Javier Aranda Luna: Byung-Chul Han y la falsa libertad
H
oy que tanto se habla de proyectos libres, deconstrucciones y reinvenciones que ondean la bandera del no sometimiento a viejas estructuras, el aire de libertad parece ser el sello de la época. Pero el yo como proyecto que cree haberse librado de las coacciones externas y de las coerciones ajenas, nos dice Byung-Chul Han, se somete a coacciones internas y coerciones propias en forma de una coacción al rendimiento y a la optimización
.
Esa libertad, ese poder hacer se ha vuelto ilimitado. Todo individuo se ha convertido en un emprendedor sin límite, en un empresario de su propio proyecto. Al carecer de un amo que lo obligue a trabajar, el sujeto se explota a sí mismo, y es esa dialéctica del amo y del esclavo que conducen a la totalización del trabajo
.
Para Byung-Chul Han, el capitalismo neoliberal ha encontrado nuevas técnicas de explotación. Y entre ellas, el manejo de la sique es su mayor fuerza de producción
.
El neoliberalismo y no la revolución comunista
eliminó a la clase trabajadora sometida a la explotación ajena
; la lucha de clases se transformó en una lucha interna consigo mismo
. Los proyectos libres
fomentan la autoproducción ilimitada, la uberización del empleo. Vida y trabajo se convierten en una y la misma cosa. Tu vehículo es el transporte familiar y también tu herramienta de trabajo. Y es en ese sistema de autoexplotación que el individuo se aísla. En el régimen de la explotación ajena los individuos se pueden organizar contra el explotador; en el de la autoexplotación, imposible.
Curiosamente, esas lo fomentan empresas, grupos de autoayuda, congregaciones y partidos políticos, sean del corte que sea. Unos y otros invocan y construyen la sociedad del espectáculo. Izquierdas y derechas, creyentes y ateos aceptaron las reglas del neoliberalismo que ha convertido al ciudadano en consumidor. “La libertad del ciudadano cede ante la pasividad del consumidor, escribe el filósofo coreano en su espléndido libro Psicopolítica, publicado por Herder. El votante, en cuanto consumidor, no tiene interés real por la política, por la configuración activa de la sociedad. No está dispuesto ni capacitado para la acción política común
. Por eso votantes y consumidores sólo refunfuñan ante un mal servicio.
Mucho se habló de las libertades que fomentaría Internet, pero esa libertad de comunicación ilimitada se ha convertido en control y vigilancia totales. A diferencia de los panópticos carcelarios, donde a los presos se les limita la comunicación entre ellos, a los residentes del panóptico digital se les fomenta la comunicación, pues, mientras más intensamente se comunican, más se desnudan por su propia voluntad.
Hoy esa información que permite ver a las personas a 360 grados ha hecho del big data, un instrumento político muy eficiente
, que permite adquirir un conocimiento integral de la dinámica de la sociedad
, que permite intervenir en la sique y condicionarla a un nivel prerreflexivo
. El big data, apunta el filósofo, anuncia el fin de la persona y de la voluntad libre
.
Un hecho contradictorio de esa comunicación exhaustiva a través de la web es que lejos de fomentar el uso de vocabulario, el número de palabras utilizadas para comunicarse se ha reducido al mínimo: cada año el número de palabras disminuye y el espacio de la conciencia se reduce
. ¿Cuántas palabras utilizan los compositores de corridos tumbados o reguetoneros? ¿Cuántas los influensers y la nueva clase política? No pocos de los nuevos analistas televisivos suplen su precariedad de vocabulario con la velocidad para hablar. ¿Usted lo ha notado?
La ludificación de la vida y del trabajo sólo buscan provocar emociones, likes o emoticones que son emociones programadas.
La sicopolítica, por lo demás, atañe a todos: emociona al narco y al político, al influencer y al ciudadano común. Se democratizan aspiraciones: el gusto por las mismas marcas de ropa, autos, juegos, accesorios. Los representantes del pueblo vacacionan en yate o esquían en Aspen, y políticos y empresarios coinciden con los narcos en los mismos estadios de futbol.
La sociedad del espectáculo crece porque son los lugares donde explotan las emociones. En lugar del “management racional entra en escena el management emocional”. El neoliberalismo es capitalismo del me gusta
. El poder ya no busca someter, es más seductor que represor. Se esfuerza en generar emociones positivas y en explotarlas. Seduce en lugar de prohibir
. Es un proveedor de sus consumidores. El pretérito pan y circo implementado con tecnología de punta.
Psicopolítica es un libro provocador y revelador. Un apunte de lo que vendrá, de lo que ya se vislumbra, donde la motivación, el proyecto, la competencia, la optimización, la iniciativa, la diversión son inherentes a la dominación sicopolítica del régimen neoliberal que con ellos crea un terrible espejismo de libertad.