
El empleo de EEUU vuelve a sorprender por su fuerza y golpea a los partidarios de un recorte de tipos de la Fed ya
Da igual cuando lea esto: el empleo de EEUU supera las expectativas en su informe mensual oficial. Este jueves a vuelto a ocurrir, como tantas veces desde la salida de la pandemia. Y con esta, van cuatro seguidas. En junio se crearon en EEUU 147.000 puestos (nóminas) no agrícolas, notablemente por encima de los 105.000-111.000 esperados por los analistas, según el informe publicado por el Departamento de Trabajo un día antes de lo previsto por la celebración este viernes del Día de la Independencia. Además, el dato de mayo se revisa en 5.000 puestos al alza hasta los 144.000. Otra métrica fundamental del informe de la Oficina de Estadística Laborales (BLS), la tasa de paro, ha avanzado en la misma línea: cae una décima hasta el 4,1% cuando se esperaba un repunte de una décima hasta el 4,3%. La primera impresión es clara: el mercado de trabajo americano se enfría gradualmente en vez de sucumbir pese a las erráticas políticas de Trump. La segunda también: con un mercado laboral que no naufraga y la amenaza inflacionaria de los aranceles sobre el tapete, la Reserva Federal no tiene hueco para volver a bajar los tipos de interés por mucho que pataleé el presidente de EEUU. Los ‘abogados’ de la bajada de tipos ya en julio tendrán que esperar.
Este informe Goldilocks o Ricitos de Oro, como dicen los analistas de Wall Street cuando algo es fuerte, da en cierto modo la razón a un hombre especialmente vapuleado estos días: el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell. El ‘capitán’ del banco central sigue trasladando el mensaje de que hay que mantener los tipos porque la bruma (las políticas comerciales y migratorias de Trump, en puridad) no deja ver el horizonte y la economía resiste (el descenso intermensual del PIB en el primer trimestre fue por el adelanto de las importaciones en previsión de los aranceles).
Esta postura independiente le está costando el acoso diario de un Trump que le insulta por todos los cauces posibles (lo mejor que le llama es ‘Señor Demasiado tarde’) y leer informaciones sobre que la Casa Blanca planea dar a conocer a su sustituto en 2026 tan pronto como después de verano para que haya una especie de ‘presidente en la sombra’ que lo desgaste. Por si esto fuera poco, Powell tiene que lidiar con ruido interno en la Fed con miembros como Chris Waller o Michelle Bowman, designados también (como él) por Trump y que abogan de repente por un recorte de julio bajo el argumento de que la mayor inflación por los aranceles sería en todo caso transitoria. Una postura que ha levantado suspicacias porque, por ejemplo, hasta hace unos meses Bowman era una destacada halcón, crítica con las bajadas de tipos.
«Un análisis más profundo del informe de junio muestra que la fortaleza se concentró de nuevo en el empleo público y sanitario, lo que refleja la creciente estrechez de miras del mercado laboral. No obstante, con una tasa de desempleo que vuelve a bajar, el informe fue mejor de lo esperado y dará a los miembros más duros del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) motivos para rechazar las expectativas de inminentes recortes de los tipos de interés», señala Bradley Saunders, analista de Capital Economics, en un informe para clientes. Las apuestas del mercado se han movido en consecuencia y han terminado de evaporar el recorte de tipos en julio siendo todavía mayoritarias las de una bajada en septiembre. Esto se ha traducido en una caída en los bonos del Tesoro (subida de los rendimientos).
Como razona Saunders, el aumento de 147.000 nóminas no agrícolas en junio y las ligeras revisiones al alza de los datos de meses anteriores hacen que la tasa media trimestral se sitúe ahora en unos saludables 150.000 puestos de trabajo. El empleo privado aumentó en 74.000 puestos, gracias a un incremento de 59.000 en el sector de la asistencia sanitaria y social. La caída de 7.000 puestos de trabajo en el sector manufacturero en junio fue la misma que en mayo, lo que sugiere que los efectos negativos de los aranceles siguen siendo limitados, especialmente si se combina con los pequeños aumentos del empleo en el comercio minorista (+2.000) y el transporte y el almacenamiento (+8.000) el mes pasado. El empleo público aumentó en 73.000 puestos, su ritmo más alto en más de un año, aunque se concentró en la educación estatal y local. El empleo federal descendió en 7.000 puestos más allá de los sonoros titulares que ha protagonizado la misión DOGE de recorte de gasto federal pilotada en su inicio por el CEO de Tesla, Elon Musk.
Buceando más entre los recovecos del informe, a pesar del aumento de la población en 200.000 personas, la población activa disminuyó en 130.000 el mes pasado, lo que sugiere que las redadas impulsadas por la nueva administración pueden estar manteniendo a los inmigrantes alejados del trabajo. Junto con el aumento de 93.000 personas en la encuesta de empleo a los hogares (el dato de nóminas se extrae de encuestar a las empresas), la tasa de desempleo volvió a caer a su nivel más bajo desde principios de año, el citado 4,1%. «Esperamos que este sea un tema recurrente en los próximos meses, ya que la disminución de la inmigración reduce el número de nuevos puestos de trabajo que la economía necesita crear para mantener la tasa de desempleo bajo control», explica el analista de Capital.
Desde Commerzbank, sus analistas observan señales de debilidad en el mercado laboral. Algo que podría deberse a la incertidumbre en torno a los aranceles, apuntan. Sin embargo, aclaran, «no observamos una caída real». «Consideramos esto como una confirmación de nuestro pronóstico de que la economía estadounidense se expandirá a un ritmo más lento en 2025, pero probablemente evitará una recesión«, escriben en una nota para clientes.
«El crecimiento del empleo parece ser lo suficientemente sólido por el momento como para evitar un deterioro significativo del mercado laboral», certifica Bernd Weidensteiner, economista del banco alemán. «La estabilidad de la tasa de desempleo también debería tranquilizar a la Fed, ya que un aumento de la tasa suele ser un indicador fiable de una recesión y, a diferencia de las cifras de empleo, la tasa de desempleo no se revisa», incide. «Seguimos pronosticando que la Fed no recortará los tipos de interés ya en su próxima reunión a finales de este mes, sino en la reunión posterior de septiembre», se moja el analista germano.
«Esperamos que la tasa de desempleo aumente al 4,5% para finales de año, debido al impacto adverso sobre la demanda agregada de una mayor inflación (inducida por aranceles) y una mayor incertidumbre económica. Sin embargo, y esto es importante, este sería un aumento relativamente pequeño en la tasa de desempleo«, escribe en una nota para clientes Daniel Vernazza, economista del banco italiano.
El experto da tres razones. En primer lugar, espera, como los analistas de Commerzbank, que la economía estadounidense evite la recesión: «Es probable que la incertidumbre económica disminuya un poco con el tiempo desde los niveles muy elevados actuales, las condiciones financieras se han aliviado después de la turbulencia del mercado en abril y la ley fiscal One Big Beautiful Bill respaldará modestamente la actividad económica». En segundo lugar, señala, una inmigración significativamente menor y unas deportaciones ligeramente mayores reducirán la oferta laboral, lo que ejercerá una presión a la baja sobre la tasa de desempleo. En tercer y último lugar, rubrica, los aranceles podrían frenar el crecimiento de la productividad laboral estadounidense, apoyando la demanda laboral. «Todavía esperamos que la Fed recorte sólo una vez este año, en diciembre», remata.
Alud de datos previos
Como suele ocurrir en los días previos a la publicación del dato oficial de empleo, ha habido datos de todo signo que complican la resolución del rompecabezas. Las cifras de la encuesta JOLTS de mayo, publicada esta semana, han mostrado la resiliencia del mercado laboral al superar las expectativas en todos los ámbitos: las vacantes y las renuncias aumentaron, los despidos disminuyeron, y todo contradiciendo al consenso.
Más pesimista fue la encuesta de empleo privado de ADP publicada este miércoles. Según la misma, los empleadores privados suprimieron 33.000 puestos de trabajo en junio, mientras que el crecimiento salarial se mantuvo estable. El aumento interanual de los salarios de los que conservan su puesto de trabajo apenas varió, situándose en el 4,4%, mientras que el de los que cambian de empleo subió un 6,8%.
«Aunque los despidos siguen siendo poco frecuentes, la indecisión a la hora de contratar y la reticencia a sustituir a los trabajadores que se marchan provocaron pérdidas de empleo el mes pasado», declaró Nela Richardson, economista jefe de ADP. «Aun así, la ralentización de la contratación todavía no ha perturbado el crecimiento salarial», añadió.
Pese a que la discrepancia entre la encuesta de ADP y la del Departamento de Trabajo es habitual, que haya ocurrido de nuevo ha puesto en guardia a los analistas, sobre todo cuando han trascendido los esfuerzos de ADP para mejorar su informe. Desde ForexLive, Adam Button apunta a la inmigración. Su tesis es que ADP, procesadora de nóminas, es más eficaz al detectar el empleo inmigrante que se está borrando debido a los políticas más restrictivas de Trump al tiempo que cuesta más detectar esto por miedo en las encuestas oficiales hechas por la propia administración.
Otro indicador oportuno de los despidos son las peticiones iniciales de subsidio de desempleo (el paro semanal de EEUU). En la semana de referencia de la encuesta sobre nóminas de junio, estas peticiones ascendieron a 245.000, ligeramente por encima de los 226.000 del mes anterior y prácticamente sin cambios con respecto a hace un año. Sin embargo, los expertos no excluyen que el reciente aumento (aunque modesto) de las solicitudes iniciales sea simplemente estacional y no subyacente. «En general, estos indicadores adelantados del desempleo han aumentado, pero no están en rojo», resumen desde UniCredit Research.