
El Museo del Oído
▲ En entrevista, el ensayista Ramón Andrés (Pamplona, 1955) compartió que la idea de recrear cuadros de entre los siglos XV y XVIII responde al deseo de evocar el mundo del pasado, tan sabio, sobre el que nos asentamos hoy
. Acerca de su idea de un Museo del Oído, dijo que visitarlo nos permitiría entrar en un mundo muy físico, sensual, lleno de curiosidades. Lo imagino con sus escalinatas, con plantas que alojan las obras por época, con un patio. Luminoso, amplio, concurrido
. Sobre estas líneas, Un día de julio, de Eric Bowman (1960); luego, en el sentido de las manecillas del reloj, Mujer con una mandolina: Sobre una idea de Tiepolo, de Philip Haas (1954); El niño violinista, de JL Ronay (cerca de 1870); La lección de música, de Antoine Watteu (1684-1721); Niña afinando su violín, de Ryunosuke Oku (1923-1986), y Afinando el violín, de Charles Spencelayh (1864-1958).Foto tomadas del libro Despacio el mundo, de Ramón Andrés, editado por el sello Acantilado
Periódico La Jornada
Sábado 10 de mayo de 2025, p. 3
En su nuevo libro, Ramón Andrés recorre óleos de distintas eras donde músicos afinan sus instrumentos. El material de esta obra, titulada Despacio el mundo, es un manantial de reflexiones, sonidos, y, de colofón, nos conduce por una visita guiada en la segunda parte de este volumen, en la que reproduce muchos de los óleos con escenas de afinación.
Explica: “No se trata aquí, en esta galería de la afinación, de recrear el momento de la tensión de las clavijas en busca de armonía, sino de invitar a escuchar y contemplar, nada más.
Los protagonistas que todavía viven en estos cuadros nos entregan a un mundo previo, anterior a la música, anterior al lenguaje, una sonoridad que se abre a la luz de pequeñas habitaciones, en jardines, en posadas.
Reproducimos en esta página algunos de los cuadros incluidos en el libro, publicado por editorial Acantilado.