
Jamón que no es jamón: estas son las marcas que mienten y no cumplen según Profeco
Escrito en NACIÓN el
El jamón es uno de los ingredientes más utilizados en las cocinas mexicanas, ya sea en tortas, sándwiches o platillos más elaborados. Su sabor, textura y facilidad para combinarse con otros alimentos lo hacen un elemento infaltable en muchos hogares. Sin embargo, conocer los ingredientes, el valor nutricional y la normativa que lo regula es fundamental para evitar ser engañados al momento de hacer las compras.
Recientemente, el Laboratorio Nacional de Protección al Consumidor, perteneciente a la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), realizó un estudio a distintas marcas de jamón de bajo costo, categorizados en tres tipos: comercial, económico y preferente.
Durante este análisis, se detectó que algunas marcas han introducido al mercado productos que, aunque visualmente parecen jamón, en realidad no lo son. Se comercializan con nombres como “embutido cárnico”, “embutido cocido con pavo”, “producto cárnico cocido” o “embutido cocido de carne de cerdo y pavo”, lo cual puede generar confusión entre los consumidores.
La importancia de leer las etiquetas
Contexto: La Profeco hace un llamado a las personas consumidoras para que revisen detenidamente las etiquetas de los productos antes de adquirirlos. Aunque muchos de estos embutidos se presentan en empaques similares al jamón tradicional y tienen una apariencia parecida, su composición es distinta y, en algunos casos, no aportan los mismos nutrientes que un jamón legítimo.
Este tipo de prácticas por parte de algunas marcas pueden considerarse engañosas, ya que juegan con la imagen del producto para inducir a error al comprador. La Profeco insiste en que los consumidores tienen derecho a recibir información clara y veraz sobre lo que están adquiriendo.
El jamón es un alimento versátil que forma parte de la dieta diaria de muchas personas. Sin embargo, para garantizar una compra informada y segura, es esencial leer con atención las etiquetas, conocer los términos utilizados y exigir que los productos sean nombrados con precisión. No todo lo que parece jamón lo es, y la diferencia puede tener implicaciones tanto económicas como nutricionales.
Únete a nuestro canal de WhatsApp. El poder de la información en la palma de tu mano
Síguenos en el showcase de La Silla Rota en Google News
También puedes leer: Remesas de enero a mayo suman 24,375 mdd, una baja del 3% respecto a 2024
Estas son las marcas de jamón que mienten y no cumplen
Cabe señalar que en todos los productos autodenominados embutidos y que “reprobaron” los estudios de calidad de la Profeco, los fabricantes no demostraron con evidencia clara de dónde surge su denominación. Así como tampoco demostraron con una explicación técnica válida por qué no son productos imitación.
A continuación te compartimos cuáles son las marcas que dicen ser jamón pero que no son jamón, por lo que mienten en su información y engañan al consumidor, práctica que la Profeco se encarga supervisar que no ocurra, esto con el fin de que las personas hagan un consumo responsable.
- Cocido de cerdo y pavo Aurrera: no cumple con el contenido neto declarado
- Galy Galicia virginia: no cumple con el contenido de nitritos
- Tres Castillos cocido: declara más proteína de la que contiene
- Galicia Virginia: declara menos sodio del que contiene
- Kir Clásico: declara menos sodio del que contiene
- Bafar clásico: declara menos grasa de la que contiene
- Duby cocido: declara menos grasa de la que contiene
- Galy Galicia: declara menos grasa de la que contiene
AJA