
Colaboración y certeza: las claves para el nuevo ciclo de proyectos mineros
Jaime Álvarez, gerente general Minería y Metales de Fluor Sudamérica.
El panorama actual presenta múltiples desafíos que requieren nuestra atención inmediata. Entre ellos, la disponibilidad de fuerza laboral calificada a lo largo de toda la cadena de valor: desde profesionales de la ingeniería para el diseño de proyectos hasta equipo humano capacitado para la construcción. También enfrentamos el reto de contar con empresas contratistas que cuenten con la experiencia necesaria y, por supuesto, la disposición de recursos de inversión por parte de las mineras.
La clave para superar estas adversidades radica en un concepto fundamental: la colaboración. Durante mi participación en el reciente Foro de Excelencia en la Gestión de Proyectos Mineros de la Cesco Week, quedó claro el consenso en torno a este punto. La colaboración debe ser el eje central para el éxito de los proyectos, involucrando a todas las personas y grupos que forman parte del ecosistema: desde quienes desarrollan la tecnología hasta quienes lideran los proyectos, pasando por ingenieras, ingenieros, profesionales técnicos y empresas constructoras.
De igual manera, los clientes mineros requieren certeza, que las empresas proveedoras de soluciones demuestren su capacidad para cumplir con los plazos y presupuestos establecidos (CAPEX), manteniendo siempre los más altos estándares de seguridad. Dicha certeza es fundamental en un momento en que la industria necesita maximizar la eficiencia y minimizar los riesgos.
El futuro de la minería en nuestra región es prometedor, se esperan muchos proyectos que entren en fase de ejecución en los próximos años, pero eso requerirá un enfoque colaborativo, ético y temprano en la planificación de estos. Solo así podremos evitar los errores del pasado y aprovechar al máximo las oportunidades que se presenten.
El momento de actuar es ahora. La clave está en mantener un propósito común y trabajar en conjunto desde las etapas iniciales de cada proyecto. La industria minera tiene la oportunidad de demostrar que ha madurado y que está preparada para enfrentar los desafíos del futuro con responsabilidad y eficiencia.