
Un astrofísico avisa de las consecuencias por la caída de basura espacial: «Tarde o temprano tendremos mala suerte»
En los últimos meses, la basura espacial se ha consolidado como uno de los problemas más preocupantes para las distintas agencias. La cantidad de objetos, como fragmentos de satélites y etapas de cohetes, ha aumentado de manera progresiva, lo que genera un mayor riesgo de colisiones entre satélites operativos. Por ello, entidades como la NASA o la Agencia Espacial Europea (ESA) se han puesto como objetivo prioritario la puesta en marcha de varias iniciativas para intentar reducir este problema en auge.
De entre todas, destaca la misión CAT de la ESA. Junto a la empresa española GMV, la agencia prevé poner en marcha esta iniciativa de cara a 2027, año en el que se realizará el primer ejercicio de quitar un trozo de basura espacial.
«Queremos quitar por lo menos hasta unos cinco trozos de basura con este sistema, pero tienen que estar preparados. En el caso de no estar preparado, existen otras técnicas con un brazo robótico. En el pasado hemos estado desarrollando tecnologías que son redes como para pescar la basura. La cuestión es agarrarlo y bajarlo hasta el límite de la atmósfera para que se pueda quemar», explicó para El Debate Mariella Graziano directora de estrategia y desarrollo de negocio de Ciencia, Exploración y Transporte de GMV.
Iniciativas como la de GMV comienzan a ser prioritarias, dada la gran cantidad de basura espacial que existe en la órbita terrestre. Se estima que actualmente hay más de un millón de trozos de basura espacial con un tamaño superior a 1 centímetro y otros 128 millones de fragmentos de menor dimensión.
Tal como han detallado los expertos, no solo preocupa la alta cantidad de residuos espaciales, sino el número de objetos que acaban ‘regresando’ al planeta. De hecho, según un informe de la ESA, se estima que entre 50 y 100 millones de toneladas de basura espacial caen a la Tierra cada año, con un promedio de tres objetos de tamaño considerable cada día.
El más llamativo de los últimos días fue la sonda soviética Cosmos 482, que cayó el pasado 10 de mayo en el océano Índico. Creada originalmente para estudiar la atmósfera de Venus, los fallos en su lanzamiento provocaron que la sonda estuviera a la deriva desde 1972. Por desgracia, el ejemplo de la sonda no ha sido la única de los últimos meses, protagonizados por SpaceX.
La empresa dirigida por Elon Musk se ha caracterizado por protagonizar varios de los episodios más llamativos en lo que ha caída de basura espacial se refiere. El pasado 19 de febrero, la Agencia Espacial Polaca (POLSA) confirmaba la «entrada incontrolada» de una etapa del vehículo de lanzamiento FALCON 9 R/B sobre el territorio polaco.
Fotografía de los restos de la nave Starship de SpaceX en Santo Domingo
Este episodio llegaba en medio de un año en el que los distintos lanzamientos de SpaceX han derivado en problemas, retrasos y explosiones, obligando al cierre de aeropuertos y generando varias lluvias de objetos espaciales.
Nos jugamos el todo por el todo cada vez que tenemos una reentradaExperto del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian
Asimismo, a finales de 2024 se localizó en la aldea de Mukuku, en Kenia, un anillo metálico de algo más de 500 kilos. Según el comunicado de la Agencia Espacial de Kenia (KSA por sus siglas en inglés), este fragmento metálico fue identificado como un anillo de separación de un cohete.
El aviso de un reputado astrofísico
Los episodios registrados en estos últimos meses cuentan con una particularidad que suele repetirse en la mayoría de casos: su desintegración al entrar en la atmósfera. Sin embargo, basta que uno de los objetos no siga este patrón para que genere unas consecuencias realmente preocupantes.
«Nos jugamos el todo por el todo cada vez que tenemos una reentrada. Tarde o temprano tendremos mala suerte, y alguien resultará herido por la caída de basura espacial», afirmó el astrofísico británico Jonathan McDowell a Space.com.
Asimismo, el experto del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian señalaba al propio Elon Musk como uno de los grandes responsables de la gran cantidad de residuos que hay actualmente en el espacio.
«Si SpaceX continúa con sus planes de expandir su constelación Starlink a 30.000 satélites, entonces estaremos viendo 15 reentradas diarias», dijo McDowell.