
Cerro Seco en peligro: minería, abandono institucional y promesas incumplidas – Concejo de Bogotá
Durante un debate de control político en el Concejo de Bogotá, se encendieron las alertas sobre la crítica situación del Parque Ecológico de Montaña Cerro Seco, ubicado en la UPZ Jerusalén de Ciudad Bolívar. Este ecosistema estratégico, con 199 hectáreas de gran valor ambiental y cultural, enfrenta una alarmante degradación causada por actividades mineras, asentamientos informales y falta de acciones efectivas por parte de las entidades distritales.
El concejal étnico Taita Óscar Fernando Bastidas Jacanamijoy denunció que más de 50 hectáreas del parque ya han sido intervenidas por minería, afectando fuentes hídricas, generando suelos inestables y desplazando fauna y flora endémica, como la orquídea muisca, el chamicero cundiboyacense y la alondra cornuda.
Además, señaló que la empresa Malkenu ha operado sin permisos válidos y que el Plan de Manejo, Restauración y Recuperación Ambiental (PMRRA) impuesto como medida de control es insuficiente y excluye a las comunidades del proceso de restauración. “No hay evidencia de socialización con la ciudadanía, y mientras tanto, se siguen generando impactos irreversibles”, advirtió.
También denunció la ineficacia del Plan de Manejo Ambiental adoptado por el Distrito: aunque para 2025 se destinó un presupuesto superior a los 550 millones de pesos, el avance durante 2024 fue de apenas el 6.9%, muy por debajo del 20% proyectado. Solo una de las seis zonas del parque es de propiedad pública, pero el cabildante cuestionó que esta no puede seguir siendo la excusa para la inacción.
La Secretaría de Ambiente ha justificado su falta de acciones señalando problemas de seguridad en la zona. Sin embargo, el concejal fue enfático: “No podemos permitir que la inseguridad sea la excusa para no proteger la vida. Si no somos capaces de garantizar condiciones mínimas para los equipos técnicos, estamos dejando que la violencia decida el futuro de nuestros ecosistemas”.
El llamado es urgente: se necesita una respuesta articulada entre las entidades y una intervención que no sea únicamente presupuestal, sino efectiva y con participación real de la comunidad. La protección de Cerro Seco no puede seguir siendo una promesa postergada. Es un compromiso con la ciudad, con la memoria indígena, con los campesinos que habitan la montaña y con la vida que aún resiste en su ecosistema. Tras este debate, la administración distrital tiene la responsabilidad de responder con hechos concretos a una comunidad que exige soluciones.
Oficina de comunicaciones H.C Taita Oscar Bastidas Jacanamijoy
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