagando por un producto excepcional».
Víctor defiende que la tortilla de patatas puede ser un plato gastronómico de alto nivel. «Siempre decimos que la tortilla es mucho más que un plato de casa. En Francia tienen la quiche y se valora. En Italia, la pizza ha llegado a lo más alto. La tortilla de patatas tiene todo para estar en esa categoría».
¿Cómo facturar 3,5 millones vendiendo tortillas?
Puede sonar sorprendente, pero La Martinuca ha logrado convertir la tortilla en un negocio millonario. «El año pasado facturamos3,5 millones de euros y este año esperamos llegar a 8,5», revela Víctor.
¿Cuál es la clave del éxito? «El equipo. Contamos con un grupo de personas comprometidas, que creen en el proyecto y lo dan todo cada día. Sin ellos, esto no sería posible». A pesar de haberse vuelto virales en redes sociales (una de las socias fundadoras es la influencer María Pombo), el crecimiento de la marca y su posicionamiento han sido orgánicos. «Nunca hemos pagado por publicidad en redes. La gente habla de nosotros porque les gusta lo que hacemos, y eso es lo mejor que nos podría pasar».
También han sabido posicionarse bien en el mercado. «Apostamos por el delivery desde el primer día, pero sabíamos que tarde o temprano tendríamos que dar el salto a locales físicos. Cuando abrimos Barquillo, vimos que la experiencia de comer tortilla en un sitio cuidado, con buenos ingredientes y un ambiente especial, marcaba la diferencia».
Innovación constante y un prometedor futuro
La carta de La Martinuca tiene tres tortillas base (con cebolla, sin cebolla y con cebolla confitada) y tres sabores que cambian por temporadas. ¿La novedad para este trimestre? Tres versiones que rinden homenaje a distintas regiones. «Siempre buscamos un equilibrio: la tradición, que en este caso sería la cántabra con bonito en escabeche; la finura, representada en la de foie; y una de mayor carácter, la de chorizo asturiano», detalla Víctor.
«Eso sí, lo importante es que el protagonismo siga siendo de la tortilla. No queremos que el ingrediente añadido eclipse su sabor». El proceso de creación es todo un reto. «No es tan sencillo como echar un ingrediente nuevo y ya está. Hay que probar, ajustarla textura, ver cómo evoluciona la tortilla en la sartén. Todo tiene que estar equilibrado, porque la estrella sigue siendo la tortilla».
La ambición de La Martinuca no se detiene. «El objetivo de 2025 es consolidarnos en Madrid con nuestros locales físicos y abrir nuevas ciudades como Barcelona (donde ya tienen delivery), Valencia o Zaragoza. Queremos que la tortilla sea un icono gastronómico mundial», asegura.
Pero el sueño no acaba en España. «No descarto abrir en Nueva York en los próximos años. La tortilla española tiene todo para triunfar fuera. Es sencilla, deliciosa y, bien hecha, puede competir con cualquier plato icónico». Confiesa que, en su oficina, el plan de expansión ya está escrito en la pizarra. «En tres o cuatro años, podemos estar en Nueva York. ¿Por qué no?», dice con seguridad. «Es cuestión de tener un propósito claro, definido y común. Cuando el equipo comparte la misma visión, trabajar es un gustazo».
Mientras tanto, La Martinuca sigue creciendo. Y lo hace con una filosofía clara: mantener viva la esencia de la tortilla de la abuela Martina y llevarla a lo más alto. Porque, como dice Víctor,»esto no es solo un negocio, es un legado.»
Macarena Escrivá es redactora de ELLE Gourmet. Estudió Historia del Arte y un Máster de Periodismo. ¿Quién le iba a decir que el arte le llevaría a la gastronomía? Llegó a Madrid, desde Valencia, hace más de una década. Desde entonces se dedica a comer, viajar, fotografiarlo todo y contarlo en diferentes medios especializados. Nunca dirá que no a una fideuà, a una tarta de queso o a montarse en un avión que le lleve a cualquier otra parte del mundo.