
Lo que encontraron en el fondo del Gran Agujero Azul al perforarlo sorprende al mundo científico
Frente a las costas de Belice, el Gran Agujero Azul ha sido durante milenios un lugar de misterio y belleza. Pero ahora, bajo sus aguas profundas y oscuras, un equipo de científicos ha encontrado algo que podría reescribir lo que sabemos sobre el clima tropical. Lo que parecía ser solo una maravilla natural es, en realidad, un archivo silencioso con advertencias ocultas sobre el futuro.
Un pozo azul que guarda secretos antiguos
A más de 120 metros de profundidad, el Gran Agujero Azul no solo atrae a buceadores y exploradores. Recientemente, también ha capturado el interés de los científicos. Liderados por Dominik Schmitt, un grupo de investigadores logró extraer un núcleo de sedimento de 30 metros desde su fondo. Este testigo geológico resultó ser el registro más largo y continuo de tormentas tropicales en el Caribe.
Los sedimentos, depositados capa tras capa durante casi 6.000 años, revelan detalles impresionantes. Cada capa cuenta la historia de un evento meteorológico: tormentas, huracanes, y los cambios que vinieron después. Gracias a este archivo natural, los científicos pudieron reconstruir con precisión cómo ha evolucionado el clima en la región y cómo ha respondido a distintos factores a lo largo del tiempo.
Un patrón inquietante en aumento
Lo más impactante del estudio es la tendencia que revelaron estos datos. Aunque los ciclones han estado presentes durante milenios, su frecuencia ha crecido de forma preocupante en las últimas dos décadas. Según Schmitt, la zona ha experimentado más tormentas en los últimos 20 años que en cualquier otro período similar de los últimos 5.700 años.
Este incremento no parece ser una simple coincidencia. El análisis sugiere una clara correlación con el aumento de la temperatura superficial del océano. Esta subida de temperaturas se ha intensificado desde la Revolución Industrial, impulsada por la acumulación de gases contaminantes en la atmósfera. El cambio no es solo reciente: es acelerado y fuera de los rangos naturales que los sedimentos habían registrado hasta ahora.
Un clima en transformación y su motor oculto
Uno de los fenómenos que contribuyen a este cambio es el desplazamiento de la Zona de Convergencia Intertropical. Esta franja atmosférica, fundamental en la formación de tormentas, se ha desplazado hacia el sur. Esto ha desviado la ruta habitual de los ciclones, llevándolos a latitudes más bajas del Caribe, lo cual ha generado un impacto adicional en la región.

Además, el equipo detectó una intensificación de los episodios de La Niña, que también contribuyen a la formación de tormentas más frecuentes y poderosas. Este conjunto de variables se traduce en un pronóstico poco alentador: si las condiciones actuales se mantienen, la región podría sufrir hasta 45 tormentas tropicales y huracanes antes de que termine este siglo.
Más que datos: una advertencia silenciosa
El hallazgo no se limita a ser una curiosidad científica. Es una advertencia. Según los investigadores, esta frecuencia inusualmente alta no puede explicarse por ciclos naturales del clima ni por la influencia del Sol. Se trata, afirman, de un reflejo directo del calentamiento global provocado por la actividad humana.
Este estudio publicado en Science Geology subraya la urgencia de atender las señales del planeta. El Gran Agujero Azul, que durante siglos permaneció en silencio, ahora habla con claridad: lo que ocurre en sus profundidades podría ser un anticipo del futuro que le espera al Caribe… y quizás más allá.
[Fuente: El Confidencial]