
Teatro Romano de Mérida, España, fue escenario de La tragedia de Coriolano
▲ La puesta en escena de la obra de Shakespeare introdujo elementos modernos, entre ellos en tema de La llorona. Foto cortesía del festival
Jorge Caballero
Enviado
Periódico La Jornada
Martes 29 de julio de 2025, p. 4
Mérida. La tragedia de Coriolano, de William Shakespeare, se presentó con una nueva visión del director Antonio Simón, y la interpretación de Roberto Enríquez, Carmen Conesa, Manuel Morón y Álex Barahonda, entre otros actores.
La obra sorprende desde el inicio por los elementos modernos que integra, como la máscara icónica de V de Vendetta, novela gráfica creada por Alan Moore, y la canción tradicional mexicana La llorona, que suena a lo largo de la pasmosa obra ambientada en la Roma de inicios de la República, pero que reflexiona sobre situaciones actuales.
En entrevista con La Jornada, el dramaturgo Antonio Simón comentó: “el primer acercamiento que tuve con Coriolano fue hace muchos años, y siempre supe que la iba a montar algún día”.
Para Simón, este montaje se actualiza con el paso de los años y refleja muy bien el juego de intereses entre ética y política
. Destacó la actualidad de la pieza y la maravilla de composición, emoción y lirismo
que posee, como cualquier obra del dramaturgo inglés. A eso se suma que es ideal para un gran público, como requiere el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida
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A consideración del dramaturgo barcelonés, “el personaje Coriolano contribuyó a la incertidumbre social y política que se vivía en ese momento, porque el pueblo tenía hambre. Era el inicio de la República romana, aún no se había constituido el lema: ‘Roma, Senado y Pueblo’, sino que existía una aristocracia que gobernaba para sus intereses, con un clasismo enorme”.
Simón explicó que en ese contexto era urgente la presencia de “un representante entre los intereses de la aristocracia y los del pueblo, para así fundar una República sólida; o sea, los personajes se dan cuenta en ese momento de que se necesitan cambios. Ahí aparece el personaje de Coriolano, quien se aferra a las viejas leyes y siente un clasismo y un desprecio enorme por el pueblo; entonces, se provoca el enfrentamiento entre esas clases sociales. La paradoja de la obra es que los personajes que contribuyen a fundar la República son muy corruptos.
En esta obra no hay héroes. Se desarrolla en un entramado muy perverso, aunque al final, la República se salva y acaba con la tragedia personal del protagonista, quien finalmente sucumbe ante su propia inconsistencia personal. Además, es un ser dominado por su madre.
Sobre los elementos modernos que se introducen en la puesta en escena, como el vestuario, la máscara y el tema de La llorona, el director mencionó: es una obra participativa, en la que el público se identifica a través de los actores: por momentos es el pueblo de Roma y, en otros, el Senado o el ejército. Quería construir una relación muy directa con el público en un espacio enorme, como el escenario del Teatro Romano de Mérida; se consiguió muy bien, porque la gente participa mucho, muy activamente. En la época de Shakespeare, el público era así, muy participativo; la idea del dramaturgo se basa en el teatro isabelino de su época. A partir de ahí se articuló una de las líneas del espectáculo, en el que los asistentes vivieran lo que veían, por eso la obra es contemporánea, sin llegar al realismo, evidentemente
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Por su parte, el director del encuentro, Jesús Cimarro, consideró que “Coriolano llega al ecuador de la programación para contar esta trama política de carga emotiva e intensa”.
Simón concluyó: el público tendrá que analizar la obra y estar activo con determinadas texturas y sobre cómo se une la ética con la política. Es una puesta emotiva, con tragedia, lirismo y violencia, y algunos toques sexuales de la época
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