
Jamón ibérico, vehículos eléctricos y un reajuste diplomático: la lucha comercial entre la UE y China se recrudece
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Las autoridades chinas anunciaron este martes una prórroga de seis meses de su investigación ‘antidumping’, o de competencia desleal, sobre las importaciones de productos porcinos procedentes de la Unión Europea, justificando el retraso «por la complejidad del caso». La investigación, iniciada en junio de 2024, se prolongará ahora hasta final de año. Esta afecta a más de 1.750 millones de euros de exportaciones de carne de cerdo, en particular de España, Países Bajos y Dinamarca.
El anuncio se produce en un momento en que Bruselas y Pekín tratan de estabilizar sus relaciones a pesar de años de fricción económica, exacerbadas por la guerra comercial del presidente estadounidense contra China y un orden mundial cambiante. Un hito crucial en este proceso será la cumbre UE-China, confirmada ahora para la segunda quincena de julio de 2025 en Pekín.
La ampliación de la investigación es una prueba más de que cada parte utiliza sectores sensibles, como los vehículos eléctricos en el caso de la UE y la agricultura para China, como herramientas de presión en sus negociaciones. La carne de cerdo es un producto de importancia estratégica para ambas partes: China es su mayor consumidor mundial, por lo que los ganaderos de la UE exportan allí cantidades significativas de orejas, patas y morros, muy apreciados en la gastronomía china pero de escaso valor en otros mercados.
La investigación sobre la carne de cerdo se interpreta como la respuesta de China a la reciente decisión de la UE de imponer aranceles de hasta el 45% a los vehículos eléctricos fabricados en la nación asiática. Bruselas argumentó que los aranceles eran necesarios para contrarrestar las subvenciones estatales de Pekín, las cuáles habrían permitido que los fabricantes automovilísticos chinos aumenten rápidamente su presencia en Europa mediante precios artificialmente competitivos. China criticó entonces los aranceles de la UE como «proteccionistas», advirtiendo de «medidas necesarias» para defender sus intereses nacionales.
El ministro chino de Comercio, Wang Wentao, se reunió en París con el comisario de Comercio de la UE, Maroš Šefčovič, en un encuentro en el que también se abordaron cuestiones más amplias, como el control de las exportaciones de tierras raras y el acceso a las licitaciones públicas.
En el centro de las negociaciones está el posible cambio de aranceles punitivos a un sistema de precios mínimos para los vehículos eléctricos chinos. Este planteamiento pretende responder a la preocupación de la UE por la competencia desleal y podría servir de modelo para futuros marcos comerciales de alta tecnología. «Las negociaciones para llegar a un acuerdo sobre un compromiso de precios que sustituya a los derechos vigentes continúan a nivel técnico y político», confirmó el martes un portavoz de la Comisión Europea.
La semana pasada, la UE contraatacó con restricciones a los fabricantes chinos de dispositivos médicos, limitando su acceso a los contratos públicos. Otro posible punto álgido es la restricción china de las exportaciones de minerales de tierras raras, componentes esenciales para muchos sectores manufactureros de la UE. Aunque inicialmente estaban dirigidas a Estados Unidos, estas restricciones tienen implicaciones para Europa y ahora forman parte de un conjunto más amplio de instrumentos de presión chinos.
La UE espera ahora que estas restricciones se levanten pronto. «Todo lo que tenemos hasta ahora es una indicación del Gobierno chino, a través de una declaración del portavoz de su Ministerio de Comercio, de que están estudiando esta cuestión y que van a encontrar la manera de abordarla», declaró el martes un portavoz de la Comisión Europea.
Pese a estos intercambios, también ha habido señales de buena voluntad. China ha ampliado recientemente el acceso al mercado de determinados productos alimentarios españoles, en una aparente señal de que sigue abierta a la negociación. Un hito crucial en este proceso será la cumbre UE-China de finales de julio. Ambas partes esperan que sirva de plataforma para recalibrar sus lazos económicos y desactivar potencialmente una de las disputas comerciales más complejas en la historia de la relación comercial entre ambos bloques.