
El centrista polaco Trzaskowski tiene una ligera ventaja en las elecciones presidenciales, según las encuestas
La lucha de poder que libran el primer ministro polaco, Donald Tusk, y el líder del partido Ley y Justicia (PiS), Jaroslaw Kazcynski, la Polonia proeuropea y la Polonia nacionalista, está a punto de saldarse. El candidato de la Coalición Cívica centrista gobernante de Polonia (KO), Rafal Trzaskowski, obtiene una ligera ventaja en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales con el 50,3% de los votos, según una encuesta de Ipsos para TVN, TVP y Polsat. Karol Nawrocki, el candidato respaldado por el partido opositor nacionalista Ley y Justicia (PiS), queda en segundo lugar con el 49,7%, según esta encuesta, informa Reuters. A pesar de lo ajustado y que todavía no hay resultados oficiales, los dos candidatos se han declarado ganadores. Trzaskowski ha declarado: «Seré el presidente de todos». Mientras Nawrocki ha afirmado: «Esta noche ganaremos, ganaremos y salvaremos a Polonia».
Los sondeos se ajustan a las últimas encuestas, que preveían una carrera ajustada entre los aspirantes a la sucesión de Andrzej Duda, un político que se dijo «independiente» al asumir la Jefatura del Estado con el apoyo del PiS y que en los 10 años que ha ejercido el cargo, el máximo previsto por ley, nunca olvidó la mano que le dio de comer.
El todavía presidente ocupa una posición influyente en Polonia, sobre todo por su derecho a vetar leyes. Es lo que ha hecho Duda, dificultar las contrarreformas de la coalición de centro-derecha de Tusk para integrar nuevamente al país en las libertades y derechos de la Unión Europea. Para Tusk es tan importante hacerse con la Presidencia como para el PiS retenerla. El pulso es tan feroz, que en esta campaña ha valido prácticamente todo y eso incluye las ya tradicionales pullas a Alemania, aunque con la novedad de que ya no son exclusivas de los nacionalistas.
«A los alemanes se les romperá la lengua con el nombre de Trzaskowski. Así que para todo verdadero patriota, la elección es obvia», escribió Tusk en X para ganarse a los votantes del nicho de la ultraderecha. Su líder, Sawomir Mentzen, del partido libertario de derecha radical Konfederacja, respondió: «Es cierto, pero la cuestión es cuál de los candidatos tendría más probabilidades de romperle los dientes a Alemania».
Mentzen quedó eliminado de la carrera presidencial en primera vuelta, pero ha exprimido al máximo el 15% de los votos de su tercer puesto. Invitó a Trzaskowski y Nawrocki a entrevistas en su canal de YouTube y les presentó ocho puntos para que los firmaran a cambio de su apoyo. Entre esos puntos figuraba el compromiso de no subir los impuestos, no introducir el euro, no ceder ninguna competencia a la UE, no enviar soldados polacos a Ucrania e impedir el ingreso de este país en la OTAN. Nawrocki firmo todo, sin más. Trzaskowski no, pero se fue de cervezas con Mentzen, lo que fue muy comentado. Al final, el ultra dejó la decisión en manos de sus votantes.
El candidato de KO y alcalde de Varsovia, Rafal Trzaskowski, con su mujer.EFE
Los llamamientos a la movilización en los últimos metros de carrera presidencial han sido insistentes y hasta el último minuto. Bajo el lema Toda Polonia adelante, Trzaskowski volvió a recorrer el viernes el centro y el norte del país. «Ya es hora de que prevalezca la honestidad, la justicia y la verdad. Necesitamos plena determinación y cada voto para que gane el futuro, para que gane toda Polonia», ha repetido Trzaskowski.
La mayoría de los habitantes de la región ya habían votado a favor del político de 53 años en la primera vuelta. Sin embargo, ni de lejos acudió tanta gente a las urnas como en las elecciones parlamentarias de 2023. Para Trzaskowski y, por ende, para Tusk, fueron malos resultados y el PiS espera que ahora les hagan caer en el pozo. «Sería bueno que Nawrocki se convirtiera en presidente, de lo contrario moriríamos bajo el régimen de Tusk. Son unos hipócritas que quieren vender Polonia. Bruselas lo espera, Alemania lo espera, Rusia lo espera. Quieren dividir Polonia», es la narrativa.
El viernes Nawrocki también viajó al Este del país, zona rural y feudo del PiS. Arrasó allí en la primera vuelta y eso le aseguró el pase a la segunda con el 29,5%. Desde entonces solo h a acaparado titulares y generalmente muy pocos son gloriosos.
El último episodio empezó cuando Nawrocki se metió en la boca una bolsita blanca durante un duelo televisivo con Trzaskowski. Dijo que había sido una tira de nicotina conocida como snus blanco, cuya producción y venta, por cierto, es ilegal Polonia. No satisfecho el suspicaz electorado, se sometió a un control antidrogas. Dio negativo, pero ahí no acabó todo. Poco después, dos antiguos colegas de Nawrocki de su época de portero de discoteca acusaron al candidato de cooperar con proxenetas y suministrar prostitutas a los clientes de un hotel de la ciudad báltica de Sopot. Nawrocki lo niega.
El periódico conservador Rzeczpospolita escribió que nunca ha habido un candidato presidencial en Polonia que proceda del entorno hooligan, que haya participado en reyertas entre ultras, que se haya hecho cargo de pisos de delincuentes en circunstancias oscuras y que haya estado tan estrechamente vinculado a los bajos fondos. Los estrategas del PiS, evidentemente sorprendidos por la avalancha de escándalos que salpican a su candidato y que salen a la luz casi a diario, intentan presentar todo como una campaña de desprestigio mediático del Gobierno de Tusk con la ayuda de los servicios secretos nacionales. Sin embargo, a diferencia de lo habitual, no emprenden acciones legales contra las acusaciones.
Tal vez porque cuantos más escándalos salen a la luz, más solidaridad despierta Nawrocki. Es como el movimiento MAGA de Donald Trump, que también es venerado por el PiS. Y viceversa. Trump y su secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, han instado a los polacos a votar a favor del conservador porque solo así EEUU mantendría su apoyo militar. La amenaza, aunque solo sea palabrería, tiene peso, en tanto que Polonia, dividida u ocupada por Estados europeos en varias ocasiones, ve a EEUU como garante de su propia soberanía e independencia. El posicionamiento de Trzaskowski con respecto a EEUU y con la UE nunca ha estado en contradicho, menos aun por la Coalición Cívica de Tusk, ex presidente del Consejo Europeo.