
Automatización, digitalización: transformación minería moderna | Rumbo Minero
La automatización y la digitalización están impulsando una nueva era en la industria minera al integrar tecnologías que mejoran la eficiencia, optimizan procesos y reducen riesgos en un entorno cada vez más exigente y competitivo.
La transformación tecnológica de la minería ha permitido dejar atrás modelos tradicionales intensivos en mano de obra y expuestos a múltiples riesgos operativos. La incorporación de sistemas automatizados ha hecho posible ejecutar tareas críticas con mínima intervención humana.
Estos abarcan una amplia gama de aplicaciones, que incluyen desde sistemas autónomos de transporte y perforación hasta soluciones de control y supervisión en plantas de procesamiento. Ejemplo de ello son los camiones autónomos y los equipos automatizados de perforación, que operan las 24 horas del día en faenas remotas, reduciendo tiempos muertos, aumentando la continuidad operativa y, sobre todo, mejorando la seguridad del personal.
A esto se suman los sistemas de control distribuido (DCS) y los controladores lógicos programables (PLC), que permiten monitorear y regular en tiempo real variables clave como la presión, temperatura, caudal o densidad, garantizando la estabilidad del proceso y evitando paradas no programadas.
Por su parte, la digitalización ha traído consigo una mayor visibilidad sobre las operaciones al integrar datos de todas las etapas del proceso productivo, desde la exploración hasta el despacho del mineral. Plataformas digitales conectadas a sensores inteligentes permiten recolectar grandes volúmenes de información y transformarlos en valor mediante algoritmos de análisis predictivo.
Esta inteligencia operacional facilita decisiones más rápidas y precisas, al tiempo que permite anticipar fallas, optimizar el mantenimiento y aumentar la disponibilidad de los activos.

En este entorno, el uso de tecnologías como los gemelos digitales, el Internet de las Cosas (IoT), la inteligencia artificial y la minería de datos se vuelve cada vez más común para impulsar una gestión basada en datos.
Beneficios, retos y proyección
El impacto de estas tecnologías se traduce en múltiples beneficios para las operaciones. Se incrementa la productividad al reducir pérdidas por errores humanos, se mejora la eficiencia energética y se optimiza el uso de insumos como el agua y los reactivos.
La seguridad también se ve favorecida, ya que muchas de las actividades de alto riesgo ahora pueden realizarse de forma remota o completamente automatizada.
Además, en operaciones ubicadas en zonas alejadas o de difícil acceso, la automatización permite mantener el ritmo de producción sin depender de grandes desplazamientos, lo que representa un avance significativo en la reducción de costos y tiempos logísticos.
A nivel estratégico, las empresas que apuestan por la digitalización ganan en competitividad, ya que pueden adaptarse rápidamente a las condiciones del mercado y responder con mayor flexibilidad ante cambios en la demanda o en los precios internacionales.
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