
El motor industrial se apaga: crisis en minería y manufactura frena la economía
En el primer trimestre de 2025, la economía mexicana inicia el año con tropiezos: la minería y la manufactura, dos pilares del sector secundario, registraron caídas recientes que frenan el dinamismo económico del país. Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) muestran que, en marzo, la actividad industrial retrocedió 0.9% respecto al mes previo, arrastrada por descensos de 1.1% en la producción manufacturera y 2.7% en la minería. En comparación con marzo de 2024, la producción industrial fue 1.3% inferior, debido principalmente al desplome interanual de 10.1% en la minería y a la contracción de 1% en las manufacturas. Con ello, el primer trimestre cerró con una disminución acumulada de 0.7% en la actividad industrial frente al mismo periodo del año anterior, evidenciando la debilidad persistente del sector.
El sector minero ha acentuado su caída, afectado sobre todo por la menor extracción de hidrocarburos. Desde inicios de 2023, muestra una tendencia negativa, y a comienzos de 2025 profundizó el retroceso. Tan solo en enero de 2025, la actividad minera disminuyó 1.8% mensual y 8.6% a tasa anual, reflejando el desgaste acumulado. En marzo, la minería cayó 2.7% mensual —su mayor tropiezo en un solo mes desde julio de 2023— y acumuló un desplome de 10.1% respecto a marzo del año anterior. Este comportamiento confirma que la minería continúa como el componente industrial más rezagado, restando fuerza al desempeño general de la economía.
La industria manufacturera, principal motor exportador de México, mostró señales de enfriamiento tras un desempeño apenas positivo el año previo. En enero de 2025, la producción manufacturera retrocedió 0.9% respecto al mismo mes de 2024. Aunque en febrero tuvo un repunte mensual de 2.9%, gracias a una mayor actividad fabril, volvió a perder fuerza en marzo. Durante ese mes, la manufactura disminuyó 1.1% frente al mes previo y fue 1.0% inferior en comparación anual. La debilidad fue generalizada dentro del sector: 16 de las 21 ramas manufactureras registraron caídas mensuales, destacando la industria de la impresión (-6.5%) y la fabricación de productos metálicos (-5.5%). Aun así, en el acumulado del primer trimestre, las manufacturas lograron un ligero crecimiento anual de 0.7%, siendo el único componente industrial con variación positiva en ese periodo. Esto sugiere que, pese a los altibajos mensuales, la manufactura se mantiene estancada en un nivel similar al del año anterior, sin aportar por ahora un impulso claro al crecimiento económico.
No todos los sectores productivos están en números rojos. Algunos rubros clave de la economía mexicana mostraron resiliencia o recuperación en los primeros meses del año:
Construcción. Tras tres caídas mensuales consecutivas a fines de 2024, la construcción hiló mejoras moderadas. En marzo fue el único gran sector industrial con crecimiento, al subir 0.8% mensual. Esto le permitió incluso un repunte anual de 2.1% respecto a marzo de 2024, impulsado principalmente por la edificación privada, mientras que la obra de ingeniería civil se mantiene débil.
Sector primario. Las actividades agropecuarias y extractivas no petroleras dieron la sorpresa positiva. El campo mexicano arrancó 2025 con fuerza: en el primer trimestre, el sector primario creció 8.1% respecto al trimestre anterior (cifras ajustadas por estacionalidad), revirtiendo la caída sufrida durante 2024. Factores estacionales y mejores condiciones climáticas contribuyeron a este desempeño, que añadió un colchón de crecimiento para la economía en su conjunto.
Servicios (sector terciario). El vasto sector de comercio y servicios ha mantenido una expansión moderada. En febrero, por ejemplo, las actividades terciarias crecieron 0.6% mensual, sumando su segundo mes al alza, apoyadas en el consumo interno y en la continua recuperación del turismo. Durante 2024, los servicios mostraron un avance modesto pero constante, que permitió compensar parcialmente la debilidad de los sectores productivos tradicionales. En 2025, el consumo privado relativamente estable y la demanda de servicios siguen fungiendo como un motor para la economía, aunque insuficiente por sí solo para acelerar el crecimiento general.
La tendencia actual plantea un panorama delicado para la economía mexicana en los próximos meses. Especialistas señalan que los vientos en contra para la industria podrían persistir si no hay cambios en las tendencias. Francisco Flores, director de economía nacional de Banorte, advierte que la incertidumbre comercial —especialmente por la situación de Estados Unidos, principal socio— seguirá siendo un factor clave, sumándose a desafíos internos. De mantenerse estas condiciones, se prevé mayores afectaciones en la primera mitad del año. De igual forma, analistas subrayan que los recientes datos confirman una desaceleración industrial en curso y que, si la tendencia continúa, el panorama para los próximos meses luce desafiante.
No obstante, las autoridades mantienen una visión optimista. Para 2025, el gobierno federal proyecta que la economía mexicana crecerá al menos 2%, apoyándose en una eventual mejora de la demanda externa, en la resiliencia del mercado interno y en proyectos de inversión estratégicos. Lograr ese objetivo dependerá en buena medida de revertir la caída en minería y manufactura o de compensarla con el impulso de otros sectores clave. Por ahora, la economía ha evitado una contracción gracias al buen desempeño del campo y los servicios, pero el comportamiento de la industria será determinante. Si la segunda mitad del año trae una recuperación industrial —potencialmente favorecida por la estabilidad financiera y mayores inversiones—, México podría acercarse a la meta oficial de crecimiento. De lo contrario, la reciente debilidad del sector secundario podría marcar el inicio de una etapa de menor crecimiento económico, en la que la diversificación sectorial y la inversión serán más cruciales que nunca.
Académico de la Universidad del Valle de México Campus Zapopan