
La extrema derecha de Wilders abandona a sus socios y deja caer el Gobierno de Países Bajos
El líder holandés de extrema derecha, Geert Wilders, ha anunciado este martes que su Partido por la Libertad abandona la coalición del Gobierno de Países Bajos, en la que tenía mayoría y gobernaba junto a otras tres formaciones de derechas. La alianza se ha roto por desacuerdos en torno a nuevas restricciones en las políticas de asilo. Con un Gobierno roto que apenas ha durado un año, se abre el camino para unas elecciones adelantadas.
Wilders ha considerado que sus socios de coalición no estaban dispuestos a aceptar sus propuestas sobre como detener la migración que busca asilo en su país, para la cual había exigido apoyo inmediato la semana pasada. «No hay firmas bajo nuestros planes de asilo. El PVV abandona la coalición», ha escrito Wilders en una publicación en X. Según ha indicado, ya ha informado al primer ministro Dick Schoof que todos los ministros de su partido abandonarían el Gobierno.
Después de varios meses de negociaciones, en julio de 2024, Wilders llegó a un acuerdo con tres partidos de derechas para formar gobierno, sin que él fuera el primer ministro, ni tuviera ningún cargo concreto en el gabinete. El ultraderechista ganó las elecciones generales del 22 de noviembre de 2023, pero tuvo que renunciar al cargo de primer ministro para desbloquear el diálogo con los otros partidos. Era la primera vez que la ultraderecha vencía en Países Bajos desde 1945, y lo hizo con la promesa de detener lo que llamó «el tsunami de la inmigración».
Freno a la migración, la gran promesa de su Gobierno
Como ya prometió en campaña, los de Wilders se han pasado toda la investidura intentando poner freno a la migración que, según ellos, «es insostenible». El lunes de la semana pasada, el ultraderechista presentó un plan de diez puntos con medidas como cerrar las fronteras a los solicitantes de asilo y el regreso de los sirios con permisos de residencia temporales. Amenazó con romper el Gobierno «si no se lograba en pocas semanas» endurecer todavía más la política migratoria del país.
En noviembre, el Ejecutivo anunciaba una serie de «medidas de emergencia» para aliviar la presión sobre su sistema de asilo. Entre ellas, plantearon la reintroducción de controles fronterizos. Así, el país devolvería a las fronteras con Alemania y Bélgica a personas migrantes en situación irregular y solicitantes de asilo que hubiesen presentado su petición en otros países europeos.
Pero para Wilders, la medida no era suficiente. El político ya había advertido de que existía «un problema serio» para su partido y que la situación «no pintaba bien». El domingo añadió aún más presión a sus socios al decir en X que abandonaría la coalición si los otros grupos apoyaran «la mayoría» de sus propuestas.
En declaraciones a la prensa después de una reunión de urgencia en la víspera con los líderes de los otros tres partidos de derechas, Wilders hizo público su descontento hacia sus socios y advirtió de que su partido podría tomar esta decisión si no contaba con el apoyo de sus tres socios de coalición (los liberales VVD, los democristianos NSC y el partido de los granjeros BBB). Las conversaciones duraron poco menos de una hora y sus tres socios aseguraron que no se opondrían a los planes para restringir el asilo, pero dejaron la responsabilidad de ponerlos en marcha en manos de la ministra de Asilo y Migración, la ultraderechista Marjolein Faber.
En la mañana del martes, a las 09.00, los cuatro socios han vuelto a reunirse en una segunda ronda, pero 15 minutos después, Wilders ha escrito en X que el PVV dará un paso atrás en la coalición.
«Incomprensible» e «irresponsable», las reacciones de sus socios
«Incomprensible» e «irresponsable», son las palabras que más se han repetido entre sus socios de Gobierno. Los líderes de los otros tres partidos de derechas que formaban la coalición del Ejecutivo han reaccionado con incredulidad a la decisión del ultraderechista de abandonar el gabinete neerlandés.
La número uno del partido de los granjeros BBB, Caroline van der Plas, ha sido la primera en abandonar la reunión y ha asegurado a la prensa que está «muy enfadada». «Es elegir tu propio ego y tus propios intereses. No me entra en la cabeza. Está tirando a la basura la oportunidad de un gobierno de derechas. Esto es superirresponsable», le ha recriminado la líder de los liberales, Dilan Yeşilgöz.
Desde el democristiano NSC, Nicolien van Vroonhoven ha señalado que «es realmente irresponsable e incomprensible» el anuncio de Wilders porque el lunes hablaron «de medidas de asilo de gran alcance y en el acuerdo principal de gobierno», sin embargo, «va y lo tira todo por la borda así», ha lamentado la conservadora.
El primer ministro neerlandés, el funcionario sin afiliación política Dick Schoof, aún no se ha pronunciado sobre la situación, pero se espera que más tarde los cuatro socios de coalición se reúnan con él. Siguiendo el protocolo, Schoof tendrá que convocar de inmediato un Consejo de Ministros urgente para oficializar la caída del gabinete y después le corresponderá presentar la dimisión del gobierno al rey Guillermo Alejandro.
El partido de Wilders cuenta con el mayor número de escaños que sostenían a este Gobierno, 37 en total, mientras que los otros tres socios sumaban 51. El Parlamento neerlandés tiene 150 escaños y un gabinete necesita 76 para gobernar en mayoría. El resto de los escaños se reparten entre otros 12 partidos, lo cual complica las posibilidades de encontrar nuevos socios dentro de la misma ideología.