Sobre los conflictos geopolíticos – comerciales y el aumento del gasto militar.
Los últimos meses se han caracterizado por una notable tensión internacional, plasmada en el proyecto de creación de nuevos aranceles por parte del Gobierno de los Estados Unidos de América. Esta pretensión, de notable incidencia en nuestra economía y bienestar, ha sido respondida por parte de las distintas autoridades públicas del mundo. Así, el Gobierno vasco ha anunciado una relajación de los estándares de deuda pública para poder apoyar al sector productivo. Por otro lado, se han publicado entre otras pretensiones, las siguientes: la reindustrialización de Europa, el fortalecimiento de la industria militar y de los ejércitos, la relajación general de los límites de deuda pública para poder financiar todas estas inversiones y políticas.
Quiero con este mensaje solicitar al Gobierno que este nuevo escenario sea vislumbrado desde un punto de vista holístico y global, pero no como «parches» que vienen a remendar el traje del Gobierno. Esto puede implicar la reordenación del organigrama del ejecutivo, la adaptación del programa de Gobierno para la XIII legislatura, la creación de campañas y políticas de comunicación que expliquen al pueblo lo que se pretende hacer y en última instancia la convocatoria de elecciones. Así se hizo para grandes o medianas crisis como la pandemia, el Brexit o la crisis económica del año 2008.
Una de las derivadas de la actual situación internacional es la seguridad. En el día de ayer, 22 de abril de 2025, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, anunció la subida del presupuesto militar en este año hasta el 2% del PIB. Supone prácticamente la duplicación del presupuesto militar en apenas unos meses, cuando se preveía esta subida en un plazo de cinco años. El plan presentado se fundamenta en cinco pilares, a saber:
-El crecimiento del número de tropas y la mejora y modernización de su formación.
-El fortalecimiento de las capacidades tecnológicas de las FFAA, con especial enfoque en la ciberseguridad.
-La fabricación y compra de nuevos equipamientos militares, con vistas a que estos sean construidos en suelo europeo, con patente europea y con reindustrialización de nuestro continente.
-El fortalecimiento de la capacidad de las FFAA para atender emergencias y catástrofes, es decir, de la Unidad Militar de Emergencias.
-El reforzamiento de las capacidades de los militares destinados a misiones internacionales.
Todo este plan se ha calculado en un monto de 10.471 millones de euros adicionales a los presupuestados para el presente ejercicio.
Así pues, del mismo modo que solicito un enfoque holístico y global para cuestiones como los aranceles, el Brexit o la pandemia, lo solicito para el presente plan presentado ayer. Las noticias de los últimos meses sobre cierre de fábricas (como Guardian en Llodio o Bridgestone en Basauri) suponen una decepción, primero porque implican una debacle en las capacidades industriales de Euskadi, pero también porque el Gobierno demostró su ineficacia al desconocer abiertamente que estas industrias se hallaban en estado precario.
La actual situación supone una grave amenaza en diversos órdenes, pero también una oportunidad.
En primer lugar, el Gobierno vasco debe ofrecer las capacidades industriales de Euskadi para este plan de reindustrialización, siquiera aunque sea para fabricar armas.
En segundo lugar, el Gobierno (siguiendo esta idea de enfoque holístico) debe ofrecer y adaptar sus capacidades para cuestiones como la formación de la tropa, el diseño de equipos tecnológicos o la ciberseguridad. Lo cual implica las capacidades de departamentos como el de Educación, el de Ciencia, el de Hacienda o de instituciones como las universidades vascas.
En tercer lugar, previendo que este plan aumente el tamaño de las FFAA, debe proponerse que Euskadi acoja las nuevas instalaciones que resulten de este proceso. Así, se prevé que las veteranas instalaciones de Loiola, en Donostia, desaparezcan para crear vivienda pública. Debe defenderse desde la AGE y desde las autoridades autonómicas que Gipuzkoa se dote de instalaciones militares modernas para el territorio, al igual que Mungia y Araka se emplazaron en Bizkaia y Araba para sustituir a antiguos cuarteles dentro de los cascos urbanos. Por otro lado, cabe estudiar si Euskadi puede acoger instalaciones de la Armada y del Ejército del Aire y del Espacio superiores a los actuales. También, cabe deshacerse de prejuicios habitualmente presentes sobre este estamento del sector público.
Los últimos meses representan una doble preocupación. En primer lugar, el traslado de capacidades industriales desde Euskadi hacia otros territorios de mayor crecimiento, como el Mediterráneo o el eje del Ebro. Esto se plasma en noticias como la de Guardian o Bridgestone o en la precariedad y obsolescencia de la red eléctrica industrial vasca. En segundo lugar, las tensiones internacionales suponen una preocupación, que al mismo tiempo deben comprenderse como una oportunidad para el desarrollo y el empleo.
Eskerrik asko.