
El valor de la pesca en el Golfo de México – Periódico Noroeste
Aunque hoy se encuentra invisibilizado, el sector pesquero es mucho más importante tanto para el desarrollo regional, como nacional.
¿Qué viene a su mente cuando piensa en el Golfo de México? Siendo habitante de la región, visitante o turista, probablemente le evocará la vasta frontera de Tamaulipas con Texas; El Tajín y las caminatas por el malecón de Veracruz; el parque de La Venta en Tabasco; la zona amurallada de la Ciudad de Campeche; la blanca Mérida o Chichén Itzá, en Yucatán, o bien, parte de la Riviera Maya en Quintana Roo.
Más aún, podría pensar en los grandes puertos de Tampico, Veracruz, Coatzacoalcos, Ciudad del Carmen y Progreso; en la industria petrolera; incluso desviarse hacia la relevante producción ganadera, agrícola, azucarera, cafetalera y la importante actividad turística de toda la región.
A todo eso y mucho más, no olvide sumar la actividad pesquera. Y, aunque son una delicia, no sólo hablamos de la mojarra frita, del huachinango a la veracruzana, de los camarones al coco, las acamayas a la diabla, el pámpano a la sal, el chilpachole de jaiba, el pulpo en su tinta o el pan de cazón que caracterizan a la región. En el Golfo de México, los recursos marinos de importancia pesquera son muchísimo más que eso.
Con una producción anual de unas 225 mil toneladas, que alcanza el 10 por ciento de la captura nacional, los ingresos netos de la actividad pesquera de los estados del Golfo de México son aún más importantes: se aproximan a los 10 mil millones de pesos, siendo el 19 por ciento del valor de toda la pesca en el País.
En la actividad pesquera del Golfo de México participan directamente poco más de 90 mil personas, de las que dependen el mismo número de familias y una cifra mucho mayor de personas que trabajan indirectamente en la pesca de la región. Por ejemplo: jornaleros en el empaque y transformación de productos, en el transporte, y en los diversos eslabones de la cadena comercial de la pesca.
Especies como el huachinango, el pámpano, el robalo, el ostión, los camarones, el pulpo y la sierra, proveen los 13 kilogramos de productos del mar que consume cada persona en México, esto es el 15 por ciento del total de proteína de origen animal, aunque en los estados del Golfo de México esta proporción podría ser aún mayor ante la tradición y costumbre del consumo de pescados y mariscos por su cercanía con el mar.
Pero los recursos marinos del Golfo de México tienen también una gran relevancia a nivel internacional, pues en él habita un sinnúmero de especies de importancia económica y ambiental. Ejemplo de ello es que sus aguas son zona de desove y reproducción, tanto del atún aleta azul del Atlántico, como del atún aleta amarilla (cuyos huevecillos son fuente de alimento para el tiburón ballena), y que, al crecer y migrar hacia el Océano Atlántico, formarán parte de la importante pesquería de atún en países como Portugal y España.
Esta condición confiere al Golfo de México un valor incalculable para la pesca mundial, lo que hace preciso fortalecer el Estado de Derecho con leyes y políticas que, por un lado, garanticen la conservación de los ecosistemas de aguas someras, profundas y ultra profundas donde se desarrollan las especies de importancia pesquera, y por el otro, contribuyan a revertir los daños ambientales ocasionados por la contaminación, la pesca ilegal, la destrucción de los hábitats, los derrames y accidentes derivados de la explotación de hidrocarburos, logrando así recuperar la abundancia de la pesca.
En Oceana buscamos proteger las aguas profundas y la pesca del Golfo de México, súmate y firma nuestra petición: mx.oceana.org/elgolfonosune
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El autor es Esteban García-Peña, coordinador de Investigación y Políticas Públicas de Oceana en México.