
La pesca, factor decisivo en la sobrecapacidad de la Tierra – La Jornada Maya
El pasado 22 de abril, fue el Día Internacional de la Tierra. Por lo que esta contribución es una reflexión sobre nuestro planeta. Iniciaremos con el Día de la Sobrecapacidad de la Tierra, que es la fecha que indica el momento en que la humanidad ha consumido todos los recursos naturales que la Tierra puede regenerar en un año. A partir de ese día, viviremos endeudados, utilizando recursos que no son repuestos de manera sostenible. A nivel mundial, el Día de la Sobrecapacidad de la Tierra en 2024 fue el 1 de agosto. Esto indica que la humanidad utiliza 1.7 veces más recursos, de lo que el Planeta puede regenerar. Para México, esa fecha fue el 29 de agosto. Los Emiratos árabes, Qatar alcanzó ese día el 11 de febrero, siendo el primer país en hacerlo, seguido de Estados Unidos, el 14 de marzo. Estos países, requirieren casi dos Tierras para mantener su modelo de consumo. En cambio, si toda la humanidad viviera como en India, consumiríamos solo 70 por ciento de los recursos que la Tierra genera anualmente. Por lo que este indicador no está relacionado con el número de habitantes sino con el estilo de consumo y desecho. Desafortunadamente, cada año se va adelantando esta fecha, reflejando el aumento en la presión de los ecosistemas.
Utilizando la pesca como indicador, se “pesca aquí y se consume allá”
La FAO reportó en 2024 que un tercio de las poblaciones de peces a nivel mundial están sobreexplotadas, su captura es a un ritmo superior al que pueden regenerarse, afectando además la biodiversidad, comprometiendo la seguridad alimentaria de millones de personas y afectando economías. Además, el desperdicio de la pesca es un problema. Se estima que alrededor del 40 por ciento de la captura de la pesca mundial se desperdicia, debido a prácticas no sostenibles que capturan especies no-objetivo, por destrucción de sus hábitats marinos y por la manera en que se consumen. Por ejemplo, hay especies de las cuales sólo se comercializan las aletas, como en los tiburones o las pinzas de cangrejos y jaibas.
Otro factor que interviene es el desperdicio por falta de infraestructura para el manejo de la captura con una cadena de frío, especialmente en áreas de pesca artesanal. Otro factor de gran impacto es el transporte y comercialización, en la medida que muchas especies “se capturan aquí y se comercializan allá” contribuye a la sobre capacidad de la Tierra. Por ejemplo, en Yucatán la pesquería del mero que involucra a unos 12 mil pescadores con una captura que no deja de disminuir por sobre pesca, en 2017 fue de 7 mil 111 toneladas y para 2024 de solo 3 mil 800 toneladas. 90 por ciento de esta captura se exporta a Estados Unidos. Contrariamente, Yucatán ha aumentado la importación de pescado blanco del Nilo (que viene de Asia) y salmón que viene de Chile. Ese procesamiento y transporte entre sitios de captura/consumo tiene una huella de CO2 muy alta, de alrededor de 5 kg por 1 kg de pescado. Es una locura y un ecocidio que los mercados sigan causando tal impacto. No sería más lógico y ambientalmente sostenible que los yucatecos sigamos comiendo nuestro mero. Los chilenos su congrio y merluza, los americanos sus trucha y salmón y el pescado blanco se quede en Asia. Consumir local y de la estación es una de las medidas más útil para no sobre utilizar los recursos de nuestro planeta. Por el bien de todos, consumo local que además genera economía y el precio al consumidor es menor.
Edición: Fernando Sierra