
Salvar los manglares: el plan que nace en Campeche – Maya Comunicación
Por Bruno Cortés
En la política, no todo es pleito ni grilla electoral. A veces, en medio del ruido, aparecen causas que nos recuerdan por qué es importante que haya diputadas y diputados con agenda ambiental clara. Así pasó esta semana en Campeche, donde se celebró el encuentro “Aceleradora de políticas de restauración y gestión sostenible de manglar 2025”. Suena técnico, pero tiene un objetivo muy concreto: salvar los manglares antes de que desaparezcan por completo. Y sí, están desapareciendo.
La diputada federal Azucena Arreola Trinidad, de Morena y presidenta de la Comisión de Pesca, estuvo ahí y no solo para tomarse la foto. Su intervención dejó claro que en el Congreso ya se están tomando en serio el tema. Porque mientras para muchos los manglares solo son paisajes bonitos para vacacionar, en realidad son barreras naturales contra huracanes, cunas de vida marina y aliados clave para enfrentar el cambio climático. Y sin embargo, estamos acabando con ellos.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, los manglares se destruyen más rápido que otros bosques del planeta. ¿La razón? Mal desarrollo costero, tala sin control, acuacultura intensiva, desecación por megaproyectos, y claro, la vieja confiable: contaminación. Y esto no es una exageración. México pierde miles de hectáreas cada año. Por eso Campeche es estratégico: tiene más de 200 mil hectáreas de manglares, y es el segundo estado con mayor extensión de este ecosistema en todo el país.
El evento, convocado por la gobernadora Layda Sansores, reunió a especialistas, funcionarios, legisladores y organizaciones de todo tipo para diseñar políticas públicas más efectivas. Es decir, que no se quede en buenas intenciones, sino que se traduzca en leyes, programas, incentivos reales para restaurar lo que ya se perdió y proteger lo que aún queda.
Se discutieron temas técnicos, se hicieron visitas de campo y se generaron propuestas que, según Arreola Trinidad, llevarán al Congreso para convertirlas en iniciativas legislativas. El chiste es que estas ideas no se queden guardadas en una carpeta bonita. Que haya presión, compromiso, y sobre todo dinero público bien invertido para que los manglares no sean solo un recuerdo en las futuras generaciones.
La importancia de este tipo de encuentros no está en los discursos ni en las fotos para redes. Está en que ayudan a crear consensos entre gobiernos, especialistas y legisladores para atender problemas ambientales que nos afectan más de lo que creemos. Porque si se siguen destruyendo los manglares, lo que viene después son inundaciones, pérdida de pesca, más emisiones de carbono, y más pobreza para las comunidades costeras.
Así que sí, hay esperanza de que se haga algo. Pero también hay prisa. La diputada Arreola dijo que promoverá las recomendaciones del evento en la agenda del próximo periodo legislativo. Ojalá lo logre, porque los manglares no pueden esperar otro sexenio.