
El corazón de la Tierra no es como creías: lo que revela un inquietante hallazgo sísmico
Durante décadas, se pensó que el núcleo interno de la Tierra era un elemento inmutable, sólido y perfectamente esférico. Pero una investigación reciente ha puesto esa certeza en duda. A través del análisis de terremotos, científicos han detectado cambios inquietantes que podrían revolucionar nuestra comprensión del planeta desde sus entrañas.
Un núcleo más dinámico de lo que imaginábamos
El núcleo terrestre se divide en dos regiones fundamentales: una capa externa líquida y una interna sólida, ambas formadas principalmente por hierro. La diferencia de estado entre estas capas se debe a las variaciones extremas de presión y temperatura conforme se desciende hacia el centro del planeta.
Durante mucho tiempo se asumió que, aunque rotaba, el núcleo interno permanecía estructuralmente estable. Sin embargo, nuevas observaciones sugieren que este “corazón” sólido no solo se mueve, sino que también podría estar cambiando de forma, de manera imperceptible pero constante.
Terremotos que revelan secretos ocultos
El hallazgo proviene del análisis minucioso de 128 terremotos registrados entre 1991 y 2023 frente a las costas de América del Sur. Un equipo internacional de científicos estudió cómo las ondas sísmicas de estos eventos se propagaban a través del planeta.
En concreto, se centraron en 168 pares de ondas que atravesaban regiones similares del núcleo interno en diferentes momentos. Las ondas que no cruzaron el núcleo coincidían perfectamente. En cambio, las que sí lo hicieron mostraban variaciones notables. Esto indicaría que la estructura interna por donde pasaron había cambiado con el tiempo.
Deformación, rotación y fuerzas ocultas
El estudio sugiere que el núcleo interno no solo modifica su velocidad de rotación, sino que también sufre deformaciones. ¿La causa? Una posible interacción con el núcleo externo líquido, cuya convección puede generar fuerzas que alteran el límite del núcleo sólido. También podrían influir ciertas estructuras del manto inferior, que afectan directamente su forma y movimiento.
Este tipo de deformación no implica que el núcleo se vuelva irregular de forma caótica, sino que podría estar experimentando sutiles variaciones que solo ahora comenzamos a captar con precisión.
Un hallazgo que podría reescribir la geofísica
Aunque el descubrimiento es prometedor, los investigadores advierten que aún queda mucho por estudiar. Se necesitarán más datos, más terremotos registrados y más modelos para comprender cómo, cuánto y por qué cambia la forma del núcleo.
No obstante, estamos ante un posible giro de paradigma. Si el núcleo interno de la Tierra realmente se deforma, esto podría tener implicaciones en campos clave como el magnetismo terrestre, la dinámica del manto o incluso la actividad volcánica. La Tierra, al parecer, sigue teniendo secretos bien guardados en su interior.
Fuente: Meteored.