
Si no fuera por ese asteroide, los dinosaurios estarían compartiendo la Tierra con nosotros, dice paleontólogo
“Es probable que los dinosaurios no estaban inevitablemente condenados a la extinción al final del Mesozoico”, dijo Alessandro Chiarenza, paleontólogo especializado en la historia evolutiva de los dinosaurios. “De no ser por ese asteroide, aún podrían compartir este planeta con mamíferos, lagartos y sus descendientes supervivientes: las aves”.
Chiarenza es coautor de un estudio que rechaza la popular hipótesis que plantea que la población mundial de dinosaurios estaba disminuyendo drásticamente cuando el impacto de un asteroide masivo, hace aproximadamente 66 millones de años, resultó en la extinción de tres cuartas partes de toda forma de vida en la Tierra.
La idea de que el asteroide simplemente llegó a rematar un grupo ya en decadencia está respaldada por el escaso registro de fósiles correspondientes a los nueve millones de años previos a la extinción masiva del Cretácico-Paleógeno. Un nuevo estudio publicado en la revista académica Current Biology indica que la población de dinosaurios era más bien estable, al menos en la región que hoy es Norteamérica.
“En este estudio, demostramos que esta aparente disminución es más probablemente el resultado de un periodo de muestreo reducido», indicó Chiarenza en un comunicado de University College de Londres (UCL). Es decir, la recopilación de datos del final del Cretácico ha sido escaza, no porque hubiera menos dinosaurios en ese periodo, sino por la falta de lugares con rocas expuestas y accesibles correspondientes a ese tiempo.
Un reino interrumpido
Para llegar a esta conclusión, investigadores de UCL analizaron 8,000 registros de fósiles que pertenecen a cuatro familias de dinosaurios que habitaron América del Norte: anquilosáuridos, ceratópsidos, hadrosáuridos y tiranosáuridos. Mediante una técnica empleada en estudios de ecología y biodiversidad, llamada modelado de ocupación, estimaron la probabilidad de que estos dinosaurios habitaran áreas específicas.
Basándose en la geología, la geografía y el clima de la época, dividieron la zona de Norte América en cuadrículas y estimaron cuántas de estas celdas ocuparon las cuatro familias de dinosaurios en cuatro momentos distintos durante los últimos 18 millones de años del Cretácico.
Los resultados arrojaron que la proporción de tierra se mantuvo constante en general, lo que sugiere que su área de hábitat potencial se mantuvo estable y el riesgo de extinción se mantuvo bajo. También estimaron la probabilidad de detección de fósiles en cada zona, basándose en factores como la extensión del terreno accesible para los investigadores, la cantidad de roca relevante expuesta y el número de intentos de búsqueda en cada zona
“Analizamos el registro fósil y descubrimos que la calidad del registro de cuatro grupos de dinosaurios empeora durante los últimos 6 millones de años previos al asteroide”, indicó el paleontólogo Chris Dean, autor principal del estudio. “La probabilidad de encontrar fósiles de dinosaurios disminuye» debido a la cantidad de roca relevante expuesta y accesible, «mientras que la probabilidad de que los dinosaurios vivieran en estas áreas en ese momento se mantiene estable”.
Para los investigadores, el hecho de que no haya suficientes registros fósiles de dinosaurios correspondientes a este periodo no se debe tomar como indicador de que la población de dinosaurios alcanzó su máximo punto hace 75 millones de años (época de la que hay más registros de fósiles), y luego fue disminuyendo, como si fuera un grupo condenado a una extinción lenta pero segura.
“La mitad de los fósiles que tenemos de esta época se encontraron en América del Norte”, señaló el doctor Dean. “Nuestros hallazgos sugieren que, al menos en esta región, los dinosaurios podrían haber estado mejor de lo que se sugería previamente antes del impacto del asteroide, posiblemente con una mayor diversidad de especies que la que observamos en el registro bruto de rocas”.
Los investigadores incluso descubrieron que la familia de los ceratópsidos prosperaba más que las otras tres. Estos herbívoros con cuernos, como los triceratops, ocupaban grandes llanuras alejadas de los ríos, en una época en la que estos hábitats estaban mejor preservados.