
Inversión en la alimentación – El Diario de Chihuahua
Ciudad Juárez.- En un país donde más del 20% de la población vive en condiciones de pobreza alimentaria, cada peso destinado a combatir el hambre representa mucho más que una cifra presupuestal: es una inversión en dignidad, salud y futuro. Por ello, la reciente decisión del Gobierno del Estado de Chihuahua de aumentar el presupuesto del Banco de Alimentos de Ciudad Juárez de 8 a 12 millones de pesos en 2025 es una medida que merece ser reconocida y replicada.
Actualmente, esta institución atiende a más de 42 mil personas al mes, distribuyendo más de 213 mil paquetes alimentarios y más de 3 millones de kilogramos de comida al año. Estas cifras no solo reflejan la magnitud del problema, sino también la capacidad de respuesta de una organización que ha sabido tejer alianzas con el gobierno y la sociedad civil para enfrentar una de las formas más crueles de desigualdad: la inseguridad alimentaria.El aumento presupuestal no solo permitirá ampliar la cobertura del banco, sino que también contempla la apertura de comedores comunitarios en centros como el Parque Central y Parajes de San José. Esta estrategia integral, que incluye talleres de cocina saludable y la expansión de centros comunitarios de 13 a 20, apunta a un enfoque más sostenible y educativo, donde no solo se combate el hambre, sino que se promueve una cultura alimentaria más consciente y saludable.En un contexto nacional donde el desperdicio de alimentos supera los 20 millones de toneladas anuales, iniciativas como esta también invitan a reflexionar sobre la redistribución de recursos y el papel de la ciudadanía en la lucha contra el hambre. No se trata solo de caridad, sino de justicia social.Además del impacto directo en la alimentación de miles de familias, el fortalecimiento del Banco de Alimentos tiene un efecto multiplicador en la economía local. Al colaborar con productores, supermercados y empresas para rescatar alimentos que de otro modo serían desechados, se genera una cadena de valor que reduce pérdidas económicas y ambientales. Esta sinergia no solo optimiza recursos, sino que también promueve una economía circular más resiliente, donde el desperdicio se transforma en oportunidad y solidaridad.Por otro lado, el fortalecimiento de estas instituciones también representa un acto de prevención en materia de salud pública. La desnutrición y la mala alimentación están directamente relacionadas con enfermedades crónicas como la diabetes, hipertensión y obesidad, que representan una carga significativa para el sistema de salud. Invertir en una alimentación adecuada desde la base no solo mejora la calidad de vida de las personas, sino que reduce costos médicos a largo plazo, aliviando la presión sobre hospitales y clínicas públicas.Los 12 millones de pesos de inversión representan un paso firme hacia una sociedad más equitativa, empezando en Ciudad Juárez. Porque cuando el Estado invierte en alimentar a su gente, está sembrando las bases de una comunidad más fuerte, más sana y más solidaria.