Apagones oscurecen Tabasco – SonoraPresente
Por más que a la presidenta Claudia Sheinbaum le vendan, desde la CFE, que no existe un grave problema de suministro de energía en las penínsulas de Yucatán y Baja California -y que se viene extendiendo a otras entidades- la terca realidad se encarga de desmentirla… e incluso, el Espíritu Santo le hace llegar su mensaje.
Y es que, al drama de los mega apagones de Yucatán, Quintana Roo y Campeche, ahora se suman los cortes eléctricos masivos en Tabasco, la emblemática tierra del ex presidente Andrés Manuel López Obrador. La crisis es tal que, hoy martes, se cumplen ya seis días de bloqueos carreteros entre Villahermosa y Ciudad del Carmen, en protesta porque los consumidores de esa región exigen a la CFE solucionar al creciente problema de los apagones. Dicen que la CFE hace poco o nada para enfrentarlos. Carecen de Plan C, porque el que está fallando ya es el Plan B.
La crisis es tal que Eduardo Gómez González, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados -la Canirac- en Tabasco, protestó públicamente por el deficiente servicio de la CFE acusando que los apagones le están costando 50 mil pesos en pérdidas promedio por día a cada restaurante.
Pero la llamada de atención más severa viene del obispo de Tabasco, Monseñor Gerardo de Jesús Rojas, quien literalmente ya puso el grito en el Cielo. Y en un video-mensaje, difundido en redes sociales, le exige a la CFE que haga su tarea: dar el servicio.
El problema de fondo es que, buscando balancear las cargas de distribución, la CFE le está reduciendo el suministro a Tabasco para enviarlo a las zonas críticas de Yucatán, Campeche y Quintana Roo. Todo para proteger la incompetencia, las corruptelas y la complicidad que la paraestatal eléctrica tiene con la empresa Mejicali Turbine Energy, que por contrato debió resolver el problema hace más de dos meses y hoy no tiene para cuándo.
Estamos ante la crónica de un corrupto fracaso, desde el momento en que la solución a esta emergencia se le asignó a una empresa, apenas creada en 2023, y que se comprometió a resolverla con fecha del pasado 18 de julio a través de turbinas de emergencia con consumo de diésel. Van 65 días de retraso y ninguna sanción, ninguna alternativa para mitigar lo que será una todavía más severa crisis en agosto y septiembre.
Para darse una idea de la incompetencia y el drama con el que engaña la CFE a Palacio Nacional, baste decir que Mejicali Turbine Energy no puede cumplir con lo que prometió. Por ejemplo, en la subestación Xcalacoco, la empresa prometió entregar 40 megawatts y hasta este fin de semana -más de dos meses después de lo prometido- apenas pudo entregar 4 megawatts. Apenas el 10 por ciento. La crisis está en que el estado de los motores de combustión interna alimentados por diésel es deplorable.
Y la generación en las subestaciones Nizuc, Cancún y Chankanaab -Cozumel-, brillan por su ausencia. CFE fue incapaz de revisar, previamente, la condición de los generadores. Ni siquiera revisó las bitácoras de mantenimiento. Y estos “descuidos” obligan a preguntar: ¿Qué compromisos o qué le deben los funcionarios de CFE y CFEnergía a Mejicali Turbine Energy para otorgarle tanta complacencia? ¿Es incompetencia o es complicidad?
¿Por qué se autorizaron modificaciones para elevar las condiciones de precios de la energía, respecto del contrato original y la licitación ganadora?
¿Por qué no se le han cancelado a Mejicali Turbine Energy los contratos y aplicado las penalizaciones ya estipuladas ante el inconcebible retraso?
¿Qué se está gestando para beneficiar a este proveedor incumplido, cuando queda claro que con las penalizaciones a que se ha hecho acreedor y los días que restan del contrato, los flujos que pudieran generar ya no alcanzarán para cubrir sus costos y el proyecto tardío arrancará quebrado?
A todo eso hay que sumar que no existe el diésel suficiente para operar esas turbinas de emergencia. La demanda para cumplir con lo prometido es de 400 mil litros diarios de diésel. Mejicali Turbine Energy no los consiguen ni con CFE ni con proveedores alternos. Tampoco existen depósitos cercanos en Yucatán para tener ese diésel almacenado. Y ni qué decir de la carencia de transformadores para lograr la interconexión en algunas de las subestaciones.
¿Viene en camino otro convenio modificatorio en favor de Mejicali Turbine Energy para incrementarles los precios aún más, en detrimento de CFE? O como premio a su incumplimiento, ¿les ampliarán el plazo del contrato?
Cualquiera que sea la respuesta, lo que quedará al descubierto exhibirá todavía más la relación corrupta entre CFEnergía y Mejicali Turbine Energy.
Sería bueno saber si la reciente visita de Manuel Bartlett a Palacio Nacional fue para que le expusiera a la presidenta Claudia Sheinbaum el verdadero drama que ya estalló, que se está contaminando ya a otros estados como Tabasco y que se están ocultando entre la verborrea mañanera. Si de verdad quisieran conocer los acuerdos “en lo oscurito”, que cuestiona a Eréndira Corral Zavala, directora de CFEnergía y a su segundo -el que firma los contratos- Gerardo Guerrero Padilla. Sin duda, ahí tendrían respuestas a la red protectora impuesta sobre la incumplida Mejicali Turbine Energy.
Por ahora, ya sabemos que, en Tabasco, más allá del cortocircuito entre el gobernador Javier May y su antecesor, Adán Augusto López, el mega apagón que tiene en pie de lucha a los tabasqueños es el de la falla en el suministro eléctrico. ¡Despierte, Señora Presidenta! ¡Que no la dejen a oscuras!