
El Nobel alternativo ruso del medio ambiente: la energía nuclear "no encaja" en este siglo
Noel Caballero
Bangkok, 15 may (EFE).- El activista ruso Vladimir Slivyak, galardonado en 2021 con el denominado Nobel Alternativo de la fundación sueca Right Livelihood Award, dijo a EFE en una entrevista que la energía nuclear «no encaja» en el siglo XXI, y avanza que viajará este mes a España para realizar una campaña de protesta contra la compra de gas ruso por parte de la española Naturgy.
«La energía nuclear es peligrosa. Y, en algunos países, es la fuente de energía más cara. También es contraproducente cuando hablamos del cambio climático, porque construir una central nuclear lleva mucho tiempo y, para evitar las catastróficas consecuencias del cambio climático, tenemos que empezar a reducir la emisiones hoy», afirma Slivyak, cofundador del grupo Ecodefense!.
El activista ruso, premiado con el llamado Nobel alternativo por «su defensa del medio ambiente y por contribuir a impulsar la oposición popular a las industrias del carbón y la energía nuclear en Rusia», ha centrado la mayor parte de su carrera en la lucha contra la energía nuclear.
Una de las campañas más exitosas de Ecodefense! fue la oposición a la construcción de una central nuclear en Kaliningrado, plan que Moscú abandonó en 2014, después de que inversores extranjeros retiraran su financiación tras las presiones.
El gran apagón de España el 28 de abril ha reabierto el debate energético y reavivado reivindicaciones de algunos sectores de alargar la vida de las centrales nucleares más allá de la hoja de ruta del Gobierno, que prevé cerrar todas las plantas para 2035.
Slivyak considera que la energía nuclear «no encaja» en el siglo XXI, y cita el alto coste de producción, las vulnerabilidades y los riesgos que conlleva, así como resultar «contraproducente» para la transición hacia las renovables.
«En esencia, es una tecnología militar que se desarrolló después de la Segunda Guerra Mundial, porque los países querían armas nucleares. Y, como consecuencia, surgió la industria nuclear civil y comenzó a generar electricidad. En el siglo XXI, no creo que esta tecnología sea realmente adecuada. Es perjudicial para la transición energética», dice a EFE durante una visita a Bangkok.
Protesta en Madrid
Slivyak, de 51 años, tiene previsto viajar a Madrid a finales de mayo para reunirse con políticos, periodistas y activistas con el objetivo de «atraer atención» sobre la compra de gas ruso por parte de Naturgy, que desde el inicio de la guerra en Ucrania hasta el primer trimestre de este año habría pagado unos 9.000 millones de euros por gas ruso, según datos de Ecodefense!.
«Es muy importante que la sociedad civil alce la voz para decir que no está bien dar dinero a un dictador que está dirigiendo una guerra contra otro país», dice Slivyak, que vive en Berlín desde el comienzo de la guerra en Ucrania.
El activista, que fue tachado en abril de «agente extranjero» por Moscú -en virtud de una ley de 2012 que se ha recrudecido en los últimos años contra individuos y organizaciones que «cumplen activamente con encargos del enemigo»- alberga la esperanza de conversar con representantes de Naturgy para «tratar de convencerles de que paren» la adquisición de gas.
«Es clave conversar con las empresas que hacen negocios con Rusia (…) Creo que también es su responsabilidad, aunque sean privadas, de preocuparse por la democracia y por los derechos humanos», subraya.
El ecologista ruso pone de ejemplo la decisión en 2024 de la Corporación de Cemento de Taiwan de poner fin a la compra de carbón ruso tras reunirse con Ecodefense! y otros grupos ecologistas.
La compañía española firmó en 2013 un contrato para recibir 2,5 millones de toneladas de gas natural licuado (GNL) al año procedente de la planta Yamal, en Siberia, que no está incluida en las sanciones de la Unión Europea tras la invasión de Ucrania.
Entre abril de 2024 y marzo de 2025, según datos de Enagas -operador del sistema de transporte de gas natural en España-, Rusia fue el tercer suministrador de España de gas, representando el 18,5% del total de las compras.
«Rusia está usando todo este conflicto para ganar más dinero (…), que a su vez ayuda al Kremlin a continuar con la guerra», apunta. EFE
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