
Industria, minería y construcción, los sectores dormidos de la economía – El Nuevo Siglo
Los tres sectores
Estos tres sectores rezagados concentran cerca del 90 % de la inversión y cuentan con altos multiplicadores económicos, por lo que su desempeño es clave para la recuperación y el crecimiento sostenido del país
En los últimos cinco años, los sectores de entretenimiento, información y comunicaciones, y actividades financieras registraron un crecimiento anualizado de 6,8 %, muy por encima del crecimiento del resto de las actividades económicas (1,7 % anual).
Según los analistas, en contraste, los sectores de minería, industria y construcción —estratégicos por su relación con la inversión y su capacidad de dinamizar el resto de la economía— registraron en conjunto una caída anualizada de 1,4 %. De haber mantenido el ritmo de crecimiento observado en la década prepandemia, la economía colombiana habría alcanzado un crecimiento de 3,3 % entre 2019 y 2024, similar a la cifra que permitió avances sociales relevantes y una tasa de inversión consistente con un crecimiento potencial superior al 3 %.
Este desempeño está estrechamente vinculado a una serie de obstáculos que, lejos de haberse superado, se han acumulado con el tiempo, restringiendo el crecimiento sostenido de sectores fundamentales para la sostenibilidad macroeconómica y el desarrollo social.
“De hecho, prevemos que la difícil situación de minería, industria y construcción persistirá en 2025, dado que construcción y minería continuarían con caídas, mientras que la industria crecería apenas un 0,8%, menos de un tercio del crecimiento total de la economía”, indican los investigadores.
Construcción
La construcción es, junto con la minería, uno de los dos sectores de la economía colombiana que aún no han logrado recuperar los niveles prepandemia. Esta situación se explica por: i) caídas consecutivas de las obras civiles entre 2020 y 2023; y ii) más recientemente, por el deterioro del subsector de edificaciones, en línea con un comportamiento negativo del mercado de vivienda.
En 2024 el subsector registró su primer crecimiento desde la pandemia (11,7 %), impulsado por obras no viales como centrales eléctricas, minas y acueductos. Sin embargo, el PIB del sector se desaceleró en el primer trimestre de 2025 y aún se encuentra 36 % por debajo de sus niveles prepandemia.
El ciclo de las 4G está en su fase final, con un avance promedio del 89,7 % a abril de 2025, lo que reduce su impacto sobre el PIB. Aunque cinco proyectos 5G —principalmente carreteros— ya están en construcción, junto con obras en las ciudades principales, especialmente en Bogotá, su impulso no compensa la pérdida de dinamismo de las 4G. Mientras estas llegaron a representar más del 1 % del PIB, actualmente los distintos frentes de obra apenas superan el 0,5 %, lo que limita una recuperación plena del sector.
En 2024, el PIB del subsector de edificaciones se redujo en 2,5 % y el inicio de 2025 estuvo marcado por la peor caída anual (-6,5 %) desde 2020. Además, los indicadores líderes no anticipan una recuperación cercana: tanto las ventas como las iniciaciones de vivienda se mantienen en los niveles más bajos de los últimos 15 años (Gráfico 3), y las licencias de construcción continúan en terreno negativo
Minería y petróleo
El sector minero-energético atraviesa una coyuntura desafiante. Actualmente, su valor agregado se mantiene un 19 % por debajo de los niveles observados en el período previo a la pandemia, y acumula cinco trimestres consecutivos de contracción. Esta situación obedece, en buena medida, a las decisiones de política pública del Gobierno nacional orientadas a desincentivar la actividad del sector, así como a crecientes problemas de seguridad que han provocado interrupciones en la producción en diversas zonas del país, afectando negativamente la inversión y la estabilidad operativa.
En este contexto, entre diciembre de 2019 y abril de 2025 la producción de crudo en el país se redujo en un 14 %. La decisión del Gobierno de no adjudicar nuevos contratos de exploración, sumada al aumento en la carga impositiva del sector, ha tenido un impacto directo en la inversión, la cual ha disminuido durante tres años consecutivos, pasando de US$4.880 millones en 2022 a US$4.330 millones en 2024.
Por otro lado, la producción de gas y carbón también ha experimentado retrocesos significativos. En particular, la producción de gas natural se ha reducido en un 16 % entre finales de 2019 y abril de 2025, en línea con una disminución persistente de las reservas probadas de este recurso.