
¿Por qué Nissan retiró el Tsuru del mercado mexicano tras más de 30 años?
El Nissan Tsuru dejó de fabricarse definitivamente en mayo de 2017, marcando el fin de una era automotriz en México, el último país donde aún se comercializaba. Durante más de tres décadas, este sedán compacto fue sinónimo de economía, durabilidad y practicidad.
Su éxito residía en su fórmula sencilla: mecánica confiable, bajo costo de mantenimiento y un desempeño eficiente en ciudad. Con motores de cuatro cilindros que rondaban entre 105 y 110 caballos de fuerza y transmisiones manuales resistentes, el Tsuru se volvió el auto ideal para millones de mexicanos.
LEE: Nissan Tsuru 2026 | ¿Cuánto podría costar el nuevo modelo?
Pero su historia terminó no por falta de ventas, sino por una razón mucho más crítica: la seguridad. A pesar de su popularidad, el Tsuru nunca logró ponerse al día con los estándares de protección para conductores y pasajeros. Carecía de elementos básicos como bolsas de aire, frenos ABS o una carrocería capaz de absorber impactos.
En 2016, Latin NCAP -organismo que evalúa la seguridad de los autos en América Latina- lo señaló como uno de los vehículos más peligrosos del mercado. En un informe contundente, revelaron que entre 2007 y 2012, el modelo estuvo involucrado en más de cuatro mil muertes en la región.
En su momento, el Secretario General de la organización, criticó lo públicamente por seguir vendiendo un vehículo con nula protección estructural. La gota que derramó el vaso fue una prueba de choque entre un Tsuru y un Nissan Versa, en la que el Tsuru quedó completamente destruido.
A la par, entró en vigor la NOM-194, una normativa mexicana que exigía desde 2016 que todos los autos nuevos incluyeran sistemas mínimos de seguridad activa y pasiva. El Tsuru, sin posibilidad de actualización estructural o tecnológica, quedó automáticamente fuera de la jugada.
LEE: ¿Cómo sería el diseño del supuesto Tsuru 2026?
La producción se detuvo en la planta de Aguascalientes en mayo de 2017. Como despedida, Nissan lanzó una edición final llamada «Buen Camino», limitada a mil unidades. No hubo eventos especiales ni homenajes espectaculares; fue una salida modesta para un auto que, aunque fundamental para la historia automotriz mexicana, arrastraba una deuda histórica en materia de seguridad.
En sus últimos días, el Tsuru se vendía entre 172 mil 500 y 186 mil 969 pesos, dependiendo del equipamiento. A pesar del precio accesible, su permanencia ya no podía justificarse frente a los riesgos que implicaba para sus ocupantes.
EE