
La directora Laura Cmet aprueba que la educación musical incorpore tecnología
▲ Cmet ha optado por no ocupar un puesto fijo en su natal Córdoba, para aceptar invitaciones de dirigir fuera de su país.Foto Cristina Rodríguez
Eirinet Gómez
Periódico La Jornada
Sábado 14 de junio de 2025, p. 3
El repertorio sinfónico no es aburrido para los niños; todo depende de cómo uno lo enseñe
, afirmó la directora argentina Laura Cmet, quien debutará este fin de semana al frente de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM). Formada como pianista y compositora, Cmet ha dedicado los pasados 10 años a dirigir un proyecto educativo que hoy reúne a más de 200 niños y jóvenes músicos.
Cuando mis hijos eran pequeños me di cuenta de lo importante que era para mí que vivieran la música no sólo como disciplina, sino como una pasión compartida
, contó en entrevista con La Jornada. Así nació la iniciativa de orquesta-escuela, que busca transformar la enseñanza tradicional de la música académica y abrir espacios accesibles y colectivos para las nuevas generaciones.
Muchas veces, si el espacio no está, hay que crearlo
, dijo la titular de la batuta, quien detalló que su estrategia pedagógica consiste en introducir a los estudiantes al repertorio orquestal desde las primeras clases, vincularlos con orquestas profesionales y realizar giras por el interior de Argentina.
En estos años, relató Cmet, las inquietudes de los niños y jóvenes han cambiado con el avance de la tecnología. Ellos aprenden a través de aplicaciones digitales. Los profesores y las escuelas tenemos que pensar cómo integrarlas en el proceso enseñanza-aprendizaje, y darles un valor agregado
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Una de sus mayores satisfacciones ha sido ver que varios de sus primeros estudiantes, ahora en edad universitaria y que han continuado con su instrucción musical, se han convertido en guías de los más pequeños.
Más allá de lo musical, en la orquesta los chicos aprenden valores: a trabajar en equipo, a tener disciplina, a respetar y a escuchar al otro. Esos aprendizajes quedan para toda la vida
, apuntó.
Aunque su carrera ha estado profundamente ligada a Córdoba −donde ha sido directora o asistente en orquestas profesionales y universitarias−, Cmet ha optado por no ocupar un puesto fijo, para aceptar invitaciones de dirigir fuera de su país, como ocurre con su visita a la Ciudad de México, donde participará al frente de la OFCM durante dos fines de semana.
El primer programa que encabezará incluye dos piezas: Fantasía escocesa, op. 46, de Max Bruch y la Sinfonía núm. 3 en la menor, op. 56, Escocesa, de Félix Mendelssohn, que, a decir de la directora, permiten que una orquesta se luzca en todos sus colores
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El segundo programa incluye dos obras que entusiasman a Cmet: Concertone en do mayor para dos violines y orquesta en do mayor, K. 190, de Wolfgang Amadeus Mozart; la Sinfonía núm. 3 en sol menor, op. 36, de la compositora francesa Louise Farrenc, y las Danzas del ballet Estancia, Op. 8a, del argentino Alberto Ginastera.
Hace poco tiempo que la música de Farrenc es redescubierta y revalorada. La Sinfonía núm. 3 es una obra fantástica que me sorprende y me hace preguntarme: ¿quién fue esta mujer que escribió obras tan bien construidas?
Sobre Ginastera, señaló: las danzas que incluimos pertenecen a una etapa nacionalista, en la que buscaba reflejar la identidad argentina a través de la música. Hay un movimiento muy bucólico, que evoca la Argentina de las grandes llanuras, de la naturaleza abierta. Esa atmósfera está muy bien retratada
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En cuanto a la Danza final-Malambo, resaltó: Es una música muy curiosa que bailaban los gauchos argentinos, una especie de duelo entre hombres con pasos complejos, zapateos vigorosos y mucha fuerza. En la versión orquestal, esa potencia se refleja con claridad en los metales y la intensidad rítmica
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Tras el segundo ensayo con la OFCM, la directora prevé un gran trabajo en conjunto. Al principio es como agarrar un instrumento por primera vez, no sabes cómo va a sonar. Cada orquesta tiene su sonido. En este caso, todo ha ido muy bien; es muy lindo trabajar con músicos profesionales, casi todos son solistas. Es un gran grupo de cámara
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Cmet, quien ha estado al frente de agrupaciones como el Ensamble de Vientos de la Universidad de Syracuse en Nueva York y la Orquesta Filarmónica de Sonora en México, considera que dirigir va mucho más allá de la música. Es manejo de energía: hay que ver que las personas estén a gusto tocando, que todo fluya. Es un arte muy vivo
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Recordó que al inicio de su carrera tuvo maestros que le decían que por ser mujer nunca dirigiría una orquesta. Pero insistí, porque, más allá del género, yo estaba convencida de que había nacido para esto. Sabía que era el lugar donde mejor me desempeñaba
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Aún falta apertura
Aunque hace 15 años no conocía prácticamente a ninguna otra directora mujer, poco a poco comenzó a identificarlas y a contactarlas, entre ellas a la brasileña Ligia Amadio. A partir de 2018 se integró al simposio para directoras mujeres que Amadio organiza cada dos años.
Afirmó que desde hace un par de años ve cierto avance para las mujeres: Las músicas ya no se cuestionan si pueden tocar determinado instrumento, o si pueden estudiar dirección. Eso es muy positivo, pero falta más apertura en las orquestas más profesionales, ya que en sus programas sólo 2 por ciento de quienes aparecen en la dirección son mujeres
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Cmet dirigirá la OFCM hoy y el 21 de junio a las 18 horas, y los domingo 15 y 22 a las 12:30, en la sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli (Periférico Sur 5141, Ciudad de México).
Al hablar de la experiencia de los conciertos, reflexionó: “Además de la energía de la orquesta en el escenario, está la de los asistentes. A veces esos silencios que hacen son en complicidad con los músicos. Es muy lindo ver cómo se involucran y comparten –desde el entendimiento que sea– lo que estamos haciendo”.
En un mensaje al público, Cmet, pidió: No tengan miedo a este tipo de repertorios. Aprovechen la oportunidad de escuchar música en vivo. Sé que estamos acostumbrados a los dispositivos electrónicos, y son fantásticos, pero no hay nada como escuchar música en vivo, como ver a estos artistas increíbles. La música, como decía Beethoven, sale del corazón y llega al corazón
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