
Artistas tomaron la brocha para protestar contra el genocidio en Gaza
Daniel López Aguilar
Periódico La Jornada
Domingo 1º de junio de 2025, p. 3
Ayer, entre los murmullos del tránsito sobre avenida Insurgentes Sur y la quietud del mediodía capitalino, emergió un nuevo lenguaje visual en la esquina con Yucatán: más de 30 artistas hicieron de una vieja pared de estacionamiento una galería al aire libre que alzó la voz contra el genocidio del pueblo palestino.
La brocha se volvió acto político y el color, forma de duelo compartido.
No es la primera vez que esta superficie sirve de lienzo para la indignación: antes fue memoria para los desaparecidos, tributo a mujeres asesinadas y eco de los migrantes invisibles. Esta vez, volvió a manifestarse sobre la barbarie que cubre de dolor a Palestina.
Estamos aquí porque nos duele el mundo
, se leía en el cartel de convocatoria. En él, los organizadores, Gabriel Macotela y Demián Flores, compartieron el impulso que motivó esta acción: “Nos angustia lo que ocurre en el mundo… el horror en Ucrania, la tragedia de los migrantes centroamericanos, y lo que hace el ejército israelí en Palestina. Eso no puede continuar”.
Es injustificable
Las paredes, divididas en segmentos, se llenaron de trazos: rostros cubiertos con pañuelos, niños con ojos abiertos al miedo, mapas fracturados, cruces que simbolizaban ausencias y frases que cortaban el aliento. Una de ellas citaba a la Nobel francesa de Literatura Annie Ernaux: Es injustificable
, parte del manifiesto firmado por más de 700 escritores que condenan la masacre en Gaza.
En entrevista con La Jornada, Gabriel Macotela, referente del arte mexicano, comentó: Esta barda la hemos intervenido antes, siempre por causas urgentes. Hoy nos convoca el exterminio. Lo que realiza el ejército israelí no es defensa, sino una masacre. No se trata de religiones ni banderas; es una cuestión de humanidad, ética y no violencia
.
Añadió que su iniciativa surge como un acto colectivo y espontáneo en el que convergen creadores que buscan manifestar mediante el arte la urgencia de detener esta guerra desigual. Para nosotros, como creadores, es un diálogo interno que manifiesta ética, valores humanos y la necesidad de paz en un mundo plagado de fanatismos y desigualdades
.
Gritón, presente
Demián Flores pintó una de las obras más emotivas de la jornada cultural. En ella aparece el rostro del artista y activista Antonio Ortiz Gritón, fallecido en diciembre pasado. Lo rodean los colores de la bandera palestina y la frase: Palestina libre
. Su pieza, Gritón palestino, es un doble homenaje: al amigo ausente y al pueblo bombardeado.
“El Gritón siempre estuvo con nosotros en estas luchas. Hoy no está físicamente, pero su presencia nos sigue marcando. Su voz está en estas paredes”, dijo conmovido.
▲ El maestro Macotela (imagen superior) y Demián Flores (sobre estas líneas) durante la realización de sus piezas en las paredes que convergen en Insurgentes Sur y Yucatán.Foto Jair Cabrera Torres
No queremos más guerras. Ni aquí, ni en ningún lugar. Ni más fosas, ni más niños sin hogar. Esta es nuestra forma de alzar la voz.
El pintor mazateco Filogonio García Calixto, conocido como Fil Calixto, presentó una creación compuesta por cruces negras sobre rostros blancos. La cruz es un alto. Ya no más muerte. Ya no más sufrimiento. Como artistas no tenemos armas, pero sí tenemos voz. Esta es nuestra forma de resistir
.
Entre las muchas obras que surgieron a lo largo del muro, destacaba también un poema del escritor Salem Al-Naffar, asesinado junto con su familia en un ataque aéreo en Gaza, en diciembre de 2023. Su texto, traducido y pintado sobre la pared, decía: Cuchillos podrán comerse lo que quedan de mis costillas, máquinas podrán aplastar lo que queda de las piedras, pero la vida vendrá porque esa es su manera, a crear vida incluso para nosotros
.
Otro segmento estaba dedicado a Yaqeen Hammad, niña muerta durante un bombardeo israelí. Su nombre fue escrito en rojo, junto a la frase: “Los territorios en disputa siempre son los cuerpos de niñas, niños, ancianos y mujeres… ¡Gaza libre, alto al genocidio!”
Entre los trazos aún frescos se encontraba también la artista Teresa Barrera, quien decidió sumarse a la acción tras ver la convocatoria en redes sociales.
No podemos ser indiferentes ante el exceso de impunidad y poder que tiene un estado ilegítimo, que está ocupando un territorio que no es suyo y que, delante del mundo, elimina a los habitantes de ese lugar. No podemos hacer como si nada pasara
, señaló.
Su intervención es una alegoría de la libertad: una niña palestina con vestimenta tradicional, en tonos negros, blancos y rojos, ondeando la bandera de su país.
Me gustaría que aprecien la imagen, primero se detengan y luego se pregunten por qué está aquí, por qué lleva esa bandera. Que investiguen, que sepan lo que pasa allá, porque si eso les sucede a ellos, también podría pasarnos a nosotros
, explicó Barrera.
En tiempos de guerra y desigualdad, nuestra herramienta es el arte. No estamos armados, pero sí tenemos voz, y esta es nuestra manera de llamar la atención sobre un genocidio que está ocurriendo en tiempo real.
El sol ayudó a que las vinílicas se fijaran al concreto.
Hacia las cuatro de la tarde, una llovizna ligera comenzó a caer sobre las imágenes, pero las gotas no borraron el mensaje, lo subrayaron: Gaza duele, y el arte no calla
.