
Qué se sabe del “objeto interestelar” gigante que atraviesa nuestro sistema solar
Un equipo de astrónomos detectó el tercer objeto interestelar que cruza el sistema solar en la historia de la observación espacial. El cuerpo, bautizado como 3I/Atlas, es un cometa de gran tamaño que se desplaza a una velocidad superior a los 200.000 km/h. El hallazgo ocurrió el martes en un observatorio de Chile y los especialistas confirmaron que no representa un riesgo de impacto para la Tierra.
El Centro de Planetas Menores de la Unión Astronómica Internacional (UAI) clasificó al visitante como un cometa. Su aspecto “sugiere que está compuesto principalmente de hielo en lugar de roca”, explicó a la agencia AFP Jonathan McDowell, astrónomo del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian. El tamaño del objeto se calcula entre diez y 20 kilómetros de diámetro.
(Fuente; David Rankin/Catalina Sky Survey)
El cometa 3I/Atlas se mueve a una velocidad estimada de hasta 60 kilómetros por segundo. A diferencia de los dos objetos interestelares descubiertos anteriormente, este sigue una trayectoria hiperbólica especialmente extrema. Esto indica que, tras su paso por el sistema solar, continuará su viaje hacia el espacio profundo sin posibilidad de retorno.
Richard Moissl, responsable de defensa planetaria de la Agencia Espacial Europea (ESA), afirmó que su trayectoria “indica que no está en órbita alrededor del Sol, sino que proviene del espacio interestelar y regresará allí”. En este momento el objeto se encuentra justo dentro de la órbita de Júpiter.
Los especialistas descartan por completo un riesgo de colisión. “Volará profundamente en el sistema solar, simplemente pasando en la órbita de Marte”, declaró Moissl, así que su paso no supone una amenaza para nuestro planeta.
El cometa se hará cada vez más brillante a medida que se aproxime al Sol hasta finales de octubre. Será observable con telescopios hasta el próximo año. No hay ninguna razón para sospechar un origen artificial en este caso.
El objeto fue detectado el martes 29 de julio por un observatorio chileno. La observación forma parte del proyecto ATLAS, un sistema de monitoreo de asteroides financiado por la agencia espacial estadounidense NASA. El astrónomo norteamericano David Rankin comunicó el hallazgo a través de la red social Bluesky.
Tras la alerta, astrónomos profesionales y aficionados de todo el mundo buscaron datos registrados previamente por distintos telescopios. Este trabajo permitió reconstruir su trayectoria y confirmar su presencia en el sistema desde el 14 de junio.
Se trata del tercer objeto de este tipo detectado por la humanidad. El primero, llamado Oumuamua, fue observado en 2017. Su aspecto rocoso y su inusual forma de cigarro generaron especulaciones sobre un posible origen artificial, aunque investigaciones posteriores desmintieron esa hipótesis. El segundo visitante, el cometa 2I/Borisov, se detectó en 2019.
Richard Moissl señaló que no es factible enviar una misión espacial para interceptar el nuevo cometa debido a su alta velocidad y trayectoria. Aun así, su estudio a distancia es valioso. Si los científicos detectaran precursores de vida, como aminoácidos, en uno de estos cuerpos, esto reforzaría “nuestra confianza de que las condiciones para la vida existen en otros sistemas estelares”, comentó Norris.
Existen modelos que estiman la presencia de hasta 10.000 objetos interestelares en el sistema solar en cualquier momento, aunque la mayoría serían más pequeños. Norris proyecta que el nuevo Observatorio Vera C. Rubin en Chile podría comenzar a detectar estos tenues visitantes cada mes una vez que esté operativo.
Este contenido fue producido por un equipo de LA NACION con la asistencia de la IA.