
Gigantesca tormenta solar podría impactar la Tierra: IGP en alerta por posibles efectos tras advertencia de la NASA
La Tierra podría experimentar en los próximos días los efectos de una de las tormentas solares más intensas del ciclo solar actual. La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de los Estados Unidos de América (NASA) detectó una erupción solar extremadamente poderosa, que fue calificada dentro de las más intensas en la escala de erupciones solares.
Según informó la NASA, aunque la mayor parte del material expulsado por el Sol se aleja del planeta, una porción podría acercarse lo suficiente como para provocar una tormenta geomagnética. Este tipo de fenómeno puede generar alteraciones en el campo electromagnético terrestre y causar efectos en sistemas tecnológicos y de comunicación.
Ante este escenario, el Instituto Geofísico del Perú (IGP), organismo adscrito al Ministerio del Ambiente (Minam), ha activado un protocolo de vigilancia permanente. Los especialistas seguirán la evolución de esta actividad solar durante los próximos cinco días, lapso en que se estima que las ondas solares podrían alcanzar o rozar la atmósfera terrestre.

POLITICA INVESTIGACIÓN Y TECNOLOGÍA
NASA/SDO Y LOS EQUIPOS AIA, EVE Y HMI
El monitoreo tiene como objetivo observar posibles efectos en el clima espacial y en los sistemas tecnológicos del país, particularmente en la región ecuatorial donde el Perú se ubica.
El Instituto Geofísico del Perú confirmó que sus investigadores e ingenieros de la Dirección de Geoespacio realizan un seguimiento detallado sobre los efectos de la compatibilidad electromagnética (EMC) en la zona ecuatorial. Esta vigilancia permite identificar cualquier alteración que pudiera surgir en la atmósfera superior y en el campo magnético terrestre.
Gracias al radar ionosférico que posee el IGP en el país, así como a una red de instrumentos científicos instalados en diferentes puntos del territorio, se podrá evaluar en tiempo real cualquier variación electromagnética. Esta capacidad tecnológica sitúa al Perú en una posición estratégica para la observación de este tipo de fenómenos astronómicos.

El IGP señaló que el evento solar en curso podría generar una valiosa cantidad de datos para análisis científicos. Esta información será compartida con instituciones nacionales e internacionales con el fin de enriquecer la comprensión sobre las consecuencias de las tormentas solares en el clima espacial.
Según eventos similares ocurridos en el pasado, una tormenta solar puede causar interferencias en las comunicaciones de radio, fallas en sistemas de GPS, daños a satélites y a redes eléctricas. También puede provocar la aparición de auroras boreales y australes en latitudes donde estos fenómenos no son habituales.
La NASA detectó esta erupción solar el 14 de mayo de 2025. El evento fue clasificado como una llamarada solar de clase X2.7, la más intensa registrada en lo que va del año. Este tipo de fenómenos son propios del máximo de actividad del ciclo solar, que ocurre cada once años y que actualmente se encuentra en una fase de alta intensidad.
La tormenta se originó en el hemisferio norte del Sol y presentó una forma visual que especialistas describieron como “alas de pájaro” o “alas de ángel”. El diámetro de la erupción alcanzó aproximadamente un millón de kilómetros, lo que la convierte en una de las más grandes y complejas observadas recientemente.

Aunque la posibilidad de un impacto directo con la Tierra es baja, la proximidad de la eyección de masa coronal es suficiente para activar medidas preventivas por parte de organismos científicos como la NASA y el IGP. La erupción ya provocó apagones de radio breves en el lado diurno del planeta, una señal clara de su potencia.
Las tormentas geomagnéticas de este nivel pueden perturbar sistemas tecnológicos sensibles. Por esta razón, los especialistas continúan evaluando la evolución del evento solar y su posible interacción con el campo magnético terrestre.
Las tormentas solares pueden afectar directamente la tecnología y algunas actividades cotidianas. Las redes eléctricas enfrentan el riesgo de sobrecargas que podrían provocar apagones, como ocurrió en Quebec en 1989.
Las comunicaciones por radio, especialmente las de alta frecuencia usadas en aviación y navegación marítima, pueden sufrir interrupciones temporales. El sistema GPS también puede presentar errores por alteraciones en la ionósfera, lo que impactaría el transporte, la agricultura de precisión y otros servicios.

Los satélites corren riesgo de daños por la radiación solar, lo que afectaría telecomunicaciones, navegación y pronósticos meteorológicos. Algunos vuelos podrían cambiar su ruta para evitar mayor exposición a la radiación en zonas polares.
Aunque la atmósfera protege a la mayoría de las personas, astronautas y pilotos podrían recibir dosis más altas de radiación. Además, estas tormentas pueden causar auroras visibles en zonas poco comunes, sin representar un peligro para la población.