
Apagón en España: cayó la oferta, no la demanda
El 28 de abril pasado, un desperfecto eléctrico aparentemente ocurrido en el sur de Francia –¿falla técnica o producto de sabotaje?– dejó sin luz a España y Portugal. Al día siguiente, en los diarios, apareció un gráfico en cuyo eje horizontal se mide el tiempo, y en el vertical la cantidad de energía producida y consumida en cada instante (ambas cantidades son iguales, porque el fluido eléctrico es un servicio). La curva mostraba una formidable caída en el momento del apagón. Según el autor, el gráfico mostraba la evolución de la demanda de energía. ¿Cómo? me pregunté. El madrileño que viajaba en subte cuando se cortó la energía no disminuyó su demanda de energía. El gráfico, ¿mostró la evolución de la demanda o la de la oferta?
Al respecto conversé con el norteamericano Marc Leon Nerlove (1933 – 2024), cuyo padre nació en Rusia y fue miembro fundador de la Sociedad econométrica. Llegó a la economía leyendo La teoría de los juegos, que publicaron John von Neumann y Oskar Morgenstern; pero Valor y capital, de John Richard Hicks, y Fundamentos del análisis económico, de Paul Anthony Samuelson, les resultaron más útiles. Según él, “los estudiantes tienen que estudiar mucha técnica, antes de pasar a las aplicaciones. El desafío consiste en motivarlos para que estudien dichas técnicas, antes de que puedan aplicarlas”. En 1969 ganó la medalla John Bates Clark.
–¿Por qué en 2012 la Asociación Americana de Economía lo calificó como miembro distinguido?
–Según el comunicado, porque soy un modelo de lo mejor que se hace en economía aplicada. Fui pionero en el desarrollo de los métodos modernos de análisis de series temporales, incluyendo la aplicación del análisis espectral a las series temporales de los agregados económicos, y la formalización de la descomposición planteada por Arthur Frank Burns y Wesley Clair Mitchell en componentes tendenciales, cíclicos e irregulares. En Estimación e identificación de funciones de producción Cobb–Douglas, calificada como magistral y publicada en 1965, ayudé a introducir el concepto de identificación parcial, en econometría.
–En su tesis doctoral, titulada “dinámica de la oferta: la respuesta de los productores agropecuarios a los precios”, introdujo la hipótesis de las expectativas adaptativas en la toma de decisiones.
–La idea “estaba en el aire” en Chicago; todo lo que hice fue introducirla en un modelo para mostrar por qué nadie había podido medir elasticidades de oferta diferentes de cero, para la mayoría de productos agrícolas en Estados Unidos. Me preocupa que el éxito de mi trabajo induzca a la aplicación del denominado “modelo nerloviano”, en situaciones inapropiadas. En econometría, a diferencia de la estadística matemática, la interacción entre la teoría y las observaciones empíricas ocupa un lugar central; pero excepto en el caso de los economistas agrícolas, la profesión privilegia la teoría abstracta. Muchos análisis empíricos sólo incluyen la realidad como ejemplos “ilustrativos”.
–¿Las magnitudes observadas, tanto precios como cantidades, reflejan la oferta o la demanda?
–“Reflejan” sugiere interpretación. En sí mismos, tanto los precios como las cantidades son lo que son. La realidad del almacenero de la esquina es que vende 10 docenas de huevos por día, a $ 10 la docena. ¿Qué tendría que ocurrir para que pudiera vender el doble, o cobrar 50% más?, son preguntas que reflejan una frustración. La correspondiente recomendación comienza por explicar por qué es lo que es; ahí es donde entra el análisis de oferta y demanda.
–Bernard Shaw dijo que si a un espantapájaros le enseñaban a decir oferta y demanda, lo que teníamos era a un economista.
–Más allá de la ironía, importa destacar que Alfred Marshall distinguía entre el equilibrio de plazo inmediato, del de corto y largo plazos. En cada momento lo que vemos es óptimo para quienes tuvieron que adoptar las decisiones, pero sólo en condiciones muy particulares el equilibrio de plazo inmediato se mantiene en el tiempo. La frustración a la que aludí antes sugiere que difícilmente el futuro sea igual al presente.
–La explicación causal es bien difícil.
–Por lo cual los economistas tomamos con pinzas la facilidad con la cual, en los medios de comunicación, se explican causalmente los hechos que interesan. Ni qué decir con la frecuencia con la cual se ensayan explicaciones conspirativas, que transforman el aparente fracaso en un éxito, por parte de alguien que, en definitiva, no perseguía el bien sino el mal.
–La cuestión de la causalidad es estudiada en econometría.
–En el denominado problema de identificación, que en los estudios de oferta y demanda fue planteado originalmente por Holbrook Working. Dr. House, la genial serie de televisión, ilustra el punto de manera inmejorable. Porque House no toca a los pacientes, ni los opera, sino que “torea” a los médicos que integran su equipo, con preguntas destinadas a que los facultativos a cargo de los pacientes puedan identificar cuál de las posibles enfermedades que generan las dolencias de los enfermos es la que está ocasionando el problema.
–¿Qué tiene que ver esto con lo que ocurrió en España?
–Que el problema fue claramente de oferta, no de demanda. La pobre española que se estaba nebulizando no dejó de demandar energía, sino que se le cortó la luz. Un ejemplo útil para utilizar en clase es el siguiente: por alguna razón se produce una escasez de combustible, por lo cual se forman colas en las estaciones de servicio. Observo que en una de ellas no hay ningún auto al costado de los surtidores. Antes de ponerme contento, porque podré cargar combustible sin demora, me tengo que preguntar: ¿tendrán nafta, o se les habrá terminado?
–La correcta identificación causal es fundamental para orientar la toma de decisiones, tanto pública como privada.
–La economía de los países a veces enfrenta problemas de demanda agregada, y en otras ocasiones de oferta agregada. Un economista que, independientemente de las circunstancias, afirma que toda recesión se debe a un déficit de demanda agregada, puede generar más problemas que soluciones, si la restricción tiene que ver con la oferta agregada.
–Otro notable ejemplo de la importancia de contar con buenos diagnósticos lo proporcionó Abraham Wald.
–En efecto. En un taller de reparaciones de aviones de guerra se había constatado que las balas habían impactado en las alas, pero no en los motores. Entonces alguien propuso reforzar las alas. Con gran inteligencia, Wald afirmó que en el taller no se veían aviones cuyos motores habían sido impactados, porque cuando esto ocurría los aviones se estrellaban. De manera que había que reforzar los motores, no las alas.
–Don Marc, muchas gracias.