
Marea roja por invasión; señala investigadora – Diario de Yucatán
Las mareas rojas, manchas pardas o rojizas en el mar, causadas por el crecimiento excesivo de microalgas, serán cada vez más frecuentes en la costa yucateca. Así lo advirtió la doctora Dalila Aldana Aranda, investigadora del Cinvestav y especialista en oceanografía biológica.
Como informamos, la semana pasada pescadores de Dzilam Bravo reportaron la llegada de marea roja a las costas de Yucatán. Aunque días después líderes pesqueros lo descartaron, alegando que era situación normal.
Entrevistada sobre el fenómeno y sus posibles efectos, la doctora Aldana, quien cursó su posgrado en Oceanografía Biológica, Acuacultura y Pesca en la Universidad de Bretagne Occidentale, Francia, dijo que la aparición de marea roja es por el calentamiento del agua y al deterioro ambiental de las lagunas costeras.
“La marea roja es causada por microalgas, en particular dinoflagelados. Hay dos especies, y de esas dos hay una que es tóxica”, detalló, en entrevista con el Diario.
“Estas microalgas proliferan aceleradamente cuando encuentran condiciones favorables: altas temperaturas y abundancia de nutrientes orgánicos provenientes de aguas residuales”, manifestó la profesional.
De acuerdo con la doctora, el crecimiento desordenado en la costa ha sido clave.
“Cada vez tenemos más asentamientos humanos cerca de la costa. Se han perdido zonas de manglar de las lagunas costeras”, señaló para luego explicar que dichas áreas, fundamentales para el equilibrio ecológico, ya no filtran adecuadamente los desechos que terminan en el mar.
“A través de sus raíces y del microbioma presente en su sedimento, los manglares cumplen una función vital: Sirven de purificador. Si un agua trae 100 unidades de nitrógeno y de fósforo, allí se va a quedar, en ese ecosistema de microorganismos, el 80%”, señaló la científica.
Sin ese filtro natural, los nutrientes llegan al mar, alimentando descontroladamente a las microalgas.
La doctora Aldana también alertó sobre el impacto de las infraestructuras viales construidas en las últimas décadas: “Esa laguna (la ciénaga) quedó fragmentada desde los años 60 o 70 cuando se hizo esa carretera (la costera) que ya cortó el paso, cortó la laguna en dos”.
En los tramos sin flujo de agua entre ambos lados, el ecosistema se ha visto gravemente afectado. “Donde hubo pasos de comunicación se mantiene bastante bien el ecosistema”, dijo, para luego ejemplificar con el puente antes de llegar a Telchac, donde aún se ve actividad pesquera.
La investigadora dijo que la situación es preocupante, pues con la construcción del nuevo paso a desnivel que vendrá del puerto de altura con la carretera, “ya se fregó más manglar”.
El desarrollo urbano y turístico, aunado al calentamiento global, está creando un “caldo de cultivo” para los dinoflagelados. “Cuando este dinoflagelado está presente, pues se encuentra en una vasija extraordinariamente rica para que florezca. Esa es la razón por la que las mareas rojas van a ser cada vez más frecuentes y más grandes”, advirtió la doctora.
La marea roja, dijo, tiene impactos económicos, a la salud del ecosistema, de los animales que ahí viven, y después a los humanos y a la economía: el turismo, el restaurantero y el pescador.
Aunque actualmente el fenómeno está “alejado de la costa”, la experta recordó el evento de hace tres o cuatro años: “Fue tremendo”, dijo.