
Denuncian conexiones entre grandes marcas y trabajo forzado en minería china – Cadena 3
LONDRES (AP) — Un reciente estudio de Global Rights Compliance, organización con sede en Países Bajos, puso en evidencia que varias compañías globales, entre ellas Avon, Walmart, Nescafé y Coca-Cola, podrían estar implicadas en el uso de trabajo forzado a través de sus cadenas de suministro en relación con la minería en Xinjiang, una región oeste de China. Estas firmas podrían estar vinculadas a la obtención de titanio y otros minerales críticos, los cuales son producidos bajo condiciones laborales que han sido calificadas de coercitivas por diferentes grupos de derechos humanos, especialmente en lo que respecta a la población uigur y otras comunidades túrquicas.
En total, el informe identificó 77 proveedores chinos en la industria de minerales como el titanio, litio, berilio y magnesio, todos operando en Xinjiang. Estos proveedores corren el riesgo de involucrarse en los programas de “transferencia laboral”, que el gobierno chino ha implementado, donde personas uigures son obligadas a trabajar en fábricas como parte de una campaña más amplia de asimilación y detención masiva que se ha venido desarrollando durante años.
El informe menciona que productos como pinturas comerciales, termos y componentes para las industrias aeroespacial, automotriz y de defensa podrían rastrear su origen hasta estos minerales provenientes de Xinjiang. Por ello, se exhorta a las empresas a auditar y revisar sus cadenas de suministro para asegurar que no contribuyan a estas violaciones de derechos humanos.
La situación en Xinjiang ha sido objeto de creciente preocupación internacional, especialmente en el marco de las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos. A medida que ambas potencias buscan retomar negociaciones comerciales luego de una serie de disputas que amenazaron sus relaciones, el informe se emite en un momento crítico donde se discuten aspectos referidos a la exportación de minerales y tecnología.
Las autoridades chinas, ante la publicación del informe, negaron cualquier acusación respecto a la existencia de trabajo forzado en Xinjiang. El Ministerio chino de Exteriores calificó estas acusaciones como ‘mentiras’ impulsadas por fuerzas ‘anti-China’ y subrayó que los programas laborales en la región no han involucrado traslados forzados.
Además, un reportaje anterior de la ONU concluyó que las acciones de China en Xinjiang podrían ser consideradas crímenes de lesa humanidad, con más de un millón de uigures detenidos bajo la justificación de combatir el terrorismo y el separatismo. En respuesta, el gobierno chino ha defendido sus prácticas como necesarias para garantizar la estabilidad y la seguridad en la región.
En medio de este contexto, la presión sobre las empresas internacionales para que actúen de manera responsable y ética se intensifica. En 2021, una ley firmada por el ex-presidente estadounidense Joe Biden prohíbe las importaciones desde Xinjiang a menos que las empresas puedan demostrar que los productos fueron elaborados sin trabajo forzado. Inicialmente dirigida a productos como el algodón y tomates, esta medida se ha ampliado a otros sectores, incluyendo el aluminio y productos del mar.
Finalmente, se destaca que numerosas corporaciones de minería chinas han realizado intensas inversiones en la exploración y extracción de litio en Xinjiang, un mineral clave para la fabricación de baterías de vehículos eléctricos. Esto resalta aún más la necesidad de una revisión exhaustiva de las cadenas de suministro para mitigar el impacto de las violaciones de derechos humanos asociadas a esta industria.