Mensaje de la secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Alicia Bárcena Ibarra …
Buenos días a todas, a todos, qué alegría estar en esta gran casona de Xicoténcatl.
Muchas gracias, senador. Realmente es un honor que usted nos reciba personalmente. Saludo con mucho cariño a todas las colegas que nos acompañan en el presídium; a Reyna Celeste, que ha sido fundamental en la organización de este evento; a los colegas que nos acompañan de otros países: de Colombia, de Barbados, a Honduras, por supuesto. Muchas gracias. Y a mis compañeros de México.
Hace un año en Bogotá, el presidente Gustavo Petro inauguró la primera edición de este Congreso Panamericano y logró así que se inicie un ciclo. Y esta es la segunda edición de ese ciclo, y es muy importante porque este es un lugar donde los actores progresistas de nuestra región podamos expresarnos, podamos construir nuevamente y ocupemos un espacio ante los desafíos que nos ocupan en esta hora crucial.
Tenemos unos desafíos que ya se han dicho aquí, y yo, por supuesto, hoy encargada del medio ambiente, veo con mayor claridad el gran desafío del cambio climático, de la pérdida de la biodiversidad, de la desigualdad, de la pobreza, de la migración, de la crisis de paz, de democracia que estamos enfrentando en el mundo de hoy.
Reciban entonces un muy fraterno saludo en esta gran casona. Y sé que ayer ustedes tuvieron la oportunidad de reunirse con nuestra gran presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, que además nos sentimos muy orgullosas las mujeres porque es la primera mujer en 200 años que encabeza nuestra nación. Y eso es maravilloso, sobre todo porque, como ella bien dice, no llegó sola… (Público: ¡llegamos todas!)
Muy importante porque además Claudia Sheinbaum representa verdaderamente los valores que nos han planteado los organizadores de este evento, que son: solidaridad entre los pueblos, soberanía entre las naciones, y yo agregaría, soberanía del pueblo, porque ella está siempre cerca del pueblo. Como se dice aquí en México: con el pueblo todo, sin el pueblo nada. Y eso es precisamente lo que nosotros hoy ofrecemos en esta gran nación mexicana.
Y les damos la bienvenida a los más de 60 legisladores y actores que están llegando de varias naciones de América del Norte, Central, Sudamérica y el Caribe. Qué gusto que nos acompañe Colombia, precisamente Honduras, nos acompaña Barbados, por lo menos en este podio, pero sé que en el público hay muchos más representantes de nuestra región.
Desde luego quiero saludar muy especialmente a la senadora Reyna Celeste, porque ella ha sido crucial en la organización de este evento y en este lugar tan hermoso, senador Fernández Noroña, donde lo que yo creo es que este es un lugar que hoy refleja la participación de las fuerzas políticas regionales en esta amplia convocatoria de los movimientos progresistas, que nos llena de esperanza.
Yo quiero saludar muy especialmente a Giorgio Jackson, no sé dónde está, pero por ahí está. ¿Dónde estás Giorgio? Giorgio y David Adler, uno en cada extremo, porque Giorgio Jackson y David Adler han sido los grandes organizadores y convocantes también de este evento progresista.
Yo creo que lo que estamos buscando todos los progresistas se basa en los principios y propuestas de igualdad. Lo que tenemos que vencer en el progresismo es la cultura del privilegio. Tenemos que descartar la cultura del privilegio y acercarnos cada vez más a una cultura de la igualdad. Eso es lo que nos convoca, eso es lo que nos tiene aquí.
Por eso es tan relevante lo que vamos a hacer estos días: hoy, mañana, el domingo, el lunes, porque todos, ante nuestros ojos, vemos que es urgente construir una oportunidad, una opción viable de carácter político y económico en nuestros pueblos.
Hay una derechización, eso es lo que está pasando en el mundo, por lo tanto nosotros tenemos que traer alternativas democráticas para que volvamos a tener la oportunidad de que se gobierne, y donde los que llegan al poder no se sirvan de él, sino que sirvan a sus pueblos. Por eso, aquí en México, esto es muy importante. Yo diría lo que la presidenta Claudia Sheinbaum y el presidente Andrés Manuel López Obrador nos dejaron: «Con el pueblo todo, sin el pueblo nada. Por el bien de todos, primero los pobres».
Entonces, son estos temas los que nos convocan en México, porque estamos viviendo un cambio de época. Esa es la verdad. Bien lo decía el senador Fernández Noroña: estamos viviendo una época de enorme incertidumbre, donde no sabemos bien qué es lo que va a pasar al día siguiente.
Y creo que esto nos tiene que convocar a los progresistas, porque en este cambio de época, estamos también sufriendo lo que la hegemonía neoliberal nos dejó: un modelo extractivista que socializa pérdidas, que privatiza ganancias, pero que también ha ido demostrando su fracaso palpable, y por lo tanto, sabemos que en el mundo se presentan cada vez tasas más altas de desigualdad y de pobreza, sobre todo en aquellas instancias donde se está promoviendo este modelo neoliberal.
También es cierto que han vuelto las carreras armamentistas. En lugar de irnos hacia el desarrollo, nos hemos ido a la militarización, y que la guerra ha regresado a la geopolítica internacional. Y como bien lo dijo también el senador, es absolutamente, yo diría, impensable el genocidio en Gaza, es una tragedia de nuestra civilización, no solamente en el Medio Oriente, es una tragedia del mundo entero y no podemos permanecer indiferentes.
También la devastación del medio ambiente está avanzando y esto ha traído algo desde mi punto de vista muy complejo, y es la frustración y el descontento y ahí es donde nosotros tenemos que intervenir. Tenemos que intervenir porque hay descontento, claro, porque hay propuestas que, por ejemplo, privilegios que niegan derechos. Y eso es precisamente lo que nosotros tenemos que recobrar y que las instituciones vuelvan a recuperar legitimidad.
Por eso, hoy México se empeña en construir una alternativa emancipadora porque nuestra patria realmente se está fundando en el humanismo mexicano que es producto de nuestra historia milenaria, ni duda cabe, y es una doctrina de convivencia que busca la prosperidad de las personas.
El humanismo mexicano está guiando nuestro proyecto de transformación, la construcción de una sociedad justa, igualitaria, fraterna. Y este gobierno humanista de México plantea una política de economía moral que garantice una distribución equitativa del ingreso, el respeto al medio ambiente. Y sabe que la paz no descansa en la fuerza, sino en el derecho, en el diálogo, y tiene la consigna, por supuesto, de ser eficaz.
Y nuestro gobierno y el anterior, de Andrés Manuel López Obrador, y de Claudia Sheinbaum, donde se instala en el país la Cuarta Transformación. Se han logrado resultados, no son solo palabras, se ha logrado sacar de la pobreza a más de 9.5 millones de personas; se ha logrado subir el salario mínimo por primera vez en 40 años a 114%. De verdad que eso es impresionante porque es el salario digno lo que realmente puede sacar de la pobreza.
Y creo que hemos tomado en este gobierno, y en el anterior, acciones inéditas a nivel constitucional. Se han reconocido los derechos de los pueblos indígenas, de las poblaciones afromexicanas, y garantizando además la participación política y la igualdad de las mujeres, eso es lo principal. Tenemos una Secretaría de las Mujeres, tenemos una política de las mujeres, y esto ha quedado ya de manifiesto en nuestra Carta Magna que ya nadie, nadie lo podrá arrebatar en el futuro. Y estas premisas se basan también en que es indispensable que digamos alto y fuerte que debemos garantizar los derechos y la inclusión de las mujeres.
Pronto va a haber en México, aquí, en agosto, la Conferencia Regional Ministerial de las Políticas de las Mujeres. Y es muy importante porque el tema central de esa conferencia es la sociedad del cuidado, los progresistas tenemos que ir hacia la sociedad del cuidado, una sociedad que proteja a los viejos, que proteja a los niños. Los viejos, nuestro legado, nuestro pasado; a los niños, nuestro futuro, a nuestras sociedades contemporáneas, a las mujeres, a los hombres, al planeta, a los migrantes, querida compañera.
Así es que creo que estamos ante un cambio, yo diría, hermoso, y desde mi perspectiva. También tengo que decir que no puede haber justicia social, sin justicia ambiental. Así es que eso es lo que estamos luchando en este momento. Y voy cerrando para decirles que América Latina y el Caribe es nuestra región natural, es nuestra casa.
Yo sé que este es un Congreso Panamericano, Giorgio, David, lo cual les agradezco mucho, pero América Latina es lo nuestro, y el Caribe. My dear, Barbados is here. Así es que eso para nosotros es muy importante porque son ustedes, América Latina y el Caribe, un referente del cual queremos seguir construyendo y por supuesto a nivel panamericano, qué duda cabe.
Y digo esto porque la verdad es que nuestro mundo hoy nos ofrece un paisaje que a veces nos desola el alma. Las ciudadanas de nuestros pueblos a veces se encuentran poco optimistas. Y dicen, bueno, ¿qué está pasando?
En México no, en México creo que somos un país con mucho optimismo porque tenemos una gran Presidenta y un gran liderazgo, pero no hay duda que tenemos que irnos cada vez más a los pueblos, a los jóvenes, para que podamos realmente hacer una defensa colectiva de la dignidad humana y también de la aplicación de las normas de la ley internacional.
Estamos viendo un momento en donde se imponen intereses facciosos, geopolíticos, vergonzantes, dobles estándares. A veces sin el más mínimo pudor, hay imperio desnudo de la fuerza, que es otra forma de decir que estamos en la gran concentración del poder, de un puñado que se beneficia del status quo, de pocos privilegiados. Y por eso, esa es la parte que tenemos que cambiar.
Así es que finalizo mis palabras recordando como siempre a un uruguayo maravilloso, Eduardo Galeano. Y les digo entonces que, como Galeano decía:
“Que nos permita volver la mirada a nuestros pueblos, a los hombres y mujeres que nos han encargado conducir en su nombre, mandar obedeciendo. Y decirles que ojalá seamos dignos de su desesperada esperanza. Ojalá podamos tener el coraje de estar solos y la valentía de arriesgarnos a estar juntos, porque de nada sirve un dedo fuera de la mano ni un diente fuera de la boca. Que ojalá podamos mantener viva la certeza de que es posible ser compatriota y contemporáneo entre todo aquel que viva animado por la voluntad de justicia, la voluntad de belleza. Nazca donde nazca, viva cuando viva, porque no tienen fronteras los mapas del alma ni del tiempo”.
Muchas gracias.