
Minería ilegal avanza en las Líneas de Nasca ante mirada pasiva del Estado – Latina
Las enigmáticas Líneas de Nasca están en el centro de una polémica: una resolución del Ministerio de Cultura intentó recortar en un 42 % la zona intangible que protege las famosas figuras trazadas en el desierto, con el argumento de facilitar la formalización de mineros ilegales.
Arqueólogos, autoridades locales, el gremio turístico y la sociedad civil rechazaron la medida que ponía en riesgo un legado milenario. Bajo esta presión, el Ejecutivo dio marcha atrás; sin embargo, las amenazas persisten, ya que dentro de la Reserva Arqueológica de Nasca creada ya conviven los restos prehispánicos con plantas de procesamiento de minerales.
“Si María Reiche viviera, le daría un infarto”, advierte Juan Valdivia, guía turístico que trabajó con la reconocida investigadora alemana. Él recuerda que este año se cumplen 50 años desde que empezaron los sobrevuelos turísticos en la zona.
El conflicto ha revelado un grave problema de fondo: la falta de saneamiento físico-legal de más de 150 sitios arqueológicos, que incluye la misma Pampa de Nasca. Esto ha generado tensiones entre el desarrollo económico impulsado por la minería formal e informal y la necesidad de proteger un espacio único en el planeta.
El alcalde provincial, Jorge Bravo Quispe, quien tiene vínculos con una mina en Arequipa, propone separar las zonas con restos arqueológicos y permitir la inversión en el resto del terreno. Por su parte, el Ministerio de Cultura enfrenta cuestionamientos por no hacer respetar la intangibilidad de la zona.
Otro de los hallazgos es la falta de personal, señalización y vigilancia, que refleja el abandono de este patrimonio de la humanidad por parte del Estado.
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