
Artesanos reunidos en Los Pinos resisten con talento la invasión del plástico
▲ En la primera imagen, Ocotlán Zempoalteca, maestra tlaxcalteca del barro; luego, aspectos de la reunión de artesanos en la ex residencia presidencial.
Ángel Vargas
Periódico La Jornada
Domingo 15 de junio de 2025, p. 3
Las manos de Ocotlán Zempoalteca moldean la arcilla húmeda como si fuera masa para hacer tortillas. Es un acto de alquimia que, merced su pericia y la magia del fuego, habrá de dar vida a una jarra de barro bruñido. A sus 74 años, esta maestra tlaxcalteca sabe que cada pieza que sale de su taller familiar en San Sebastián Atlahapa libra una batalla desigual contra el plástico: uno de sus peores enemigos.
Antes vendíamos tinajas de 10 y hasta 20 litros en la Basílica de Ocotlán, mi pueblo. Ahora apenas hacemos jarras de tres litros. Comenzaron a meter muchos productos de plástico, y entonces nuestro trabajo se les hace caro. Pero no es lo mismo elaborar que comprar y revender
, refiere mientras muestra unas miniaturas que le toman el mismo tiempo que antes dedicaba a piezas de mayor envergadura.
Llevo más de 60 años haciendo esto, desde niña. Lo aprendí de mi madre como ella hizo de la suya. Ahorita hago ya solamente figuras decorativas chiquitas, porque el barro es pesado para hacer piezas grandes. Todo cambia.
Su historia se repite entre varios de los estands de Original: Encuentro de Arte Decorativo y Utilitario, que este domingo concluye luego de tres días de actividades en el Complejo Cultural Los Pinos, donde varios de los 250 maestros artesanos provenientes de 28 estados alertan sobre cómo los materiales sintéticos pueden borrar del mapa conocimientos y tradiciones milenarios.
Unos pasillos más adelante, Berta Zárate Blanco, de Santa María Atzompa, exhibe una colección de lámparas con calados que parecen encaje. Son el sello de los 10 hermanos Zárate Blanco, única familia que domina la técnica del barro blanco calado en ese poblado oaxaqueño.
“Antes hacíamos barro rojo dibujado, que servía de contenedor de agua fresca para beber. Después dimos el giro al calado, pero ya en barro blanco. Es un trabajo ornamental, porque las piezas utilitarias –jarras, jarros y platos– ya no dejan tanto”, señala.
Hay mucha competencia contra los objetos de plástico, porque antes en las fiestas ocupaban la olla o el jarro de asa, pero ahora usan cubetas de plástico. Es algo que sí nos está afectando. Pone en peligro a nuestros objetos, porque a veces ya no se vende tanto como antes; sí han bajando las ventas.
Orgullosa de formar parte de la tercera generación de una familia de artesanos, doña Berta habla de lo irregular que es vivir del trabajo artesanal : A veces se vive bien y a veces es difícil; no siempre hay buenas ventas. Pero, la verdad, seguimos en esto porque nos gusta mucho hacerlo y sí nos da para sobrevivir
.
En la segunda de sus tres jornadas de actividades, este Encuentro de Arte Decorativo y Utilitario –desarrollado como parte de Original 2025– convocó este sábado a miles de personas desde muy temprana hora. Poco ha disuadido lo nublado del día y las lluvias intermitentes. Los pasillos y los puestos de la expoventa están casi al tope y el trajín es incesante.
Hacia donde se pose la vista, todo maravilla, sorprende y/o conmueve. Lo mismo una talla en madera, que una cesta de palma, un alebrije, los coloridos tejidos y vestidos de diversos pueblos originarios, o los siempre espectaculares diseños huicholes. Tal es el influjo de la creatividad de los artesanos mexicanos, que han logrado convocar a visitantes no sólo nacionales, sino de otros confines, como Corea, España, Italia, Estados Unidos y Suiza.
De sus 30 años, Alfonso Martínez ha dedicado 15 al trabajo artesanal en barro negro bruñido. En su módulo, al lado de corazones y candelabros esgrafiados o calados con la destreza de un cirujano, tiene una impresionante escultura de corte surrealista: un busto del que penden demonios, ángeles y criaturas fantásticas, que es rodeado por desconcertantes imágenes escultóricas, entre ellas la de un velorio.
Esto no es artesanía, ante los ojos correctos es arte, y lo que hago es una especie de exorcismo de mis pesadillas
, señala el oaxaqueño de San Bartolomé Coyotepec, quien es hijo de una tejedora en telar de cintura y ha renovado la técnica del barro negro bruñido al mezclar calados de filigrana con su iconografía personal.
No obstante su talento y maestría, y que incluso obra suya ha sido vendida en otros países, para él dedicarse a la artesanía no ha sido una experiencia fácil: Lo que vendo a veces sólo da para pagar la renta. Esta es la primera ocasión que participo en Original y ha sido maravilloso, porque en estos días he vendido lo de un mes
.
Cae la tarde, y la gente sigue extasiada ante el prodigio de formas, colores e inventiva que desborda la ex residencia presidencial de Los Pinos. Para muchos de los artesanos es la primera ocasión que participan en este encuentro organizado por la Secretaría de Cultura federal, y se dicen afortunados y satisfechos por esta experiencia, en la cual han recibido talleres, entre ellos de cómo registrar su marca, promocionar sus obras en medios digitales y cotizar sus productos.
Me siento muy contenta de estar aquí, pero más aún de poder hacer esto que hago. Porque es una manera de conservar un conocimiento, y sobre todo una historia
, subraya doña Ocotlán Zempoalteca mientras prosigue dando forma al barro húmedo entre sus manos.