
Aplazamiento arancelario, un respiro para México: especialistas
La prórroga de 90 días en la aplicación de nuevos aranceles por parte de Estados Unidos a México, anunciada este jueves por los mandatarios de ambos países, ofrece a nuestro gobierno una oportunidad para seguir negociando en mejores condiciones, aunque no erradica la incertidumbre de lo que ocurrirá terminado el plazo, consideró Eduardo González, académico del Tecnológico de Monterrey.
«Me parece que por un lado, extender los aranceles 90 días con la idea de que se irá platicando y consiguiendo el acuerdo, pues es mejor a que entren en vigor mañana», explicó.
Para el especialista, el aplazamiento puede interpretarse desde distintas ópticas, pues «no es que sea un triunfo para Donald Trump o para Claudia Sheinbaum, sino que, dependiendo de dónde nos paremos podremos tener una lectura diferente», dijo.
Sin embargo, consideró relevante señalar que México ha logrado sortear la presión arancelaria con más éxito que otros países en situaciones similares. «Creo que México ha logrado conseguir, pues digamos, mejores cosas dentro de la presión de Donald Trump».
El diferimiento representa una mejora respecto al escenario previo, donde no existía margen alguno. «Evidentemente que cualquier rebaja a los impuestos, a los aranceles, o cualquier nuevo plazo para que entren en vigor, pues es una buena noticia, porque antes no existía», afirmó.
González destacó que cerca del 85% del comercio con Estados Unidos está cubierto por el T-MEC, lo que limita el impacto de posibles medidas unilaterales. «Por lo tanto, todo el comercio no se ve afectado por los nuevos aranceles de Donald Trump», señaló el especialista.
A pesar de ello, reconoció que persisten dudas entre inversionistas y empresarios de ambos países. «Esto sigue generando, pues, incertidumbre, no solamente en México, sino en Estados Unidos sobre el futuro de los negocios y del comercio entre las dos naciones». Desde su lectura, Washington obtendrá concesiones en materia de seguridad o migración, mientras que México gana tiempo para seguir en la mesa. «Tener ese tiempo de 90 días es mucho mejor que no tenerlo», insistió el académico.
Por último, Eduardo González consideró que la posición mexicana, aunque sujeta a presiones, ha mostrado mayor capacidad de maniobra que la de otros gobiernos. «Si regresamos al inicio de las pláticas allá por el mes de marzo, nos podemos dar cuenta cómo, de todas maneras, el gobierno mexicano, a diferencia de prácticamente todos los demás, ha estado consiguiendo cosas».
Por su parte, Guadalupe González, académica de Relaciones Internacionales del ITESO, consideró que la medida no solo abre espacio para el diálogo, sino que refleja una voluntad mutua de revisar el rumbo futuro de la relación comercial. «En primer lugar, creo que es un avance en las conversaciones entre México y Estados Unidos, porque cada vez se abordan más detalles que tienen que ver no solo con lo que está pasando, sino con cómo se va a trabajar el futuro», dijo.
Consideró también que, el que ambos gobiernos hubieran optado por posponer el aplazamiento es en sí mismo un hecho positivo, pues permitirá a cada país analizar con mayor profundidad los posibles impactos de la medida y trabajar en soluciones que beneficien a ambas partes. «¿Qué aranceles habrá de poner Estados Unidos que cambien la situación actual para que se dé tiempo para pensar y para trabajar desde cada uno de los dos países?», cuestionó.
En general, señaló la académica, la prórroga de tres meses debe entenderse como una oportunidad para despresurizar las tensiones comerciales y establecer un entorno más constructivo entre ambas administraciones. «Entonces, en ese sentido, pues es una buena noticia», concluyó.
YC