
Cómo lograr que los niños acepten nuevos alimentos sin presión – La Verdad Noticias
María, madre de un pequeño de cuatro años, se enfrentaba cada noche al mismo dilema: lograr que su hijo probara algo más que arroz y pollo. Cada intento con verduras terminaba en berrinches, caras largas o platos intactos. Un día, recordando un consejo de su pediatra, decidió dejar de insistir… y empezó a ofrecerle brócoli junto a su comida favorita, sin comentarios ni presiones. A la sexta noche, sin decir palabra, el niño lo probó. A la décima, lo pidió.
Casos como el de María son comunes. El rechazo a nuevos alimentos no es terquedad, sino una etapa natural del desarrollo infantil. Con estrategias adecuadas, los niños pueden ampliar su dieta sin convertir la comida en una batalla diaria.
¿Por qué los niños rechazan nuevos alimentos?
Según UNICEF y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la selectividad alimentaria es completamente normal entre los 2 y los 5 años. Cambios en los gustos, aversión a mezclar sabores y miedo a lo desconocido son comportamientos evolutivos.
La Dra. Dahlsgaard, psicóloga del Children’s Hospital of Philadelphia, explica que este rechazo es un instinto de protección. Al volverse móviles, los niños desarrollan una cautela natural ante lo nuevo, incluyendo los alimentos.
Esto no tiene que ver con una mala crianza. Muchos niños quisquillosos tienen hermanos que comen de todo. Entender esto ayuda a reducir la culpa y la ansiedad de los adultos.
Estrategias eficaces para introducir nuevos alimentos
1. Repetición sin presión
Puede que un niño necesite probar algo más de 10 veces antes de aceptarlo. La clave está en ofrecer sin forzar.
2. Combinar lo nuevo con lo conocido
Coloca un alimento nuevo junto a uno que ya le guste. La familiaridad favorece la aceptación.
3. Varía la presentación
Purés, trozos pequeños, formas divertidas o incluso incluirlos en recetas favoritas (como pizza o pasta) puede funcionar mejor.
4. Evita los castigos y recompensas con comida
Usar la comida como premio crea asociaciones negativas. Mejor, reconoce el intento con palabras de aliento o una actividad divertida.
Porciones y expectativas realistas
Los expertos recomiendan servir porciones acordes a su edad: una cucharada de cada alimento por cada año de vida. Si el niño no quiere más, no lo obligues. UNICEF enfatiza que, si el menor está sano, activo y crece bien, es muy probable que esté comiendo lo suficiente.
Alimentación infantil sin batallas: paciencia y ejemplo
Los niños aprenden más por lo que ven que por lo que se les dice. Si la familia come variado y saludable, el niño imitará ese comportamiento con el tiempo. Además, involucrarlo en la preparación de los alimentos puede aumentar su curiosidad y deseo de probar lo que ayudó a cocinar.
En lugar de transformar la mesa en un campo de batalla, conviértela en un espacio de descubrimiento. Comer puede ser una experiencia placentera, no una obligación.