
Miguel Aguado Arnáez, divulgador ambiental: "La sequía es irreversible. Las lluvias de …
Los embalses españoles siguen acumulando agua. Las abundantes lluvias del mes de marzo y el deshielo parcial típico de la primavera están haciendo subir las reservas hídricas de las cuencas españolas hasta alcanzar los casi 50.000 hectómetros cúbicos, lo que supone más del 70% de la capacidad total, según datos oficiales, casi 10 puntos por encima del promedio de los últimos 10 años.
Preguntamos al experto Miguel Aguado Arnáez, divulgador ambiental y profesor del Máster en Economía Circular, Sostenibilidad y Gestión ESG de la Universidad Europea, hasta qué punto esta situación contribuye a paliar la situación de emergencia por sequía y cómo se gestiona la reserva hídrica nacional.
National Geographic: La reserva hídrica española está al 73% de su capacidad total, en algunas cuencas, como la del Cantábrico oriental, la capacidad es mucho mayor (en este caso, es del 87%). Nos encaminamos hacia una recuperación hídrica que parecía impensable en los peores meses de la sequía. ¿Nos hemos recuperado de la situación de emergencia?
Miguel Aguado Arnáez: En cuestiones climáticas y meteorológicas debemos ampliar el zoom y ver las cosas con perspectiva. Desde 2019 hemos tenido más años secos que húmedos. Podemos afirmar, pues, que la sequía meteorológica está instalada en nuestro país, pues es evidente que llueve menos que antes. En términos generales, tenemos una gran sequía en España cada diez años, pero ello no significa que el resto de los años el clima sea más húmedo, pues la aridez forma parte de nuestro clima mediterráneo. En los diez últimos años nuestras reservas de agua embalsada han bajado considerablemente, pero no debemos confundir la sequía atmosférica con la sequía hídrica . Por otra parte, la mayoría de los años de este siglo han sido los más calurosos desde que tenemos registros. Si tenemos en cuenta la sequía propia de nuestro entorno, la disminución de nuestras reservas de agua, el aumento de la temperatura y el alargamiento del verano por encima del 30% en más de la mitad del país en los treinta últimos años, nos encontramos con una situación probablemente irreversible, aunque en estas fechas hemos tenido un pequeño alivio que nos vendrá muy bien. La respuesta sería, pues, que no nos hemos recuperado, aunque nos hemos aliviado.
National Geographic: A pesar de esta significativa recuperación, la situación de las reservas hídricas varía mucho en función de las cuencas. Por ejemplo, las diferencias entre las cuencas del Cantábrico oriental y las cuencas internas de Cataluña es de más de 20 puntos. ¿A qué se debe esta abultada diferencia?
Miguel Aguado Arnáez: La combinación de factores climáticos, geográficos y de gestión del agua, junto con los efectos del cambio climático, explican la gran disparidad en las reservas hídricas entre territorios. Los factores que más suelen afectar y nos explican mejor estas diferencias son diversas. Por un lado, las diferencias climáticas. Por ejemplo, el Cantábrico oriental tiene un clima oceánico húmedo, con precipitaciones abundantes y regulares frente a las cuencas internas de Cataluña, que tienen un clima mediterráneo y sequías prolongadas; la sequía persistente que en algunas regiones, donde destaca Cataluña, ha reducido significativamente las reservas embalsadas; los factores geográficos que permiten que algunas zonas retengan mejor el agua que otras; el modelo de gestión de agua en su almacenamiento y el consumo marca grandes diferencias igualmente y, finalmente, los factores asociados al cambio climático que intensifican la sequía especialmente en los territorios mediterráneos.
National Geographic: En caso de necesidad es necesario recurrir al desembalse de las presas ¿Cómo se lleva a cabo esta medida?¿Sirve para compensar otras reservas hidrológicas de la cuenca?
Miguel Aguado Arnáez: Los embalses españoles están en general muy bien gestionados y coordinados a través de las confederaciones hidrográficas. Nos llama la atención que en los últimos días hayamos visto desembalses, pero los motivos están muy justificados: por una parte debe calcularse la cantidad de agua en cada embalse para evitar que los de cabecera acumulen la mayor parte y dejen sin capacidad de reserva a los de aguas abajo. Por ejemplo, el río Tajo, uno de los más intervenidos, tiene diferencias de reservas embalsadas del entorno a un 20% entre las cabeceras y los territorios más alejados de las cabeceras.
Otras de las funciones son preventivas. Por una parte, para evitar tensionar el propio embalse hasta el límite de su resistencia y, a la vez, dejar una capacidad prevista para futuras lluvias o acometidas. Finalmente, debemos asegurar que los ríos tienen un caudal suficiente para seguir albergando vida y cumplir muchas funciones ecológicas y de actividad económica. Es el caso, por ejemplo, del delta del Ebro donde se requieren flujos de agua dulce asegurados para la producción de arroz y preservar su riqueza ambiental.
National Geographic: El caso contrario es el trasvase. A pesar de ser una medida muy eficiente en casos de sequía, en España solo hay 4 casos entre distintas cuencas hidrográficas. ¿A qué cree que se debe? ¿Cree que podría ayudar a equilibrar las reservas?
Miguel Aguado Arnáez: Los trasvases se emplean cuando existen períodos de sequía, siempre que no se deje una cuenca sin agua para abastecer a otra, lógicamente. Pero está claro que cada vez más cumplir esta premisa es muy complicada. En general, las reservas de agua son bajas en general. La apuesta más adecuada debe estar en la mejora de la demanda y del uso del agua. Debemos gestionar bien y de forma austera nuestras reservas actuales y las capacidades futuras, porque eso es lo que asegura el futuro de la población y la actividad económica. Hemos logrado grandes avances, pero nos queda trabajo y mejoras por llevar a cabo. Prácticamente el 80% de nuestro consumo de agua se dedica a agricultura y la ganadería, y en este sector tenemos aún que realizar cambios y mejoras como ampliar el riego con sistemas eficientes de goteo, horarios de riego a primera o ultima hora del día para evitar el 50% de evaporación al mediodía, modificar cultivos a otros menos consumidores de agua…
La industria ha realizado grandes avances y su consumo ha disminuido de forma efectiva, pero debe avanzarse en reutilización y reciclaje de agua. Es en el consumo del hogar y el urbano donde solemos centrarnos más y donde hemos realizado grandes mejoras. Cada español consume unos 130 litros diarios para diversas funciones. En las zonas con mayor constancia de sequía se optimiza bien el agua y en otras, mas al norte, donde no existía esa percepción se deben incorpora nuevos usos más austeros. Las ciudades deben incorporar sistemas de riego por goteo, reducir las praderas de plantas de gran consumo y sustituirlas por plantas autóctonas de bajo consumo y otros sistemas de reutilización de agua. En resumen, se pueden hacer muchas más cosas y más perficientes en la gestión de la demanda y consumo de agua que en el almacenamiento y distribución entre cuencas. En períodos de mayor cantidad de agua embalsada, como el actual, es cuando debemos ahorrar, como en la economía casera, uno ahorra cuando tiene un “extra” no cuando no tiene suficiente.
National Geographic: Se calcula que España consume aproximadamente 3.151 hectómetros cúbicos de agua (datos del INE del año 2022) para abastecer a más de 47 millones de personas. ¿Hay suficiente agua para todos?
Miguel Aguado Arnáez: Si gestionamos adecuadamente en el hogar, las ciudades, la industria y la agricultura y ganadería, podemos afirmar que hay agua para toda la población. Estas son medidas a corto y medio plazo, pero para asegurar el futuro debemos profundizar en grandes cambios como son los tipos de cultivos muy consumidores de agua por otros de menor consumo y posiblemente más rentables. Otras opciones muy ligadas al turismo como son los altos consumos de agua de los turistas que nos visitan, principalmente a zonas deficitarias del Mediterráneo o de las islas, deben ser gestionadas con criterios específicos. A medio y largo plazo deberemos aumentar nuestra capacidad de desalinizar agua del mar, a unos costes asumibles y donde España tiene buenos proyectos en activo, muy buenas empresas especializadas y gran capacidad y conocimiento especializado. Las islas son el lugar donde tendrá que hacerse una mayor inversión. Es el momento de la austeridad, la eficiencia y sacar partido a la inteligencia y la tecnología. Podemos, porque sabemos.