
Desalación y minería: la transformación hídrica avanza en Chile – Reporte Minero
Chile cuenta hoy con 24 plantas desaladoras de agua de mar a gran escala, siendo la minería el principal usuario de este recurso estratégico. Sin obligación legal, el sector ha liderado una transición hacia una matriz hídrica más sostenible y resiliente frente al cambio climático
En Chile, el 85% del agua desalinizada es utilizada por la minería, lo que refleja el liderazgo de esta industria en la transición hacia fuentes hídricas no convencionales. De los más de 10.000 litros por segundo de capacidad instalada, cerca de 11.000 l/s están destinados a procesos mineros, cifra que podría duplicarse en la próxima década, según estimaciones del sector.
Una decisión estratégica sin imposición legal
Tal como destacó Waldo López, gerente de Desarrollo de Negocios Agua de Acciona, “no hay ninguna ley que obligue a la minería a usar agua de mar”, pero el sector ha entendido que es la vía para extender la vida útil de los yacimientos y proyectar nuevas operaciones. Esta decisión estratégica responde tanto a razones técnicas como reputacionales.
Uno de los mayores beneficios de la desalación es que permite independizarse del ciclo climatológico, aportando agua con calidad constante y predecible. Esto resulta clave en un país afectado por más de una década de megasequía y con escenarios inciertos frente al cambio climático.
Desalación más allá de la minería
Si bien la minería lidera esta transformación, la desalación también ha sido clave en zonas urbanas. La ciudad de Antofagasta es un ejemplo: abastecida 100% por agua desalada, se ha convertido en un modelo de desarrollo urbano resiliente, permitiendo incluso el crecimiento inmobiliario en zonas antes inhabitables.
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López explicó que las plantas multipropósito, capaces de abastecer simultáneamente a la minería, agricultura y comunidades, son una apuesta creciente. Estas instalaciones requieren de coordinación técnica, ambiental y territorial, pero representan una oportunidad para una gestión hídrica integrada en zonas de alta escasez.
Impactos mitigables y tecnologías eficientes
Desde el punto de vista ambiental, los impactos de las plantas desaladoras se mitigan mediante estudios de dispersión, monitoreo permanente y regulaciones estrictas. Además, la evolución tecnológica ha reducido el consumo energético por metro cúbico producido, destacando la ósmosis inversa como el proceso más eficiente hoy.
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